La cur¨ªosidad vencio al panico

-Vaya regalo de Navidad", exclam¨® el alcalde de La Coru?a, Francisco V¨¢zquez, con la vista fija en una columna de humo de un kil¨®metro de altura. Polic¨ªas municipales y miembros de Protecci¨®n Civil se desplegaron por las calles del barrio de Las Adormideras meg¨¢fono en mano: "No se preocupen, no pasa nada grave, pero abandonen ordenadamente sus casas". Unas 300 personas fueron evacuadas y alojadas en hoteles y casas de familiares. En el resto de la ciudad, la nube de humo y el riesgo de nuevas explosiones oblig¨® a las patrullas a pedir a los vecinos que cerrasen puertas y ventanas y no salieran. Pero la curiosidad pudo m¨¢s que el p¨¢nico. Tras la gran. explosi¨®n, a las 10.07, los vecinos se fueron acercando para hacer fotos, comentar el siniestro y recordar otros similares.

"Estamos muy preocupados, pero no vamos a salir corriendo. Sobre todo nos preocupan las consecuencias ecol¨®gicas", afirmaban ayer dos j¨®venes junto a la estaci¨®n mar¨ªtima. Quiz¨¢ por que accidentes de este tipo no cogen por sorpresa a La Coru?a y porque el siniestro fue televisado en directo desde primera hora de la ma?ana, la reacci¨®n de los ciudadanos fue, seg¨²n el director general de la Marina Mercante Rafael Lobeto Lobo, de "un gran temple".Victorina Ruiz, de 75 a?os recuerda que fue ayudada por la Guardia Civil a bajar de un edificio pr¨®ximo a la zona siniestra da. "En ning¨²n momento he pasado miedo. No ha habido p¨¢nico porque todo se ha hecho muy ordenado Sin embargo, su hijo Francisco se lamenta: "Por m¨¢s a?os que viva jam¨¢s podr¨¦ olvidar esta tragedia".

Tres obreros que trabajaban en el tejado de un centro social en construcci¨®n permanec¨ªan ajen os a toda la operaci¨®n hasta que un agente repar¨® en ellos. y les orden¨® bajar. "De eso nada" fue su primera y un¨¢nime respuesta. "?Qui¨¦n nos va a pagar el jornal?". Quienes s¨ª dejaron sus ocupaciones fueron los alumnos de dos institutos, cuatro colegios y una guarder¨ªa de la zona, que fueron enviados a casa, ante elinminente peligro de contaminaci¨®n. Las autoridades de La Coru?a han decidido la suspensi¨®n de las clases hasta el mi¨¦rcoles en todos los colegios de la ciudad. Tambi¨¦n hoy quedar¨¢ prohibido el tr¨¢fico de veh¨ªculos pesados y semipesados para facilitar el tr¨¢nsito de los servicios de auxilio.Las fuerzas de seguridad y de Protecci¨®n Civil concentraron su esfuerzo, adem¨¢s de en la evacuaci¨®n de los vecinos de Las Adormideras, en acordonar la zona para mantener las calles permanentemente abiertas para los servicios de bomberos y de an¨¢lisis de contaminaci¨®n.Incluso las 300 personas residentes en los edificios m¨¢s cercanos que fueron evacuadas, s¨®lo pasaron brevemente por el pabell¨®n de Riazor, donde se hab¨ªa organizado la acogida, y la mayor¨ªa de ellos se fueron enseguida a hoteles o a casas de familiares o amigos.Los que no fueron evacuados fueron los internos de la c¨¢rcel de La Coru?a, situada muy cerca del lugar del siniestro. La gobernadora civil, Pilar Lled¨®, explic¨® que en ning¨²n momento hubo peligro para los reclusos pero que, sin embargo, veh¨ªculos de la Guardia Civil estuvieron dispuestos en todo momento para una eventual evacuaci¨®n.Mientras el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, permanec¨ªa en su despacho de Santiago de Compostela recabando datos sobre la tragedia, el Gobierno Civil de La Coru?a difundi¨® a la una de la tarde un comunicado urgente en el que solicitaba a la poblaci¨®n la calma que ¨¦sta ya hab¨ªa demostrado durante toda la ma?ana. "La nube de humo ha sido analizada por t¨¦cnicos de Repsol, quienes nos comunica en que no se trata de humo t¨®xico", se aseguraba.

La arque¨®loga que dirige los trabajos de restauraci¨®n de la Torre de H¨¦rcules relat¨®: "Ve¨ªamos el humo y las explosiones, y cuando nos avisaron de que pod¨ªa existir peligro dimos ¨®rdenes de bajar y yo me fui a buscar a mi hija a. una guarder¨ªa que est¨¢ en la zona, y me fui a casa".

Mientras, al lado del puerto, en el hotel Atl¨¢ntico, los 30 tripulantes del petrolero siniestrado permanec¨ªan descansando y con ¨®rdenes estrictas de no hacer ninguna declaraci¨®n. S¨®lo uno de ellos, cuando se le pregunt¨® qu¨¦ hab¨ªa pasado, acert¨® a decir: "Mal tiempo".

El alcalde, Francisco V¨¢zquez, no obstante, calific¨® el accidente, de "aut¨¦ntica tragedia para la ciudad" si bien a?adi¨® que, "dentro del desastre que significa, la situaci¨®n est¨¢ controlada". En la mente del alcalde, como en la de todos los vecinos y en las de los responsables de las distintas administraciones que intentaban hacer frente al siniestro estaba grabada la imagen de otro hongo de humo negro. Fue la tragedia del Urquiola, que embarranc¨® a la entrada del puerto hace ahora 16 a?os, al chocar contra una aguja p¨¦trea que no estaba en las cartas marinas.

Entonces, toda la ciudad quedo marcada por los residuos negruzcos que precipit¨® la lluvia sobre calles, veh¨ªculos y personas, mientras que en las aguas quedaba ani4uilada toda la riqueza marisquera de la zona. Hace tan s¨®lo dos semanas que la Administraci¨®n liquid¨® las indemnizaciones a los mariscadores. Han sido 16 a?os esperando para ahora volver a empezar.