Crecerse ante la dificultad
Aun sin conocer la cifra oficial de visitantes y esa otra, menos verificable, de las ventas habidas, ya empero se puede afirmar con rotundidad que la 12? edici¨®n de Arco, la que m¨¢s recelo hab¨ªa producido a priori entre todas las celebradas, ha sido un ¨¦xito, afirmaci¨®n que, no obstante, requiere de imprescindibles matizaciones.Por de pronto, ha sido un ¨¦xito porque no s¨®lo ha tenido efectivamente lugar, lo cual no estaba ni mucho menos claro hasta hace bien poco, entre otras cosas por la tan cacareada crisis econ¨®mica que ha liquidado algunas ferias europeas y que ha mermado la presencia en Arco de algunas firmas internacionales punteras, sino porque el comportamiento de las galer¨ªas espa?olas ha demostrado un entusiasmo s¨®lo comparable al del p¨²blico, que ha acudido, una vez m¨¢s, masivamente a la convocatoria.
Desde esta perspectiva, ?qui¨¦n puede recusar la supervivencia de una feria que aun en un momento cr¨ªtico, capaz de atraer probablemente a m¨¢s de 100.000 visitantes de todo el pa¨ªs durante media docena de d¨ªas y que articula el conjunto de muestras excelentes que ahora complementariamente se pueden recorrer en Madrid? Por eso, aunque es pr¨¢cticamente seguro que, desde el punto de vista estrictamente econ¨®mico, esta edici¨®n ferial no haya resultado rentable, lo que la mermada participaci¨®n de este a?o parece incontestable en lo que a Ifema se refiere, pero que tambi¨¦n ha podido resultar gravoso para algunas galer¨ªas participantes, con lo antes apuntado creo que se demuestra que Arco tiene sentido y se debe luchar por su continuidad.
Por otra parte, no digo en esta edici¨®n de la crisis -en la que, por cierto, a tenor por las impresiones recogidas a pie de stands parece que se ha vendido mucho m¨¢s de lo esperado-, sino en todas las anteriores, la rentabilidad econ¨®mica nunca ha sido la raz¨®n ¨²ltima que han buscado los organizadores y participantes, pues todos ellos han sido conscientes de que nuestro pa¨ªs, donde el mercado de arte actual part¨ªa pr¨¢cticamente de cero, hab¨ªa que posponer las cuentas de resultados a la creaci¨®n y ¨¦stimulaci¨®n del mismo. Un mercado no se crea de la noche a la ma?ana y hay que planificar su desarrollo, labor en la que Arco ha desempe?ado un papel crucial, como estoy convencido de que se apreciar¨¢ progresivamente con el paso del tiempo.
Por lo dem¨¢s, la vuelta a la Casa de Campo, la transformaci¨®n de la merma de participantes en un dise?o del espacio m¨¢s di¨¢fano y confortable -lo que ha hecho que esta edici¨®n haya resultado la m¨¢s satisfactoria para la contemplaci¨®n y disfrute art¨ªsticos- y, en general, el esfuerzo mayor empe?ado por todos ante el temible panorama que se presentaba, han provocado parad¨®jicamente efectos positivos, y, entre ellos, el para m¨ª important¨ªsimo de comprobar que nuestros profesionales y nuestro p¨²blico aficionado demuestran una insospechada progresiva madurez, sin dejarse arrastrar por vaivenes coyunturales.
Con todo, lo peor que ahora podr¨ªa ocurrir es que, a la vista de lo acontecido, el pesimismo previo se transforme en un triunfalismo absurdo, ya que subsisten no pocos problemas, como los de redefinici¨®n de la estructura organizativa y de replanteamiento de algunas actividades que han dejado de tener sentido.
Tambi¨¦n es necesario aprovechar la lecci¨®n de los beneficios de una feria m¨¢s ajustada a la realidad de nuestro pa¨ªs, corrigiendo, eso s¨ª, algunas ausencias locales intolerables y depurando mejor lo internacional. La verdad es que, visto lo visto este a?o, ser¨ªa inconcebible no estar a la altura de nuestros aficionados y curiosos.
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