El partido de Cavaco acusa al presidente portugu¨¦s de hacer de jefe de la oposici¨®n
La guerra institucional que mantienen desde hace meses el jefe del Estado y ex l¨ªder socialista portugu¨¦s, Mario Soares, y el Gobierno centrista de An¨ªbal Cavaco Silva ha estallado de lleno. El Partido Socialdem¨®crata (PSD) ha lanzado un virulento ataque contra Soares, a quien acusa de "comportarse m¨¢s como l¨ªder de la oposici¨®n que como un jefe de Estado". El responsable del grupo parlamentario del PSD, Duarte Lima, ha llegado a asegurar que Mario Soares ha sobrepasado su papel constitucional.La actual pol¨¦mica surge tras la presidencia abierta que Soares ha mantenido recientemente y durante 16 d¨ªas en la regi¨®n de Lisboa. Este tipo de iniciativa naci¨® en el curso de su, primer mandato: una o dos veces por a?o, el presidente se instala en una capital de provincia que asume, por una semana, el rango de capital pol¨ªtica.
El objetivo de esta medida es llamar la atenci¨®n sobre los aut¨¦nticos problemas del pa¨ªs real. El ¨¦xito de esta idea es uno de los pilares de la popularidad de Soares, quien se considera el portavoz de "todos los portugueses".
Esta iniciativa populista se ha convertido en algo m¨¢s que en una molesta man¨ªa. En Portugal ya ha comenzado la precampa?a para las elecciones municipales de diciembre. Las anteriores, celebradas en 1990, fueron las ¨²nicas ganadas por la oposici¨®n desde la llegada al poder de Cavaco, en 1985. Ahora, los socialistas esperan repetir la haza?a. En estas circunstancias, ha molestado especialmente al Gobierno la decisi¨®n de Soares de realizar una presidencia abierta en el ¨¢rea metropolitana de Lisboa, donde vive y trabaja m¨¢s de un tercio del electorado luso.
Quejas y protestas,
La presidencia abierta de Lisboa se convirti¨® en una exposici¨®n de la vida cotidiana de la capital: una suma de quejas y protestas de los ciudadanos, habitualmente ocultas por los ¨¦xitos macroecon¨®micos de Cavaco, Silva y la envidiable estabilidad econ¨®mica y social que Portugal mantiene pese al ambiente general de depresi¨®n. La mayor¨ªa de las reclamadiones de los ciudadanos de a pie se refer¨ªan a la falta de apoyo del Gobierno.
Soares escuch¨® pacientemente durante 16 d¨ªas las quejas de trabajadores amenazados de despido o con salarios impagados desde hace meses, de vecinos sin vivienda o sin escuelas, de grupos ecologistas, del obispo de Set¨²bal denunciando la existencia de miles de familias con hambre de viejos abandonados sin asistencia ni recursos.
Soares tuvo palabras de solidaridad para los agricultores en guerra contra la pol¨ªtica agr¨ªcola de la Comunidad Europea. Y es cogi¨® la televisi¨®n privada para hacer el balance de su contacto con "la cara escondida" de Lisboa: "Sab¨ªa que, hab¨ªa problemas, pero no pensaba que eran tan graves. Estoy muy preocupado con lo que puede acontecer en los pr¨®ximos meses".
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