La necesidad de una respuesta autom¨¢tica
En comparaci¨®n con las negociaciones del Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT) sobre el comercio internacional, que afectar¨¢n al futuro de la econom¨ªa mundial, el Irak de Sadam Husein, desarmado en un 90%, no es verdaderamente un grave problema. En comparaci¨®n con la tragedia de Bosnia con todas sus posibles repercusiones en la regi¨®n y en el mundo, las ¨²ltimas transgresiones de Sadam Husein tampoco suponen un problema urgente. Pero mientras que la liberalizaci¨®n del comercio mundial es algo muy complejo y que nuestros m¨¢s cercanos aliados bloquean cualquier soluci¨®n viable para Bosnia, una respuesta militar estaba preparada y a la espera en el caso de Irak.Durante alg¨²n tiempo, una poderosa ala a¨¦rea multifuncional de la aviaci¨®n norteamericana estaba estacionada en Arabia Saud¨ª. ?sta flota a¨¦rea de tipo t¨¢ctico, formada por bombarderos F- 117 y F- 15E, cazas F- 16 y F-15C y aparatos de represalia electr¨®nica y radares de ataque con base en tierra, se complementa con la dotaci¨®n del portaaviones Kitty Hawk, con mucho menor poder a¨¦reo a bordo, pero del que se ha hecho mucha m¨¢s publicidad debido a las reticencias saud¨ªes a hacer evidente el hecho de que su territorio es utilizado para atacar a otro, pa¨ªs ¨¢rabe.
Esto es adem¨¢s una respuesta militar con un fin determinado. Pero ahora nadie espera seriamente que un bombardeo a¨¦reo pueda derrocar a Sadam Husein, ni incluso modificar su comportamiento a largo plazo. Pero, a pesar de ello, hay un fin que, aunque limitado, merece la pena: destruir todos los medios en los que se basan las provocaciones de Sadam. Las bater¨ªas de mis?les antia¨¦reos SAM-2 y SAM-3 ten¨ªan un lugar prioritario en la lista de objetivos, ya que la semana pasada hubo intentos de colocar en la zona sur de exclusi¨®n a¨¦rea bater¨ªas SAM-2 y SAM-3, mientras que otras fueron estacionadas posteriormente en el v¨¦rtice de la zona kurda de exclusi¨®n a¨¦rea al norte del pa¨ªs.
Inesperadamente, parece que la pr¨®xima Administraci¨®n de Bill Clinton est¨¢ heredando no s¨®lo el problema sin resolver de Sadam Husein, sino tambi¨¦n una forma efectiva y barata de tratar con ¨¦l.
Destruir armas cada vez que ese tipo de instrumentos es utilizado en una violaci¨®n alcanza tanto el objetivo estrat¨¦gico de debilitar a Irak (que no puede exportar petr¨®leo, y, por tanto, no puede evadir la prohibici¨®n de importar) como el objetivo inmediato de mostrar que cada violaci¨®n supone no gloria, sino el castigo. Irak ha dejado de ser el gran poder del golfo P¨¦rsico. Ha dejado de contribuir seriamente a la pol¨ªtica de Estados Unidos de equilibrio frente a Ir¨¢n y de da?ar los intereses de Washington al atacar a los aliados de EE UU. ?sta es la raz¨®n por la que la Administraci¨®n de Clinton har¨¢ bien en mantener el ala a¨¦rea de EE UU donde ahora se encuentra (cuesta lo mismo que tenerla en casa) y de adoptar una sistem¨¢tica pol¨ªtica de bombardeo y ojo por ojo.
S¨®lo reduciendo la acci¨®n militar norteamericana a una respuesta rutinaria se puede evitar que Sadam Husein distraiga a la Administraci¨®n de Clinton de asuntos mucho m¨¢s importantes.
es director de Geoeconom¨ªa en el Centro de Estudios Estrat¨¦gicos e Internacionales de Washington.
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