Mitterrand se re¨²ne hoy con Kohl para celebrar 30 a?os de amistad franco-alemana
El presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, llega hoy a Bonn para celebrar junto con el canciller, Helmut KohI, tres d¨¦cadas de amistad franco-alemana, la piedra angular sobre la que se ha construido la Europa pol¨ªtica en que vivimos. El 22 de enero de 1963, el general Charles De Gaulle y el canciller Konrad Adenauer firmaron en Paris el llamado Tratado del El¨ªseo que supuso el inicio de la reconciliaci¨®n entre los dos grandes enemigos europeos tras un siglo de querellas, y que institucionaliz¨® una compacta red de relaciones mutuas y comit¨¦s conjuntos que hoy parece m¨¢s s¨®lida que nunca.
Dif¨ªcilmente podr¨ªa encontrarse un area de la actividad p¨²blica, y tambi¨¦n de la privada, en la que franceses y alemanes no colaboren. Un diplom¨¢tico de Bonn comentaba recientemente el caso de una de las tantas reuniones bilaterales sobre cuestiones t¨¦cnicas en la que se dio el caso de que funcionarios franceses ocupaban buena parte de la delegaci¨®n alemana y viceversa. La raz¨®n hay que buscarla en la gran cantidad de programas de formaci¨®n por la que servidores p¨²blicos de ambos pa¨ªses se integran en la Administraci¨®n del otro durante largas temporadas.El Tratado del El¨ªseo, adem¨¢s, institucionaliz¨® dos rondas de consultas anuales al m¨¢ximo nivel, que se han venido cumpliendo estrictamente. A nivel de j¨®venes los contactos son enormes. Anualmente, decenas de miles de estudiantes- y universitarios de cada pa¨ªs toman parte en intercambios. Pero el pen¨²ltimo y m¨¢s espectacular ejemplo de esta estrecha relaci¨®n es la formaci¨®n del Cuerpo de Ej¨¦rcito franco-alem¨¢n, descendiente de la brigada del mismo nombre instalada en B?blingen, cerca de Stuttgart, y que pretende ser el embri¨®n de un futuro ej¨¦rcito europeo.
Sirva como muestra curiosa de esta relaci¨®n que, en la Brigada de B?blingen, los oficiales -franceses o alemanes-, en un alarde de galanter¨ªa, hablan siempre el idioma de su interlocutor; los franceses, alem¨¢n, y los alemanes, franc¨¦s. Nada nuevo, sin embargo, ya que la emisora de televisi¨®n Arte, un cana cultural patrocinado por ambos pa¨ªses, se emite simult¨¢neamente en los dos idiomas desde Estrasburgo. El propio Mitterrand, entrevistado hace unos d¨ªas por la televisi¨®n alemana, se refiri¨® a esta relaci¨®n indicando que "ha encendido las imaginaciones y dejado su marca en la historia. No hay raz¨®n por la que no pueda durar".
Sost¨¦n incondicional
El presidente franc¨¦s, ciertamente, no puede quejarse de como le tratan sus socios de Bonn, especialmente tras el sost¨¦n incondicional del Bundesbank al franco franc¨¦s. Han sido precisamente estas medidas las que el ciudadano medio mejor entiende, y, tal vez por eso, los franceses no han sido ni de lejos los m¨¢s cr¨ªticos con el reciente estallido de la violencia neonazi, que le ha valido a Bonn una lluvia de cr¨ªticas procedentes de todo el mundo.El eje Par¨ªs-Bonn ha sido, des de que Robert Schuman ideara en 1950 la Comunidad del Carb¨®n y del Acero, que se convertir¨ªa en la Comunidad Europea, el motor de la construcci¨®n europea. La prueba m¨¢s dificil de la amistad que sellaron De Gaulle y Adenauer hace . 30 a?os, sin embargo, ha llegado recientemente. Los enormes cambios que han tenido lugar en los ¨²ltimos a?os y m¨¢s concretamente la emergencia de la nueva Alemania unificada y soberana, no solo no parece haber afectado a la relaci¨®n entre Par¨ªs y Bonn, sino que se dir¨ªa que a¨²n la ha reforzado. Naturalmente, no es solo una cuesti¨®n de buena voluntad. Los intereses son comunes y los lazos y relaciones establecidas muy fuertes.
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