Jacques Delors ahoga por la ampliaci¨®n de la CE por Londres y la exclusi¨®n de los incapaces de seguir

LLUIS BASSETS "Hab¨ªamos so?ado otro a?o 1992". Con esta frase empez¨® ayer Jacques Delors su conferencia de prensa previa a la cumbre de Edimburgo, a la que se llega sin acercamiento de posiciones en ninguna de las cuestiones serias planteadas a la Comunidad Europea (CE). El presidente de la Comisi¨®n estuvo contundente y tranquilo. La responsabilidad del siguiente movimiento es de brit¨¢nicos. y daneses, y de ellos depende el ¨¦xito o fracaso de? Consejo Europeo. Delors dej¨® claro que es partidario de ampliar la CE enseguida y que la Comunidad seguir¨¢ con menos pa¨ªses si todos no quieren seguir.

La respuesta brit¨¢nica no se hizo esperar. El primer ministro, John Major, rechaz¨® la posibilidad de aplicar el tratado de Maastricht si alguno de los Doce no lo ratifica, ya que "Europa avanza a 12, o no puede avanzar". En v¨ªsperas de la cumbre, Major asegur¨® que su posici¨®n' es compartida 11 por varios gobiernos, especialmente por el Gobierno alem¨¢n y el canciller Helmut Kohl, que han reiterado que Europa debe avanzara l2". "Si Maastricht no puede ser ratificado por los Doce, no puede entrar en vigor", dijo Major en respuesta a una pregunta sobre la reciente propuesta del presidente franc¨¦s, FranQois Mitterrand, quien consideraba "jur¨ªdicamente" posible la aplicaci¨®n del tratado por un n¨²mero limitado de pa¨ªses si no puede ser ratificado por todos.La nueva oferta del Reino Unido sobre perspectivas financieras y la flexibilidad danesa ante la f¨®rmula de ratificaci¨®n de Maastricht ser¨¢n las dos llaves de la cumbre, dijo ayer Delors, cuyo primer mensaje que quiso transmitir no tiene nada de pesimista: aunque ¨¦ste no es un buen momento, culmina una ¨¦poca muy positiva para la CE, que corresponde a los ocho a?os de aplicaci¨®n del A¨¦ta ¨²nica y a la apertura del Mercado Interior europeo de 1993. Con vistas a Edimburgo, Jaeques Delors se mostr¨® dispuesto a resistir y a pelear. "istamos ante un dilema entre supervivencia o decadencia. No hay v¨ªas intermedias", dijo, y asegur¨®: "Lo peor en la historia de la CE son las crisis latentes. Habr¨¢ que ver si ¨¦sta lo es y si se tapa con los laureles rosados de la autosatisf¨¢cci¨®n". De ah¨ª su adhesi¨®n a las declaraciones de Mitterrand al londinense Financial Times de ayer, sugiriendo una Europa m¨¢s reducida sin los d¨ªscolos: "Si todos [los Doce] no quieren hacerla [la Uni¨®n Europea], mi intuici¨®n me dice que algunos querr¨¢n hacerla ellos solos".

Dureza, pero tambi¨¦n flexibilidad: "Mi opini¨®n personal es que si hay compromisos muy serios de Dinamarca y del Reino Unido de ratificar Maastricht antes del pr¨®ximo verano y hay paquete financiero, las conversaciones de adhesi¨®n podr¨ªan empezar oficialmente el 1 de enero con Austria, Suecia y Finlandia". Estos tres pa¨ªses cuentan con el dict¨¢men preceptivo de la Comisi¨®n Europea, cosa que no sucede con Noruega ni con Suiza, los otros dos peticionarios si tuados en la cola.Noruega acaba de presentar su petici¨®n de adhesi¨®n (la tercera que realiza en su historia) y Suiza acaba de rechazar la integraci¨®n en el Espacio Econ¨®mico Europeo (EEE), que significa la incorporaci¨®n en el Mercado Unico y la adopci¨®n del 80% de la normativa de la CE. El dictamen sobre Noruega ser¨¢ presu miblemente favorable, pero no as¨ª el relativo a Suiza. No se descarta que los tres candidatos tengan que pagar una parte de la factura de la solidaridad cornu nitaria que los brit¨¢nicos han eludido por restricci¨®n ideol¨®gi ca y que los alemanes han querido evitar para no entorpecer su enorme cuenta de solidaridad in terior con los nuevos lander. La posici¨®n alemana sugiri¨® precis¨¢mente una acerba, cr¨ªtica de Delors: "La unificaci¨®n alemana la pagamos todos. Los alemanes pagan y muy caro por ello, pero los otros tambi¨¦n".Gastos estruchwales

Sobre el paquete Delors II, el presidente de la Comisi¨®n fue especialmente contundente con la presidencia brit¨¢nica. Asegur¨® que siete pa¨ªsesapoyan su segunda propuesta, m¨¢s- moderada, que contempla la duplicaci¨®n de los gastos estructurales en siete a?os en vez de los cinco originales. El Reino Unido hab¨ªa pretendido siempre que s¨®lo los pa¨ªses de la cohesi¨®n (el nuevo euf¨¦mismo para los pobres) apoyaban un presupuesto algo m¨¢s sustancioso.

Una de las batallas vencidas por la Comisi¨®n Europea en la guerra con la presidencia brit¨¢nica es la de la subsidiariedad. El Reino Unido no ha conseguido utilizar este concepto como guillotina contra decisiones comunitarias y ha quedado al final en un documento inofensivo desde el punto de vista de su utilizaci¨®n pol¨ªtica contra la construcci¨®n europea y contra la propia Comisi¨®n. L¨® mismo ha sucedido con la transparencia, que implicar¨¢ introducir las c¨¢maras de televisi¨®n en alguna ocasi¨®n solemne cada semestre.