"No hay ninguna raz¨®n para que la siderurgia est¨¦ en manos p¨²blicas"
El d¨¦ficit comercial espa?ol es ahora el principal problema de la econom¨ªa espa?ola. Claudio Aranzadi tiene en ¨¦l uno de los principales frentes, junto a la pol¨ªtica industrial y el fomento del turismo.Pregunta. El creciente aumento del d¨¦ficit comercial evidencia la p¨¦rdida de competitividad de la econom¨ªa espa?ola. Tambi¨¦n preocupa la disminuci¨®n de la capacidad de utilizaci¨®n industrial, que ha ca¨ªdo del 82% al 76% en los ¨²ltimos cinco a?os. ?Qu¨¦ piensa hacer?
Respuesta. La capacidad instalada es la l¨®gica de una fase recesiva, al igual que en otros pa¨ªses. Sin embargo, lo que es un dato preocupante es la evoluci¨®n del d¨¦ficit comercial y, por tanto, del de cuenta corriente. Pero, en los ¨²ltimos a?os la inversi¨®n en equipos productivos ha crecido a ritmos entre el 10% y el 15% anual en t¨¦rminos reales, un 5% m¨¢s que la media comunitaria. Esto se ha manifestado en un fort¨ªsimo crecimiento de la productividad industrial, muy por encima de la CE. Ahora bien, el crecimiento de los salarios tambi¨¦n ha estado muy por encima del crecimiento de la mayor parte de esos pa¨ªses, lo que ha supuesto que el crecimiento del coste salarial unitario tambi¨¦n est¨¦ por encima.
P. Pero el peso de los salarios no puede ser la culpa de todo. En algunos sectores, el coste de los salarios no significa m¨¢s del 20% de los costes generales, similares a los costes de los servicios. La media de los asalariados ha ganado 8 o 10 puntos, y en la CE, 15 puntos.
R. Evidentemente, el coste salarial no es el ¨²nico factor de la competitividad. Hay otros factores en los que se ha avanzado, como la innovaci¨®n tecnol¨®gica, la calidad industrial, el dise?o industrial y la internacionalizaci¨®n de las empresas. Sobre la relaci¨®n de salarios, no hablo desde el punto de vista de las rentas, sino de los costes.
P. Hay un factor de competitividad b¨¢sico, que es el tipo de cambio de la peseta. Al final, la devaluaci¨®n ha dado la raz¨®n a los exportadores que se quejaban.
R. Es importante definir qu¨¦ contexto cambiarlo es m¨¢s positivo para una econom¨ªa a medio plazo, la de mantenerse en una banda de fluctuaci¨®n como la que se deriva del Sistema Monetario o de uno libre, en el que la devaluaci¨®n del tipo de cambio vaya recogiendo la p¨¦rdida de competividad derivada de las diferencias del crecimiento real de la renta en la econom¨ªa. En mi opini¨®n, el escenario mejor es el primero, que es por el que apost¨® el Gobierno espa?ol.
P. De vuelta al d¨¦ficit comercial, es evidente que cada vez se compensa menos con el turismo.
R. La evoluci¨®n del turismo no ha podido compensar el crecimiento del d¨¦ficit comercial. Lo preocupante es el volumen del d¨¦ficit comercial, porque a lo largo de 1992, en una fase de crecimiento bajo de la econom¨ªa espa?ola, sigue habiendo partidas que experimentan crecimientos altos, como coches, segmentos de confecci¨®n, electrodom¨¦sticos de l¨ªnea marr¨®n..., que muestran que sigue manteniendo un fort¨ªsimo consumo de productos de alta calidad del extranjero. Por ello, lo m¨¢s importante es seguir en el marco de internacionalizaci¨®n para favorecer una presencia estable de la empresa espa?ola en el exterior. Precisamente, al ser el d¨¦ficit comercial el elemento m¨¢s preocupante, la pol¨ªtica industrial debe concentrar sus esfuerzos en las iniciativas de fortalecimiento de la internacionalizaci¨®n con mayores fondos p¨²blicos.
P. Desde hace unos meses han vuelto a cobrar fuerza las teor¨ªas que reclaman un mayor peso del Estado. Las econom¨ªas fuertes son las que han desarrollado lazos de cooperaci¨®n entre la Administraci¨®n y las empresas. ?Qu¨¦ pol¨ªtica industrial quiere hacer usted?
R. El planteamiento es que s¨ª debe haber pol¨ªtica industrial, pero no cualquier pol¨ªtica industrial. Ahora bien, considerar que es irrelevante lo que haga el Estado es absurdo. ?Qu¨¦ puede hacer? Pues llevar a cabo una pol¨ªtica macroecon¨®mica que contenga los principales desequilibrios, que favorezca la convergencia, que condense un programa de infraestructuras de transportes y comunicaciones y de mejora de recursos humanos por medio del sistema educativo y formaci¨®n profesional. Y adem¨¢s, iniciativas de pol¨ªtica industrial, aunque no cualquiera. Pero no hay que ahorrarse el debate diciendo que en Espa?a no existe pol¨ªtica industrial. Lo deseable ser¨ªa que se pudiesen reducir las aportaciones de fondos p¨²blicos destinadas al carb¨®n, a la siderurgia y al sector naval, que asumen un volumen muy importante: de este ministerio, y se pudiesen dedicar a financiar las pol¨ªticas de car¨¢cter horizontal.
P. El hecho de que Clinton haya ganado con un programa m¨¢s intervencionista ?no cree que ello pone de manifiesto el fracaso del liberalismo de Reagan y Thatcher?.
R. Yo creo que es una cuesti¨®n de ciclos. No tiene sentido un intervencionismo a ultranza ni un doctrinalismo liberal. Nunca el Gobierno socialista se ha hecho eco de esas dos cosas. En Espa?a, el intervencionismo es una caracter¨ªstica pol¨ªtica fundamentalmente de la derecha. Parad¨®jicamente, el Gobierno socialista ha tenido que introducir elementos liberales en un discurso intervencionista t¨ªpico de la derecha. El ejemplo es la empresa p¨²blica. Las nacionaliz¨® la derecha y las privatiz¨® la izquierda.
P. Pero hay datos objetivos. La liberalizaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola se ha hecho muy por delante de los plazos comprometidos.
R. La liberalizaci¨®n no era importante porque hubiese un compromiso con Europa, sino para que hubiese un sistema productivo y econ¨®mico moderno y competitivo. La integraci¨®n en Europa ha servido de acicate. Pero no se debe identificar como una pol¨ªtica de derechas. Es una pol¨ªtica socialdem¨®crata que ha venido a liberalizar un sistema gestionado por la derecha, caracterizado por el proteccionismo y el intervencionismo. Por tanto, lo que ha hecho la socialdemocracia es liberalizar el sistema econ¨®mico espa?ol. El que ha liberalizado el sistema econ¨®mico ha sido el PSOE; es decir, la socialdemocracia espa?ola.
P. El partido socialista ha perdido la oportunidad de crear un tejido industrial y un gran grupo p¨²blico espa?ol.
R. La pol¨ªtica industrial no debe discriminar empresa p¨²blica y privada. Lo que hay que plantearse es cu¨¢l es la justificaci¨®n econ¨®mica de la existencia de empresa p¨²blica. Por un lado, por motivos de eficiencia, que es la correcci¨®n de eventuales fallos del mercado, y por otro, por razones de pol¨ªtica de equidad y de pol¨ªtica redistributiva. Existe justificaci¨®n en aquellas empresas en que pueden obtenerse econom¨ªas de coordinaci¨®n (Red El¨¦ctrica), o compensar externalidades negativas que a trav¨¦s del mercado no se podr¨ªan realizar (Enresa). Pero no existe ninguna justificaci¨®n de que el Estado produzca acero, o autom¨®viles, o bienes de equipo, o aluminio. Ni cuando ganan ni cuando pierden.
P. ?Pero por qu¨¦ privatizar las empresas rentables?
R. En mi opini¨®n, justificaci¨®n econ¨®mica para la existencia de empresa p¨²blicas hay poca. Aunque exista una empresa con beneficios, si no existe justificaci¨®n econ¨®mica, tarde o temprano terminar¨¢ por privatizarse. No hay raz¨®n para que existan recursos inmovilizados en una empresa, aunque tenga beneficios, dado el riesgo que supone y que esos recursos puedan estar dedicados a otras actividades m¨¢s t¨ªpicas.
P. ?C¨®mo afecta a Espa?a la guerra comercial con EE UU?
R. Uno de los aspectos que se est¨¢n estudiando es establecer mecanismos de resoluciones de los conflictos que no supongan el uso de medidas de represalia. Este tipo de medidas unilaterales de represalia no es acorde con el esp¨ªritu del GATT, y es deseable que se llegue a un acuerdo en la Ronda Uruguay para que los mecanismos de resoluci¨®n de los conflictos tengan otro car¨¢cter, de manera que se puedan resolver con mecanismos multilaterales y en ning¨²n caso con represalia.
P. ?Qu¨¦ va a pasar con la siderurgia?
R. No existe ninguna raz¨®n s¨®lida para que el sector sider¨²rgico est¨¦ en manos del Estado. Por tanto, en la medida que sea posible, hay que pasarlo a accionistas privados cuando sea posible. El principal objetivo es configurar, tanto en Sidenor como en la siderurgia integral, un grupo empresarial s¨®lido con niveles de rentabilidad racionales.
P. ?La v¨ªa de salida de la actual situaci¨®n ser¨ªa un pacto con los sindicatos?
R. Debe ser posible seguir manteniendo abierta la mesa de discusi¨®n tripartita con los sindicatos y patronal, aunque se mantenga la profunda discrepancia entre los sindicatos y el Gobierno. Tiene que ser posible el mantenimiento de la discusi¨®n.
De ah¨ª la declaraci¨®n de Antonio Guti¨¦rrez de que no todas las mesas de negociaci¨®n deben dar algo, con la exigencia de que exista o no acuerdo.
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