Cosm¨¦tica politica para resacas electorales
Los partidos 'Maquillan' los excesos de gastos
Balances dif¨ªciles de comprobar. Subvenciones p¨²blicas registradas en cuant¨ªas inferiores a las certificadas por las instituciones. Documentos entregados fuera de plazo. Donativos ingresados; en dep¨®sitos bancarios sin todos los requisitos. La radiograf¨ªa de las cuentas de los partidos, tal y como aparece perfilada en el proyecto de informe fiscalizador del Tribunal de Cuentas sobre los datos de 1988, refleja la precaria organizaci¨®n contable de los partidos y muestra una ingenier¨ªa para encubrir los excesos en los gastos electorales, seg¨²n reconoce en privado un consejero del citado tribunal.
La presunci¨®n de que casi todos los partidos utilizan argucias contables para no sobrepasar en sus balances el tope de gasto permitido en per¨ªodos electorales se convierte en algo m¨¢s que una sospecha tras un an¨¢lisis de su contabilidad como el realizado por el Tribunal de Cuentas. M¨¢s a¨²n despu¨¦s del caso Filesa, que ha llevado a algunos dirigentes socialistas a reconocer que la investigaci¨®n judici ¨¢l podr¨ªa hallar un encubrimiento de gastos electorales del PSOE.Desde el PSOE (175 diputados) a Uni¨®n del Pueblo Navarro (un diputado), todos los partidos contabilizan menos subvenciones p¨²blicas de las que ingresan en realidad. Todos, menos el partido socialista en este caso, dejan fueran de sus balances las aportaciones de ayuntamientos y diputaciones.
Alianza Popular (AP) present¨® en 1988 como actividades de la precampa?a de las elecciones catalanas, realizadas ese a?o, labores que en realidad hab¨ªa desarrollado durante la campa?a propiamente dicha. "Actuaci¨®n que impide verificar", indica el Tribunal de Cuentas, "si los gastos efectivos de dicha campa?a superan los l¨ªmites impuestos por las leyes electorales".
Igualmente, el Partido de los Socialistas de Catalu?a (PSCPSOE) no ha demostrado que algunos gastos que justific¨® como preelectorales fueran tales y no de ¨ªndole estrictamente electoral.
El CDS incluy¨® como gastos corrientes al menos 86 millones de pesetas invertidos en apoyo de las candidaturas de ese partido en las elecciones al Parlamento catal¨¢n. Con motivo de esas mismas elecciones, Converg¨¦ncia Democr¨¢tica de Catalu?a (CDC) anot¨® como gastos ordinarios de partido 50 millones, que correspond¨ªan a actividades electorales. Uni¨® Democr¨¢ticade Catalunya hizo otro tanto, y consign¨® como costes ordinarios .12 millones destinados a la campa?a electoral.La legislaci¨®n electoral permite a los partidos recibir dona tivos de particulares, con una cuant¨ªa m¨¢xima de 10 millones de pesetas por persona y a?o. De atender a los datos aportados por algunas fuerzas, esas ayudas resultar¨ªan poco menos que in existentes. La reticencia frente a esa versi¨®n radica en que el Tribunal de Cuentas constata que la mayor¨ªa de los partidos, entre ellos el PSOE y el PP, no disponen de una cuenta espec¨ªfica, como deber¨ªan, para controlar los donativos. Y los que las han abierto, no lo han hecho con todos los requisitos establecidos. Transcurrido 1988, AP no hab¨ªa amortizado cr¨¦ditos por 377 millones que deb¨ªa tener ya pagados un a?o antes, sin que las cuentas de ese partido reflejasen el incremento de la deuda por los intereses impagados. Su balance no inclu¨ªa pr¨¦stamos por 168 millones de pesetas, y la deuda real con la Caja de Ahorros de Plasencia era superior en 26 millones de pesetas a la contabilizada por AP. Una "circunstancia que denota la no fiabilidad de las cuentas rendidas", seg¨²n el autor de la fiscalizaci¨®n realizada por el Tribunal de Cuentas, el consejero El¨ªseo Fern¨¢ndez Centeno.
Aunque en menor cuant¨ªa, el PNV tambi¨¦n ha incurrido en irregularidades parecidas. A. finales de 1988, manten¨ªa intacta la deuda crediticia con la Caja de Ahorros Vizca¨ªna por 139 millones, sin que el saldo mostrado por el PNV un a?o despu¨¦s apareciera incrementado con los intereses, no pagados. El PSOE, cuyas finanzas controlaba Guillermo Galeote, tuvo que anotar ese a?o un aumento de sus deudas por 2.179 millones por intereses acumulados y adeudados.
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