Olvidado en el Reina Sof¨ªa
La muerte de Gregorio Prieto coincide con un periodo de olvido tanto de su persona como de su obra. En septiembre se inaugur¨® la colecci¨®n permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa y en ella se ignora por completo a este pintor, a pesar de que el espacio de las vanguardias de los a?os veinte y treinta dedica una sala al realismo y a la figuraci¨®n cercanas al surrealismo.Distintas etapas jalonan la creaci¨®n art¨ªstica de Gregorio Prieto. Hasta finales de los a?os veinte su tem¨¢tica se reduce al paisaje, a la naturaleza muerta y al retrato, tratados de una forma cercana al impresionismo. Su relaci¨®n con la literatura y especialmente con la Generaci¨®n del 27 lo marcar¨¢n profundamente. En 1928 consigue una beca para la Academia Espa?ola de Bellas Artes de Roma, donde permanece hasta 1932. Es ahora cuando crea sus mejores obras pict¨®ricas: Serie de los maniqu¨ªes y cuadros greco-romanos. En la primera, se traduce la influencia de Giorgio de Chirico. Escenas de maniqu¨ªes andr¨®ginos entrelazados que traslucen una sexualidad reprimida. Al igual que, en la segunda, marineros y personajes romanos pueblan ruinas cl¨¢sicas en una actitud ambigua. Se trata la tem¨¢tica homosexual de una forma hasta entonces in¨¦dita en la pintura espa?ola.
No obstante, este atrevimiento se encubre a trav¨¦s de una poetizaci¨®n hedonista. Tambi¨¦n en Roma, junto con Eduardo Chicharro, hijo, y en contacto con el cineasta Carl Dreyer, realiza una serie de im¨¢genes fotogr¨¢ficas en las que el pintor adopta roles de masculinidad. Estas fotograf¨ªas constituyen un ejercicio de narcisismo que ser¨¢ una de las constantes de su obra.
En 1936, el inicio de la guerra civil espa?ola y, en concreto, el asesinato de Federico Garc¨ªa Lorca, deciden su exilio voluntario en Londres. All¨ª vivir¨¢ durante varios a?os con Luis Cernuda. En esta ¨¦poca inglesa se centra en el dibujo, llegando a ser maestro de la l¨ªnea.
Regresa a Madrid en 1947, pero su miedo y su inmersi¨®n en la raqu¨ªtica vida cultural del momento anulan al creador vanguardista; esp¨ªritu que ¨²nicamente vuelve a aflorar en sus contactos con el postismo y en una serie de fotomontajes y collages de finales de los sesenta. Tras su vuelta, Gregorio Prieto se establece como un retratista de la clase alta y un pintor de paisajes y molinos. Esto, junto con su excesiva productividad y actitud mercantilista configuran la negativa imagen que actualmente se tiene de ¨¦l.
Juan Antonio ?lvarez y Rafael Doctor son historiadores de arte.
Babelia
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