El plan de Major de ratificar Maastricht amenaza su continuidad como 'premier'
El primer ministro brit¨¢nico, John Major, se enfrenta a una nueva revuelta en los esca?os conservadores. Esta rebeli¨®n podr¨ªa ser la definitiva, porque en esta ocasi¨®n se trata de Maastricht. Las posibilidades de que el Tratado para la Uni¨®n Europea sea ratificado por el Parlamento brit¨¢nico decrecen por momentos.
Los laboristas sugieren que podr¨ªan rechazar alg¨²n art¨ªculo; en el bando tory, numerosos diputados quieren que se aplace la ratificaci¨®n porque consideran que lo urgente es afrontar la crisis econ¨®mica y social y amenazan con votar en contra si el tr¨¢mite empieza este a?o. No obstante, Major ha fijado para el pr¨®ximo 4 de noviembre el primer debate preparatorio, y ha insistido en que el rechazo a Maastricht acarrear¨ªa su dimisi¨®n.La decisi¨®n de John Major es arriesgada. Sus diputados, no precisamente satisfechos con las actuaciones recientes del primer ministro, han comprobado que disponen de un poder del que carec¨ªan en los ¨²ltimos a?os, cuando la mayor¨ªa parlamentaria de 100 esca?os era tan amplia que las opiniones minoritarias pod¨ªan ser ignoradas.
Ahora, con una mayor¨ªa de s¨®lo 21 esca?os, el Gobierno no puede asumir el menor riesgo. La retirada del plan para cerrar las minas de carb¨®n ha revelado hasta qu¨¦ punto el Gobierno depende de un pu?ado de votos.
Al menos la mitad de la ejecutiva del influyente grupo conservador Comit¨¦ 1922 quiere que la ratificaci¨®n de Maastricht sea aplazada hasta bien entrado el a?o pr¨®ximo. La raz¨®n oficial es que se debe esperar a que el problema dan¨¦s est¨¦ resuelto o en v¨ªas de soluci¨®n, con una propuesta sobre la mesa y un nuevo refer¨¦ndum convocado. La raz¨®n real es que existe un justificado temor a que el debate sobre Maastricht, que suscita opiniones muy dispares entre los tories, profundice las grietas abiertas por las crisis previas y desestabilice el partido.
Compromiso comunitario
El Comit¨¦ 1922 ha impuesto sus. opiniones sobre las del primer ministro en al menos dos ocasiones durante las ¨²ltimas semanas. Primero forz¨® la dimisi¨®n del ministro del Patrimonio, David Mellor, y oblig¨® luego a la moratoria sobre el desmantelamiento de las minas de carb¨®n.
Las posturas a favor de aplazar Maastricht fueron expuestas el jueves por la noche, durante una reuni¨®n del Comit¨¦ 1922. El presidente del comit¨¦, Marcus Fox, las traslad¨® inmediatamente al primer ministro. Pero ¨¦ste le record¨®, seg¨²n dijeron ayer fuentes de Downing Street, que hab¨ªa contra¨ªdo un compromiso con sus colegas comunitarios y que pensaba cumplirlo. El debate preparatorio se celebrar¨ªa, dijo Major, el 4 de noviembre, y el trabajoso proceso de ratificaci¨®n, art¨ªculo por art¨ªculo, comenzar¨ªa un par de semanas despu¨¦s.
Major le coment¨® tambi¨¦n a Fox que su permanencia como primer ministro estaba directamente relacionada con la aprobaci¨®n de Maastricht. "Si [los diputados conservadores] no conf¨ªan en m¨ª, tendr¨¢n que buscarse otro primer ministro que les merezca mayor confianza", afirm¨® Major la semana pasada, refiri¨¦ndose al Tratado para la Uni¨®n Europea.
La amenaza de dimisi¨®n no atemoriza a los euroesc¨¦pticos recalcitrantes, ya completamente enemistados con Major. El thatcherista Norman Tebitt declar¨® ayer que "es m¨¢s importante acabar con Maastricht que salvar la carrera de Major".
La oposici¨®n laborista tambi¨¦n empieza a ver en Maastricht una mina de ganancias pol¨ªticas y una herramienta para arrancar concesiones al acorralado primer ministro.
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