Fallece Dizzy Gillespie, uno de los fundadores del jazz moderno
El trompetista norteamericano populariz¨® el estilo 'bebop' y acept¨® las influencias latinas
El trompetista de jazz Dizzy Gillespie falleci¨® ayer en Nueva York a los 75 a?os, v¨ªctima de un c¨¢ncer de p¨¢ncreas. Con su muerte, desaparece una parte fundamental de la historia del jazz moderno. Gillespie contribuy¨® a popularizar el bebop, que inici¨® la renovaci¨®n de esta m¨²sica, y colabor¨® con los jazzmen m¨¢s revolucionarios. En 1990 protagoniz¨® la pel¨ªcula El invierno en Lis boa, basada en un libro de Mu?oz Molina.
El acuerdo siempre ha sido un¨¢nime cuando ha habido que designar al trompetista del bebop. Todas las miradas se clavaban en Dizzy Gillespie, en su trompeta Curva, en sus frases vertiginosas, en sus agudos prodigiosos y en sus incre¨ªbles mofletes sobrenaturales. Su as pecto llamativo y su sentido del humor le convert¨ªan en un animal de escenario. Nadie como ¨¦l supo hermanar la habilidad para la espect¨¢culo, ejemplificada por Louis Armstrong, con las nuevas necesidades que un estilo de jazz emergente demandaban. A ¨¦l se debe en gran parte la popularidad del bebop, porque s¨®lo ¨¦l supo pulsar los resortes sensibles de sus hermanos de raza con rasgos externos -la perilla, las gafas de concha, cierta forma de hablar para hacer accesible una forma de Jazz que pod¨ªa caer en el hermetismo como consecuencia de determinados c¨®digos peligrosamente restringidos. Fue el complemento perfecto de Charlie Parker: cuando el saxofonista entraba en una de sus frecuentes crisis, el trompetista redoblaba esfuerzos para mantener viva la llama. John Birks Gillespie naci¨® en Cheraw (Carolina del Sur) el 21 de octubre de 1917. Su padre, m¨²sico aficionado, le ense?¨® los aspectos te¨®ricos. Al cumplir los 14 a?os, comenz¨® a tocar el tromb¨®n, pero enseguida lo cambi¨® por la trompeta, que ya manejaba con destreza cuando su familia se traslad¨® a Filadelfia en 1935. All¨ª obtuvo su primer contrato importante con la orquesta de Frank Fairfax. Dizzy acusaba por entonces la decisiva influencia de Roy Eldridge, un trompetista ¨¢gil y brillante.
Precisamente, fue a Eldridge a quien sustituy¨® Gillespie en la orquesta de Teddy Gil, para colaborar, dos a?os despu¨¦s, con otros solistas eminentes en la banda del cantante Cab Calloway. Los expertos se?alan que ya es posible encontrar entonces retazos del estilo que m¨¢s tarde se llamar¨ªa bebop. No obstante, el trompetista todav¨ªa tuvo tiempo de madurar junto a Ella Fitzgerald, Benny Carter y otros importantes m¨²sicos de corte tradicionalista. En la fecha clave de junio de 1944, Dizzy entr¨® en la orquesta de Billy Eckstine, un cantante que intentaba arropar su profunda voz con arreglos alejados de la rutina. Cumplida su parte, se acercaba el momento crucial de dirigir su propio grupo, lo que sucedi¨® al a?o si guiente. Sin embargo, tras la alegr¨ªa producida por el fin de la II Guerra Mundial, todo es taba cambiando tan dr¨¢stica mente que las cosas nunca volver¨ªan a ser iguales, y tampoco la m¨²sica. La revoluci¨®n musical que dirigieron Parker, Thelonious Morik y el propio Gillespie hab¨ªan ya conmociona do al establishment musical ejemplificado por las bandas de swing y dixieland.
El 22 de febrero de 1946, Gillespie hizo su deb¨² para un gran sello. Ten¨ªa junto a ¨¦l a los ex cepcionales Milt Jackson, Don Byas, Al Haig y Ray Brown, para legar a la historia piezas como Anthropology, 52nd Street theme y Night in Tunisia, un cl¨¢sico absoluto no s¨®lo del jazz sino de toda la m¨²sica popular. Despu¨¦s participar¨ªa en muchas otras, como aqu¨¦lla en 1953 en el Massey Hall de Toronto, junto a Parker, que muchos consideran como el mejor testimonio grabado que posee el jazz. Pero hab¨ªa tocado el cielo demasiado joven. Ninguno de sus trabajos posteriores a?adir¨ªan brillo a un espectacular arranque. Pasaron los a?os y, reafirmando sus analog¨ªas con Armstrong, se convirti¨® en un embajador de su pa¨ªs. Inund¨® de swing los escenarios y apadrin¨® m¨²sicos de todas las nacionalidades. Buen ejemplo es la United Nations Orchestra, con la que visit¨® varias veces Espa?a, su ¨²ltimo empe?o antes de fallecer rodeado de lo que m¨¢s quer¨ªa, su propia m¨²sica.
El moflete afrocubano
Despu¨¦s del papel fundamental que desempe?¨® en la g¨¦nesis del bebop, el m¨¢s importante y conocido que jug¨® Gillespie fue como cortejador asiduo de las m¨²sicas latinas. Seguramente el primer contacto del trompetista con los aires afrocubanos se produjo en 1938 cuando colabor¨® con el flautista Alberto Socarras, cuya orquesta montaba su variado repertorio sobre m¨²sicas brasile?as, espa?olas, argentinas y cubanas. El propio Socarras se sorprendi¨® de la facilidad de Dizzy para adaptarse a ellas sin desvirtuar un ¨¢pice su sonido jazz¨ªstico.Posteriormente, y gracias a su profunda amistad con el multiinstrumentista Mario Bauza, Gillespie incluy¨® en su orquesta al percusionista cubano Chano Pozo. Fue una relaci¨®n fruct¨ªfera que aument¨® el inter¨¦s del trompetista por los ritmos cubanos. As¨ª compuso The manteca suite, llevada al disco en 1954 con arreglos de Chico O'Farrill por una orquesta plagada de estrellas. Desde entonces, Dizzy siempre guard¨® un hueco para los calypsos y otros ritmos que facilitaban sus frecuentes destellos. de humor. Muchas de sus piezas m¨¢s populares desprend¨ªan un inequ¨ªvoco aroma tropical que flu¨ªa con naturalidad no s¨®lo a trav¨¦s de su trompeta sino de su propia voz.
Tambi¨¦n es destacable la labor de mecenazgo para con los m¨²sicos latinos que Gillespie desempe?¨® en estos ¨²ltimos a?os. Arturo Sandoval, Paquito D'Rivera y Danilo P¨¦rez son algunos de los nombres que le acompa?aron en la recta final de su vida.
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