Numerosas inc¨®gnitas
Con motivo de Arco 93 se produce en Madrid un aluvi¨®n de inauguraciones que apoyan y completan lo exhibido en el recinto ferial. Cualquier aficionado al arte puede completar su recorrido del palacio de Cristal de la Casa de Campo con una serie de muestras, en museos y galer¨ªas, representativas de autores como Mir¨®, Malevich, Brice Marden, James Turrell, Arshile Gorky o Luis Gordillo. Entre las exposiciones generales figuran Artistas modernos y arte marginal y las colecciones de la Fundaci¨®n Arco y del Banco de Cr¨¦dito Industrial.Corren tiempos, sabemos, de tribulaciones. Por ello, esta duod¨¦cima edici¨®n de Arco nos llegaba rodeada de numerosas inc¨®gnitas. Am¨¦n del fantasma general de la crisis, el retorno a su sede m¨¢s cl¨¢sica de la Casa de Campo y una dr¨¢stica reducci¨®n de participantes contribu¨ªan, entre otros factores, al clima de incertidumbre. Uno de los interrogantes principales era, sin duda, el de hasta qu¨¦ punto el recorte afectar¨ªa a la presencia internacional, cuya confianza fue ardua y paulatinamente ganada, y que ha sido factor esencial en la consolidaci¨®n del prestigio de la feria, as¨ª como, en un sentido m¨¢s profundo, del proceso de normalizaci¨®n de nuestro contexto art¨ªstico.A tenor del rostro que finalmente ofrece este nuevo Arco, la cosa no parece, ni mucho menos, tan preocupante. No m¨¢s all¨¢ de los l¨®gicos retrocesos coyunturales que acompa?an a todo periodo de crisis. En ese sentido, es cierto que hay ausencias estelares y que la reducci¨®n en el n¨²mero de galer¨ªas internacionales, nos retrotrae a las cifras que caracterizaron a las ediciones centrales de la historia de la feria. Sin embargo, es bueno recordar que ese nivel -el de los Arco del 86 y 87- corresponde ya a ediciones reconocidas como ejemplo de consolidaci¨®n internacional de la feria.
Entre los aspectos m¨¢s positivos de este balance destacar¨¦ la grata sorpresa de que, pese a las deserciones e incertidumbres, no se hayan perdido los nervios y se mantenga el nivel de rigor que ha cimentado la credibilidad del certamen. De un lado, y salvo excepciones, ¨¦se ha sido el criterio mantenido por parte del comit¨¦ organizador. Aunque hay, por supuesto, algunas presencias pintorescas. As¨ª, esta edici¨®n se contagia de la moda del nuevo mapa internacional, con participaciones testimoniales de Croacia, Lituania y Estonia.
Mas, por otro lado -y ello es, a mi juicio, a¨²n m¨¢s esencial-, la cosa tiene su contrapartida en el propio planteamiento de los participantes, que -con la l¨®gica moderaci¨®n que el tiempo impone-, nos brindan una oferta acorde al nivel de exigencia acu?ado en estos ¨²ltimos a?os. Y me parece igualmente decisivo el mantenimiento de otra conquista de Arco; el que, como veremos, una parte sustancial de la oferta de arte internacional nos la brinden, como veremos, los propios profesionales espa?oles.
Pero pasemos ya a hacer un balance concreto de lo m¨¢s interesante. Me referir¨¦ en primer lugar a las piezas de grandes mitos hist¨®ricos de la vanguardia. As¨ª, el picabia, el magritte, el cornell, el arp y el l¨¦ger de la Waddington; el calder de Kaj Forsblom; un wilfredo lam y un raul haussman en Patrice Trigano; los torres garcia de Forni; Milton Avery en Grace Borgenicht, y algo de Schwitters y de Lipchitz en Malborough.Pesos pesadosPor supuesto, una vez m¨¢s resulta imprescindible la visita a los impresionantes conjuntos presentados por algunos pesos pesados. Como los ya mencionados de Waddington (con Schnabel, Warhol, Wesselmann, Caulfield, Allen Jones, Paladino, Scully y Barry Flanagan) y Malborough (con Bacon, Alex Katz, Botero, Kitaj, Auerbach, Larry Rivers o Claudio Bravo); pero, igualmente, los de Bruno Bischofberger (con sus schnabel, salle, warhol, basquiat, clemente, condo, bidlo ... ) y el t¨¢ndem Hans Mayer-Annely Juda (Bacon, Hockney, Merz, Longo, Fulton, Scully o Caro, entre otros).
M¨¢s all¨¢, entre los pabellones internacionales con una oferta m¨¢s s¨®lida, destacar¨¦, un a?o m¨¢s, el conjunto presentado por Giorgio Persano, as¨ª como los de Carl Solway, Kaj Forsblom, el de Grita Insam y la muy interesante selecci¨®n de B¨¢rbara Farber.
Destacan, asimismo, Levy con sus allen Jones; Christian Stein (Zorio, Anselmo, Jeff Wall y, en particular, Gilbert & George); C¨®micos con Cabrita Reis, Sarmento y Biberstein; los gal¨¢n, qui?ones elizondo y ocampo en O. M. R., y la monogr¨¢fica de Hanne Darboven en Ascan Crone. Mencionar¨¦ tambi¨¦n, en otro plano, los dos tinguely de Gimpel Fils; los matta, fontana y lucien freud de New Art; los mandalas fotogr¨¢ficos de Jean Jacques le Testu (Yvon Amor Palix); las esculturas de Astra Gr?ting (Isabella Kacprzak), o Deborah Small (Linda Moore).
Dentro de la oferta de nombres internacionales presentada por las galer¨ªas espa?olas, quiero referirme muy especialmente, en primer lugar, a los soberbios frangellas de Buades. A su vez, destacar¨¦ igualmente los condos en Salvador Riera, a Georg Herold en Juana de Aizpuru, a Mati Klarwein en Anselmo ?lvarez, Allen Jones y Peter Phillips en Punto, George Lappas en Gamarra y Garrigues; General Idea, lan Wallace y Rebeca Scott en F¨²cares; los torres garc¨ªa de Jorge Mara, los dokoupil y schulze de Leyendeker, as¨ª como los grabados de Poliakoff en Estiarte.
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