"El sustituto natural de Felipe es Serra"
Entre olivos y con la cinta del mar ante los ojos veranea Santiago Rold¨¢n en el sur amable de la isla de Menorca. Gentes de Madrid -ese muy vago concepto- le acompa?an en algunas noches, en algunas terrazas: los ministros Aranzadi y Tom¨¢s de la Quadra y el secretario de Estado Antoni Zabalza, entre otros. Veranear aqu¨ª es ya una vieja costumbre de casa alquilada, calma muy legible ydorado espl¨ªn insular.Pregunta. Al Gobierno le ha costado mucho dar a entender que el ¨¦xito de los Juegos es tambi¨¦n su ¨¦xito.
Respuesta. Eso fue sobre todo al principio...
P. Y al final. La ausencia de Felipe Gonz¨¢lez en la ceremonia de clausura...
R. Lo importante es que Felipe Gonz¨¢lez siempre estuvo detr¨¢s de todo lo relacionado con los Juegos. Detr¨¢s, y asintiendo, y apoyando. Por lo dem¨¢s, ya se sabe que a nuestro presidente le repelen las inauguraciones y actos similares, y que adem¨¢s hab¨ªa muerto Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. Hay que respetar los estados de ¨¢nimo de las personas, aunque se dediquen a la pol¨ªtica. Pero, en fin, creo que, m¨¢s all¨¢ de la participaci¨®n de Felipe Gonz¨¢lez, los Juegos, sin el apoyo del Gobierno, hubieran sido otra cosa.
P. ?Qu¨¦?
R. Algo mucho menos ambicioso. El papel gubernamental ha sido clave en convertir los Juegos en algo decisivo para la historia de la ciudad de Barcelona. Se olvida que la inversi¨®n del Gobierno ha sido superior a la del Ayuntamiento y la Generalitat juntos, que su papel ha sido clave en materia de seguridad, de relaciones diplom¨¢ticas, en el ¨¦xito deportivo, incluso.
P. De los Juegos emerge una figura que parece aspirar a algo m¨¢s que a ser alcalde de una ciudad: Pasqual Maragall.
R. As¨ª es. Maragall representa lo que falta en el socialismo espa?ol: buenos gestores. Nuestro socialismo debe enterrar definitivamente todas las batallas ideol¨®gicas y ocuparse de que las cosas funcionen. Maragall encarna con brillantez esa nueva ¨¦poca, la necesidad de esa nueva ¨¦poca.
P. Sin embargo, su aliento ret¨®rico va m¨¢s all¨¢. Asegur¨® que los Juegos refundaban Espana, no sin que sus palabras provocaran cierta suspicacia entre algunos miembros del Gobierno.
R. Es l¨®gico. Cuando un alcalde dice que hay que refundar el Estado, el Estado sonr¨ªe. Yo creo que Maragall es un muy buen alcalde y que debe seguir si¨¦ndolo. No es ning¨²n secreto que su forma de proceder crea a veces problemas en Madrid. La verdad es que yo he negociado con ¨¦l muchas cosas en este ¨²ltimo tiempo, e imagino los problemas que deben de tener Solchaga y compa?¨ªa. Es, efectivamente, una gota malaya. Das los asuntos por cerrados, parece convencido, y al d¨ªa siguiente, con mucha seriedad, vuelve a insistir en lo mismo. Sin embargo, aunque es excesivo hablar de refundaci¨®n de Espa?a, los Juegos han reflejado perfecta y felizmente la nueva realidad plurinacional espa?ola. Y eso duele a unos y a otros, pero es as¨ª.
P. ?Unos y otros?
R. S¨ª, me refiero a los que no admiten que aqu¨ª se haya producido una cierta disoluci¨®n del Estado, del Estado centralista, y por el otro lado, a los que simplemente piensan en separarse de Espa?a. Yo he tenido aqu¨ª, en Menorca, muchas conversaciones informales con altos pol¨ªticos de Madrid que veranean aqu¨ª. A veces he o¨ªdo cosas asombrosas: gente, por ejemplo, que me aseguraba que asistieron a la ceremonia inaugural dispuestos a pegarse, ?pero a pegarse!, con el primero que silbara al Rey o sacara una pancarta. ?Quer¨ªan pegarse por Espa?a!, por una cierta Espa?a. Hombre, eso no puede decirlo un pol¨ªtico. Alguna gente no quiere darse cuenta de que Espa?a es, definitivamente, otra cosa, y que los Juegos lo han sancionado, ya digo, felizmente. ,
P. ?Una sanci¨®n s¨®lida, ligada m¨¢s a la realidad que al suceso?
R. Ah¨ª est¨¢ la cuesti¨®n. Yo creo que es s¨®lido en la medida que la mayor¨ªa de espa?oles est¨¢n de acuerdo con ello, con que Els segadors introduzcan al Rey en el estadio o con que la bandera catalana celebre con la espafiola los triunfos deportivos. Ahora bien, es fr¨¢gil en la medida en que el nacionalismo catal¨¢n pueda volver a la v¨ªa del enfrentamiento. Y debo decir que, francamente, esperaba que Pujol hubiera tardado algo m¨¢s en romper los pactos.
P. Los pactos nunca escritos.
R. Nunca escritos, pero que funcionaban con fluidez. Creo que los Juegos han salido demasiado bien para algunos.
P. Eso dijo, enigm¨¢ticamente, el presidente, s¨ª.
R. No hay mayor enigma: Pujol hubiera preferido que los Juegos salieran peor. Su fuerza viene del conflicto. Y no ha habido conflicto. Yo creo. que su desconcierto ol¨ªmpico fue evidente. Jam¨¢s pudo prever Jordi Pujol que en el Camp Nou la gente corear¨ªa a viva voz el nombre de Espa?a. Eso no lo pudo prever nunca, ?nunca!
P. Quiz¨¢ por eso especule con la creaci¨®n del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Catal¨¢n.
R. Quiz¨¢. Aunque a m¨ª eso del comit¨¦ no me inquieta lo m¨¢s m¨ªnimo. En el Reino Unido hay dos o tres comit¨¦s y no pasa nada. Aunque pienso, de acuerdo con Juan Antonio Samaranch, que ser¨ªa perjudicial para el deporte espa?ol y para el propio deporte catal¨¢n.
P. ?Los Juegos han contribu¨ªdo a resituar la imagen de Catalu?a en Espa?a?
R. Sin duda, sin duda. Entre esa mayor¨ªa de espa?oles a que alud¨ªa es evidente que Catalu?a ha aumentado su peso en Espa?a, en el imaginario colectivo espa?ol. Estamos lejos de evaluarlo todav¨ªa con precisi¨®n. Yo estoy convencido, por ejemplo, de que despu¨¦s de los Juegos es mucho m¨¢s f¨¢cil pensar en un presidente del Gobierno catal¨¢n.
P. ?Pensar en Serra?
R. Pensar en Serra. Todos debemos empezar a pensar mucho m¨¢s en Serra. De su papel se ha hablado menos que del de otros, y es evidente que Serra ha sido important¨ªsimo en esta historia y en la reciente historia de Espa?a. Sale muy reforzado de los Juegos. Creo que es el mejor int¨¦rprete de Felipe Gonz¨¢lez, el ¨²nico que lo entiende hasta el fondo de ¨ªas cosas. Son ya muchos a?os de trabajar juntos, de resolver asuntos muy delicados. Mi impresi¨®n es que Felipe Gonz¨¢lez volver¨¢ a presentarse en estas elecciones, pero que su sustituto natural, m¨¢s que Solana, m¨¢s que cualquier otro, es Serra. Ya s¨¦ que eso ha de decidirlo el partido, pero a m¨ª nada me impide decirlo.
P. Usted fue asimilado al guerrismo.
R. Yo soy amigo de Alfonso Guerra, s¨ª... Cuando era rector lo ve¨ªa m¨¢s. Esta historia del guerrismo...
P. ?Le incomoda?
R. No es eso, pero es que yo no he sido otra cosa que felipista.
P. Iba a preguntarle, como presunto experto, por el guerrismo; por lo que fue, por lo que es, el guerrismo.
R. El guerrismo era el partido...
P. El partido sigue.
R. Y Guerra contin¨²a teniendo apoyos muy fuertes. Pero el partido debe evolucionar. Vuelvo a lo que le dec¨ªa antes. El gran problema del socialismo son los gestores. Gestores para los hospitales, para las oficinas p¨²blicas, para las ciudades.
P. A finales de a?o acaba usted su tarea. El holding se disuelve...
R. Cerraremos cuentas a principios del 93, s¨ª. Pero la vida del holding se prolongar¨¢ m¨¢s tiempo. Queda una deuda de 25.000 millones que hay que ir pagando, que debe ir pagando el Ayuntamiento y que justificar¨¢ la conversi¨®n del holding en una peque?a oficina de pagos. Los promotores han de cobrar, y han de cobrar con puntualidad. En septiembre habr¨¢ que negociar el pago de esa deuda. Yo creo que llegaremos a un acuerdo con Maragall. Ya hay una propuesta medio aceptada, que debe perfilarse y que consistir¨¢ en pagar con cierta inmediatez la mitad de la deuda y prolongar el resto.
P. Los plazos no van a ser c¨®modos para el Ayuntamiento.
R. Lo s¨¦. La situaci¨®n financiera del Ayuntamiento de Barcelona es muy preocupante. Mucho. La coyuntura econ¨®mica no facilitar¨¢ las cosas. Pero deber¨¢n pagar. Los 25.000 millones y esos 3.500 o 4.000 que el Ayuntamiento debe al holding de otras cantidades adelantadas.
P. Su futuro...
R. Estamos en verano....
P. Agost¨¢ndose.
R. De aqu¨ª a finales de a?o, cuadrar balances y tratar de que M¨¢ragall no me cuele facturas que no corresponden. Querr¨ªa seguir viviendo en Barcelona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Narc¨ªs Serra
- Santiago Roldan
- Discursos
- Declaraciones prensa
- Pol¨ªtica nacional
- Pasqual Maragall
- Relaciones Gobierno central
- Felipe Gonz¨¢lez M¨¢rquez
- Presidencia Gobierno
- Jordi Pujol
- Nacionalismo
- Conferencias
- Juegos Ol¨ªmpicos 1992
- Catalu?a
- Juegos Ol¨ªmpicos
- Comunidades aut¨®nomas
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Ideolog¨ªas
- Competiciones
- Gente
- Deportes
- Administraci¨®n Estado
- Eventos
- Espa?a