Carnaval de pocas m¨¢scaras
El desfile no consigui¨® animar al p¨²blico de la calle, pero el C¨ªrculo estuvo a tope
Los madrile?os contin¨²an sin acostumbrarse a participar activamente en los carnavales. Los responsables del Ayuntamiento lo saben y han decidido guardarse los duros para mejores ocasiones. El desfile organizado en la tarde de ayer por el paseo de la Castellana ten¨ªa te¨®ricamente todos los ingredientes para acabar en ¨¦xito, pero result¨® algo indigesto. En el C¨ªrculo de Bellas Artes hubo baile -y precios- por todo lo alto.
El p¨²blico se agolp¨® en las aceras a pesar de que el Ayunta miento decidi¨® a ¨²ltima hora cambiar el recorrido y se llev¨® la cabalgata al norte de la calidad, entre la plaza de Lima y los Nuevos Ministerios en vez del tradicional paseo de Recoletos.La gente acudi¨® dispuesta a observar, pero no a participar. La musa, la miss Espa?a Sof¨ªa Mazagatos, tampoco levant¨® los ¨¢nimos. No hubo aplausos, ni c¨¢nticos, ni tampoco excesivos disfrazados entre los mirones.
Todo el ambiente se reserv¨® para los que desfilan y aun as¨ª dio la impresi¨®n de que se trataba m¨¢s de una manifestaci¨®n profesional y organizada por la secci¨®n de varios de unos grandes almacenes que de una exhibici¨®n de las cr¨ªticas ¨¢cidas y emergentes en la sociedad m¨¢s cercana a la madrile?a.
Pasaron casi 6.000 personas en 61 comparsas y carrozas y las denuncias duras e ir¨®nicas sobre las pol¨¦micas m¨¢s actuales no tuvieron cabida en ning¨²n discurso. Unos 300 trabajadores de Radio y Televisi¨®n Espa?ola aprovecharon la dulzura general de los mensajes para sacar a pasear el cad¨¢ver de un monitor conducido por Felipe Gonz¨¢lez y Carlos Solchaga: Se llevaron el primer premio del concurso de carrozas.
El segundo galard¨®n se lo mereci¨® El coste de la vida, pero se agu¨® algo la fiesta cuando se averigu¨® que sus integrantes son naturales de Toro (Zamora). La comparsa ganadora result¨® Los Ojonudos, de Valdepe?as, con un disfraz muy ocurrente que convert¨ªa a sus bailarines en ratones que se arrastraban por el suelo.
La falta de animaci¨®n del desfile contrast¨® con el ambiente de uno de los bailes m¨¢s tradicionales, el que se celebra en el C¨ªrculo de Bellas Artes.
"?Voy de cornudo, que es lo que soy!", gritaba un madurito con tremendas prominencias ¨®seas en su frente que obviamente eran postizas. Tras ¨¦l sub¨ªan las escaleras instaladas en la fachada del C¨ªrculo de Bellas Artes con motivo de su tradicional Baile de M¨¢scaras, viuditas, obispos, jorobados, la muerte con su guada?a, esp¨ªas, boxeadores, zorrones y un largo desfile de desprop¨®sitos carnavaleros. Todos acud¨ªan a bailar en la noche m¨¢s transgresora del calendario cristiano.
Pasada la hora de las brujas, que tambi¨¦n hab¨ªa muchas, la animaci¨®n era grande. Las 2.200 entradas puestas a la venta se hab¨ªan vendido ¨ªntegramente al precio de 3.500 pesetas para socios y 7.000 para el resto de las personas. A ellas habr¨ªa que a?adir 300 invitaciones m¨¢s 200 personas que formaban el grupo de instaladores, guardias de seguridad y personal adscrito al C¨ªrculo.
Ni un duro
Mezclado con el jolgorio colorista que no paraba de mover el caderamen, paseaba Enrique Baquedano, director de la entidad organizadora. Estaba satisfecho: "Un evento de estas caracter¨ªsticas, adem¨¢s de ser una tradici¨®n de esta casa desde hace much¨ªsimos a?os por lo que no podemos prescindir de ella, entra dentro de nuestra pol¨ªtica general en terreno de intervenci¨®n cultural y, adem¨¢s, este baile a la casa no le ha costado ni un duro, ya que hay que a?adir a lo recaudado por taquilla el patrocinio de una marca de tabaco". Baquedano acudi¨® de etiqueta y sin disfraz y se mostraba totalmente sobrio, al rev¨¦s de la mayor¨ªa de los presentes que acudieron masivamente disfrazados y a esas horas ya estaban euf¨®ricos. Los vigilantes, tambi¨¦n vestidos de manera que pod¨ªan parecer carnavaleros, se distingu¨ªan por su porte serio y sereno.La sede del C¨ªrculo tambi¨¦n se disfraz¨®. El tema central que adornaba paredes, techos, l¨¢mparas, personas y cortinas era el mundo de las vacas: sus pieles, sus cuerpos, sus ubres. Todo un mundo en blanco y negro dise?ado por el escen¨®grafo Jos¨¦ Luis Raymond. Tambi¨¦n incorpor¨® v¨ªdeoinstalaciones que repet¨ªan motivos vacunos.
A medianoche, present¨® el baile la actriz Anabel Alonso. S¨®lo grit¨®: "Lo esencial no es ser ni no ser, sino disfrutar". Y lo hicieron.
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