Homenaje

Prefiero a aquellos papas valencianos que alternaban el perd¨®n y el veneno. Con una mano sumamente blanda daban la absoluci¨®n, y al instante, con igual elegancia, aprovechando la misma bendici¨®n, vaciaban en la copa contraria la ponzo?a que guardaban en el anillo de esmeralda. Se cumple ahora el 5000 aniversario del pontificado de Alejandro VI. Este Borgia convulso tuvo amores oscuros con su hija Lucrecia, a la que ense?¨® las artes de impartir sorbetes de efecto fulminante, y a su hijo C¨¦sar lo prepar¨® para que fuera modelo del pr¨ªncipe de Maquiavelo. Tambi¨¦n encarg¨® la Piedad a Miguel ?ngel. Se celebra igualmente este a?o el 5000 aniversario del nacimiento de Luis Vives, un jud¨ªo valenciano de fin¨ªsima nariz que, oli¨¦ndose la hoguera, huy¨® a Flandes, donde acab¨® de elaborar, junto con Erasmo, el humanismo que todav¨ªa nos nutre. Pienso en estos personajes de mi tierra y voy caminando entre redes azules tendidas en la explanada del puerto hacia la lonja del pescado para comprar unas escorpas; las asar¨¦ a la plancha en su honor y sobre su carne rosada derramar¨¦ aceite y or¨¦gano. Estaba muy femenina la mar esta ma?ana y en el interior de su sonrisa los atunes se beb¨ªan los anzuelos de unos pescadores. Debajo de los limoneros cuajados hab¨ªa algunos cepos con los que tal vez los amantes dieron suplicio de amor a una novia que tambi¨¦n se llamaba Lucrecia. Estos de hoy no son papas. Ahora ya piden perd¨®n por haber encarcelado a Galileo, aunque no por haber asado a Giordano Bruno, que se limit¨® a decir que despu¨¦s de Cop¨¦rnico ya no hab¨ªa cielo, puesto que este planeta ya estaba navegando por ¨¦l. Est¨¢n en el cielo de Cop¨¦rnico estos limoneros y todas las Lucrecias atadas; el humo perfumado de los peces se extiende hacia ellas. Prefiero a aquellos pont¨ªfices valencianos que operaban con veneno: su perfidia inaugur¨® la modernidad, su rostro se reproduce a¨²n en ciertos mascarones de viejas naves mediterr¨¢neas. Para celebrarlo, me tomar¨¦ dos escorpas a la plancha.