"A Catalu?a le interesa que Espa?a vaya bien, y viceversa"
Pregunta. Converg¨¨ncia ha puesto en cuesti¨®n estos d¨ªas el modelo de gobernabilidad de Espa?a simbolizado por Camb¨®.Respuesta. Creo sinceramente que no. Lo que ha habido es un debate, m¨¢s en los medios de comunicaci¨®n que en el propio partido, sobre un hipot¨¦tico acuerdo de futuro gobierno, no sobre el modelo. El catalanismo pol¨ªtico siempre ha tenido como objetivo la defensa de la identidad de Catalu?a y, por otro lado, la defensa de una participaci¨®n activa en la pol¨ªtica del Estado. Nosotros somos los continuadores de este proyecto y, por tanto, no hay ning¨²n debate sobre la cuesti¨®n. Otra cosa es si en cada coyuntura concreta esto es posible. A veces no es posible pura y simplemente porque no se necesita, porque hay mayor¨ªas absolutas, y en otras ocasiones puede ocurrir que, siendo aritm¨¦ticamente posible, no lo sea porque los programas no coinciden o porque no hay ocasi¨®n de formular un acuerdo que resulte interesante a las propias posiciones del catalanismo. Esta segunda parte del debate sobre una coyuntura concreta no est¨¢ planteada. Se dice que es en este punto donde hay discrepancias entre Pujol y yo. Me adelantar¨¦ a una previsible pregunta. En la clausura del congreso, Pujol dijo que coincid¨ªa al cien por cien con el informe que yo hab¨ªa presentado en nombre del comit¨¦ ejecutivo nacional. Otro d¨ªa se ver¨¢, cuando corresponda, c¨®mo se tendr¨¢ que administrar una coyuntura concreta que en este momento no se da. Ya s¨¦ ver¨¢, porque son muchos los factores que tienen que jugar y tienen que decidir. Pero el concepto est¨¢ claro y fue defendido muy brillantemente en el propio congreso por Maci¨¤ Alavedra [consejero de Econom¨ªa de la Generalitat] y muy bien aceptado por los congresistas.
P. S¨ª, pero Pujol dijo que a ¨¦l no le salen las cuentas para un futuro gobierno de coalici¨®n.
R. Sosteniendo una tesis que coincide con la expuesta por m¨ª en el mismo congreso: mal podr¨¢n proponernos compromisos los que incumplen los ya suscritos. No se trata de mercantilizar, como dec¨ªa Narc¨ªs Serra [vicepresidente del Gobierno].
P. Pero ?a usted las cuentas le salen?
R. ?En qu¨¦ sentido?
P. El debe y el haber.
R. A m¨ª no me gusta plantearme si me salen o no las cuentas. No es ¨¦ste el problema. Lo que s¨¦ seguro es que interesa a Catalu?a que el conjunto del Estado vaya bien. Insisto: a Catalu?a le interesa que Espa?a vaya bien, y viceversa. Al margen de las cuentas bilaterales, hay unas cuentas globales que si en el conjunto de Espa?a no van bien, es muy dif¨ªcil que resolvamos. Yo tengo, que defender en mi acci¨®n para la democracia espa?ola unas posiciones que reflejen un sentir y una preocupaci¨®n de Catalu?a, pero que son v¨¢lidos para el conjunto de Espa?a.
P. Su tesis de siempre: defender los intereses de Catalu?a defendiendo al mismo tiempo los intereses de Espa?a.
R. L¨®gicamente, no puede ser, no pod¨ªa ser, en contraposici¨®n. Todo lo que se contrapone es dif¨ªcil de solucionar. Aqu¨ª, de lo que se trata es de decir que junto con mis problemas espec¨ªficos y mis relaciones bilaterales hay tambi¨¦n intereses globales que me afectan. Si hoy hacemos unas preguntas a los ciudadanos de Catalu?a, veremos que les preocupan l¨®gicamente los problemas auton¨®micos, pero tambi¨¦n la situaci¨®n econ¨®mica, la Ley de C¨¢maras y la Ley de Arrendamientos Urbanos. Siempre he sostenido que una parte importante de nuestra propia acci¨®n como partido tiene como escenario la pol¨ªtica global de Espa?a. Hay muchas cosas que reclaman esta presencia y participaci¨®n constante de la acci¨®n pol¨ªtica espa?ola.
P. ?Pueden resolverse los retos que tiene Catalu?a sin plantear una pol¨ªtica de intervenci¨®n en la gobernabilidad de Espa?a?
R. A mi entender resultar¨ªa dificil, y en todo caso no creo que debamos renunciar a las posibilidades que esta participaci¨®n nos dar¨ªa para solucionar los problemas de Catalu?a. Una acci¨®n pol¨ªtica siempre tiene muchos instrumentos. Tiene intereses y objetivos prioritarios, seguro; pero tiene muchos instrumentos al servicio de estos intereses prioritarios. A veces, estos instrumentos pueden estar centrados en el propio ¨¢mbito de Catalu?a. A veces, estos instrumentos est¨¢n centrados fuera de Catalu?a. A veces, puede ser la pol¨ªtica espa?ola. Los instrumentos se sit¨²an en donde hay una posibilidad de ser eficaz al servicio de estos objetivos e intereses prioritarios. Por tanto, su pregunta se puede contestar negativamente.
P. Ha pasado la primera semana en Madrid desprovisto del cargo de secretario general de CDC. ?Le dificulta su papel de interlocutor?
R. No he tenido la sensaci¨®n de ello. Mi condici¨®n de portavoz est¨¢ muy consolidada y no tengo dificultad de interlocuci¨®n en Madrid por esta cuesti¨®n. Lo que s¨ª es cierto es que voy a acentuar escrupulosamente lo que dir¨ªamos mis deberes de estar muy seguro de que lo que haga est¨¢ de acuerdo con los intereses de la coalici¨®n. No tengo por qu¨¦ presumir que ya estar¨¢n de acuerdo con lo que haga, sino que es mejor que lo consulte m¨¢s y que lo tome en cuenta.
P. Tres semanas despu¨¦s de su renuncia emergen los verdaderos motivos de su decisi¨®n. No se habla de Uni¨® Democr¨¢tica.
R. Por aqu¨ª no vamos a avanzar mucho porque me ratifico en que los problemas son los que dije y ninguno m¨¢s. Adem¨¢s, son ¨¦stos y nada m¨¢s que ¨¦stos, entre otras e important¨ªsimas razones, porque no quiero que sean m¨¢s que ¨¦stos. Mi mejor contribuci¨®n es la de lubrificar desde el silencio el proceso de reflexi¨®n que se ha abierto.
P. Pero sus colaboradores, a los que no desautoriza, hablan abiertamente de los problemas.
R. Yo no puedo desautorizar a los colaboradores an¨®nimos.
P. Es que no son an¨®nimos...
R. No quiero desautorizar ni unos ni a otros. No quiero desautorizar a nadie. Lo que digo es que situaciones como la que ahora se ha planteado en CDC, que pueden ser muy positivas desde el punto de vista de la reflexi¨®n que se ha abierto, requieren mucho seny, mucha tranquilidad, porque de lo contrario lo complicamos. Para m¨ª todo esto ha tenido su parte de sacrificio y su parte de una lucha cargada de sentimiento, pero lo he hecho sabiendo que esto facilita las relaciones de la coalici¨®n.
P. Ha dicho que las declaraciones de Pujol no contribu¨ªan a pacificar, a calmar el partido.
R. Lo que dije ya est¨¢ dicho pero al terminar dije otra cosa: que no quer¨ªa hablar m¨¢s de este tema y que el sentido com¨²n acompa?ase a todos ...
P. Le ped¨ªa seny ...
R. Para m¨ª y para todos.
P. En CDC se advierten dos sensibilidades cada vez m¨¢s distanciadas que no afectan s¨®lo a la gobernabilidad de Espa?a Pujol dice: Converg¨¨ncia, m¨¢s que un partido es un movimiento nacionalista, de adhesi¨®n al pa¨ªs
R. En Converg¨¨ncia no hay s¨®lo dos sensibilidades, hay muchas. Por definici¨®n, a los convergentes les une su catalanismo puro. Me plantea un tema del que no me da apuro hablar. CDC es un partido que se construy¨® con la voluntad de agrupar a gente diversa, con aquello que dec¨ªamos el pal de paller [columna vertebral], y como todo partido, tiene la obligaci¨®n de penetrar en la sociedad para servirla, no para sustituirla. El d¨ªa que un partido quiera sustituir a la sociedad civil estar¨¢ en una confusi¨®n muy peligrosa. O el d¨ªa en el que se pretenda dirigir a la sociedad civil se estar¨¢ en otra confusi¨®n peligrosa. Partidos y sociedad civil son dos maneras de servir al pa¨ªs que no deben confundirse. Si alg¨²n riesgo hay es de que la sociedad asuma a veces papeles que nos corresponden a los pol¨ªticos, pero no debe haber nunca la tentaci¨®n de que nosotros asumamos papeles que le corresponden a la sociedad.
P. Pero no me dir¨¢ que su modelo es el del Freedom for Catalonia [la campa?a independentista promovida durante los Juegos Ol¨ªmpicos].
R. Me resultar¨ªa muy in¨²til en este momento formular una valoraci¨®n sobre aquella cuesti¨®n, entre otras razones porque ser¨ªa tanto como aceptar una autor¨ªa que como partido no puedo aceptar.
P. ?Qu¨¦ les dir¨ªa usted a los militantes de Converg¨¦ncia que creen que Roca es un espa?olista, que est¨¢ dispuesto a utilizar la fuerza de su partido y la de Catalu?a para ser ministro?
R. No puedo aceptar que exista tanto error entre la gente que yo aprecio; no puede ser. Si son de otros partidos, les dir¨¦ que est¨¢n equivocados. Si algo me caracteriza es que no tengo una ambici¨®n personal concreta. La gente que dice que soy ambicioso, que reflexione sobre lo incompatible de esta idea con la de estar 15 a?os siendo oposici¨®n y en la que eres feliz porque te han aceptado tres enmiendas en los Presupuestos, cuatro en otra ley y te han aprobado una proposici¨®n no de ley. Cuando te paseas por toda Espa?a y te encuentras suboficiales de la Guardia Civil para los que has conseguido un tratamiento importante porque se les hab¨ªa impedido acceder a la reserva activa, y te dicen "muchas gracias", me siento muy satisfecho. F¨ªjese, un nacionalista catal¨¢n ocup¨¢ndose de los suboficiales de la Guardia Civil. Esto para m¨ª es un exitazo.
P. ?En qu¨¦ marco deber¨ªa situar CDC sus relaciones con Uni¨®?
R. Si yo me he situado fuera de este tema es para no generar ninguna tensi¨®n personal. El presidente tiene las ideas claras y ya lo resolver¨¢. Ojal¨¢ se resuelva, y cuanto antes mejor porque esto facilitar¨ªa mucho las cosas.
P. ?Quiere usted participar internamente en este debate?
R. S¨®lo en la medida en que se estime que es ¨²til.
P. La decisi¨®n la deja en manos de los dem¨¢s.
R. S¨ª porque mi opini¨®n es, en este caso, lo menos importante.
P. Usted ha sacado a debate la necesidad de que se analice desde el partido la obra del Gobierno catal¨¢n. Si se hace bien esta obra.
R. Seguro que se hace bien.
P. Que se debata.
R. Vamos a ver, no voy a contestar hablando de CDC en concreto, sino de una cuesti¨®n te¨®rica. Todos los partidos de gobierno tienen un problema com¨²n: c¨®mo se articula el deseo de los militantes de participar en las grandes decisiones pol¨ªticas. Es un debate que est¨¢ en todas partes, hasta en nuestros niveles m¨¢s bajos del partido. All¨ª donde tenemos una alcald¨ªa el partido quiere estar informado. Hay una autonom¨ªa que nosotros reconocemos en la acci¨®n de gobierno. Lo que pasa es que puede ser compatible con unas relaciones que den mayor sensaci¨®n de participaci¨®n a los militantes. Es muy dificil de resolver, pero es un debate apasionante.
P. Usted ha ocupado desde 1989 la secretar¨ªa general de CDC. ?Cu¨¢l debe ser el papel de un secretario general de Converg¨¨ncia?
R. No soy nadie para dar consejos al que tenga que venir y por tanto ya lo har¨¢ ¨¦l como crea conveniente.
P. No me refer¨ªa a c¨®mo deb¨ªa actuar, sino a qu¨¦ instrumentos deber¨ªa tener.
R. Este es un partido en el que lo m¨¢s importante son las relaciones humanas. Siempre he dicho que no he tenido que aplicar nunca la disciplina, en todo caso ni lo recuerdo casi; es decir, siempre ha sido problema de amistad, de coritacto, de relaciones.
P. En pocas semanas se deber¨¢ nombrar un nuevo comit¨¦ ejecutivo. ?Desea participar en su elaboraci¨®n?
R. No tengo ninguna legitimidad para ello.
P. ?Piensa incorporarse al secretariado permanente del partido?
R. No, no es una decisi¨®n m¨ªa. No s¨¦ lo que el nuevo secretario general o el propio presidente puedan decidir. He tomado una decisi¨®n y tengo que aceptar todas sus consecuencias. Lo que no puedo hacer es intentar limitar los efectos de mi propia decisi¨®n. Tiene unas consecuencias y unos efectos, los acepto todos y espero que, todo ello sea ¨²til, este es mi gran reto.
P. Pero si se lo pide Pujol, ?se incorporar¨¢?
R. Me resultar¨ªa muy dif¨ªcil decir que no; no s¨¦ de qu¨¦ manera tendr¨ªa que ponerse la cosa para que yo dijera que no.
P. Pujol dice que el debate debe situarse en el terreno de las ideas y no de las personas.
R. En mi renuncia no hablaba para nada de personas. En mis comportamientos y actitudes no habr¨¢ nunca nada que afecte a las personas. En mi caso, ni de ideas se trata; se trata simplemente de ayudar al mejor funcionamiento de la coalici¨®n. El problema debe existir porque si no no abrir¨ªamos una reflexi¨®n sobre este problema que he planteado de la coalici¨®n. Ya es un buen punto de partida reconocer la existencia de esto.
P. El vicepresidente del Gobierno, Narc¨ªs Serra, apunta que los partidos deben luchar contra el esp¨ªritu de secta, que no son propiedad de un n¨²cleo de dirigentes. ?Comparte este planteamiento?
R. Es dif¨ªcil no compartirlo. Un partido es de todos los militantes, pero tambi¨¦n a la vez es de algo m¨¢s que los militantes porque ha habido all¨ª un dep¨®sito de confianza muy importante de los electores; por tanto, los militantes est¨¢n administrando una confianza que los electoresles han dado. Los militantes son al final los verdaderos propietarios del partido.
P. ?Sufri¨® mucho en el congreso?
R. La sensaci¨®n del congreso fue muy emocionante porque hab¨ªa mucho cari?o en la actitud de los congresistas. Desde que ha terminado, de lo que tengo ganas es de que pasen las semanas.
P. S¨ª, pero vio cosas impensables. La elecci¨®n del Consejo Nacional planteado en clave fraccional. ?stos son m¨ªos y estos no. No le debe de gustar.
R. No me gusta, pero me olvido, ya est¨¢. Ahora, tiempo al tiempo. Prudencia y seny y si esto fuera el final de la entrevista dir¨ªa: que Dios nos ilumine a todos.
P. Casi. Es la pen¨²ltima pregunta. ?Tiene la sensaci¨®n de que la puerta para su retorno se est¨¢ cerrando?
R. Cuando uno toma una decisi¨®n, la toma con todas sus consecuencias y, por tanto, a partir de ahora no tengo que cerrar ninguna puerta. Tengo que reconocer que los dem¨¢s tienen derecho a hacer lo que quieran.
P. Pero la puerta para que usted vuelva parece cada vez me nos abierta.
R. Yo creo que no... pero sobre todo es que no lo, quiero creer.
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