Los empresarios dudan de la capacidad de Major para relanzar la econom¨ªa

Los empresarios brit¨¢nicos y, en general, el conjunto de la sociedad, han acogido con satisfacci¨®n el cambio en la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno. La Confederaci¨®n de la Industria Brit¨¢nica (CBI), las c¨¢maras de comercio e incluso la oposici¨®n laborista coinciden en se?alar que el Reino Unido necesita dinero barato y mucha obra p¨²blica para evitar que la recesi¨®n desemboque en depresi¨®n. Las dudas aparecen, sin embargo, cuando se enjuicia la capacidad de John Major para aplicar una pol¨ªtica de relanzamiento de forma veros¨ªmil. El cr¨¦dito pol¨ªtico del primer ministro est¨¢ casi agotado.

La popularidad de Major es asombrosamente baja: la mayor¨ªa de los brit¨¢nicos creen que deber¨ªa dimitir, y menos de uno entre seis aprueba su actuaci¨®n en los ¨²ltimos meses, seg¨²n un sondeo publicado ayer por el semanario The European. Desde esta posici¨®n de debilidad, el primer ministro del Reino Unido se dispone a tomar "decisiones muy dif¨ªciles en los pr¨®ximos meses", seg¨²n declar¨® ayer ¨¦l mismo ante la C¨¢mara de los Comunes.Esas decisiones se centran en el plano econ¨®mico y laboral, y consistir¨¢n en la pr¨¢ctica congelaci¨®n del salario de los empleados p¨²blicos y, tal vez, en una reducci¨®n generalizada de los subsidios. El dinero ahorrado en los gastos corrientes (no se quiere, en principio, recaudar m¨¢s por la v¨ªa fiscal) ser¨¢ el que se pueda destinar a grandes obras de infraestructura.

La gran pregunta es si, Major ser¨¢ capaz de resistir la tormenta que se avecina. Los mineros del carb¨®n son solamente la punta de lanza de un creciente descontento social, que adem¨¢s de desempleados y funcionarios afecta cada vez m¨¢s a las clases medias.

La dureza de los cr¨¦ditos y el colapso del sector inmobiliario aprisionan como una tenaza a decenas de miles de familias, que han venido pagando hipotecas cada vez m¨¢s caras para adquirir casas que cada vez valen menos, con la angustia adicional de una posible p¨¦rdida del empleo. Estos son los fen¨®menos que han hecho de John Major el primer ministro m¨¢s impopular de todos los tiempos y que, seg¨²n un informe de las c¨¢maras de comercio publicado ayer, han reducido la econom¨ªa brit¨¢nica a un estado de "debilidad mortal".

Los directivos de las c¨¢maras de comercio, que presentaron ayer el informe de coyuntura m¨¢s pesimista desde la creaci¨®n de su servicio de estudios, en 1985, afirman que la econom¨ªa brit¨¢nica empeora "incesantemente" y necesita una "pol¨ªtica firme encaminada a estimular el crecimiento". Es decir, la que propone ahora Major, copiando casi exactamente (excepto en sus aspectos fiscales) la pol¨ªtica propuesta por el Partido Laborista en la pasada campa?a electoral. Los laboristas resaltaron ayer las coincidencias entre algunas frases pronunciadas por John Major estos d¨ªas y determinados p¨¢rrafos de su manifiesto electoral.

Pero Major s¨®lo ha sido capaz hasta ahora de enumerar los principios generales de su nueva pol¨ªtica, que rompe con el monetarismo de la pasada d¨¦cada y mira hacia medidas keynesianas. Los detalles (previsiones de endeudamiento p¨²blico, objetivos respecto a los tipos de inter¨¦s y la paridad de la moneda, etc¨¦tera) se desconocer¨¢n hasta que el canciller del Exchequer, Norman Lamont, presente en noviembre sus objetivos presupuestarios.

El diario liberal The Independent tom¨® ayer la iniciativa de proponer al pa¨ªs un Manifiesto para la recuperaci¨®n nacional, de diez puntos, en el que insta a Major a reducir inmediatamente los tipos de inter¨¦s hasta el 5% (ahora est¨¢n en el 8%), impulsar grandes obras de infraestructura, conceder plena independencia al Banco de Inglaterra y luchar por un acuerdo internacional sobre el GATT. The Independent se?ala que el Reino Unido vive una situaci¨®n de "m¨¢ximo peligro".