Ideolog¨ªa y merluzas
En una pescader¨ªa situada detr¨¢s de la mesa del refer¨¦ndum de la plaza de San Miguel, la merluza estaba a 3.000 pesetas y el emperador a 2.600. Los precios dentro del mercado eran m¨¢s rezonables, pero la merluza era m¨¢s flaca. Todo lo razonable es flaco. Dos matrimonios de avanzada edad observaban el movimiento de la mesa con un gesto de aprensi¨®n mientras discut¨ªan sobre la posibilidad de embarcar a los de Izquierda Unida en un refer¨¦ndum sobre el precio de la merluza. Tras descubrir por sutil¨ªsimos medios de argumentaci¨®n que la merluza y la plaza de Oriente estaban secretamente relacionadas entre s¨ª, decidieron votar.-A m¨ª lo que me carga es que el refer¨¦ndum lo haga IU, como si para estar en contra de ese disparate hubiera que ser rojo -dijo alguien que no vi.
En esa frase estaba contenida toda la sustancia de esta operaci¨®n. Lo comprob¨¦ luego en las mesas montadas en pera, en la plaza de Oriente y en el hotel Tryp Ambassador, donde, por cierto, vot¨® el viernes Oriol en un gesto de buen gusto. Pol¨ªticamente, la defensa del proyecto de Oriol (de los proyectos m¨¢s bien: rectifica todo el rato) la est¨¢ llevando a cabo la derecha, pero ese barrio est¨¢ lleno de vecinos de derechas a quienes aterra la reforma.
-Es que no es un problema de derechas o izquierdas, es un problema de sentido com¨²n -dec¨ªa un votante que jam¨¢s hab¨ªa estado tan cerca del sentido com¨²n ni de los comunistas.
De repente, todo el mundo estaba amable con todo el mundo: los rojos que presid¨ªan las mesas, con los se?ores de derechas que acud¨ªan a darles la raz¨®n; los j¨®venes, con los viejos; los parados, con los mediopensionistas; el arquitecto, con sus adversarios. Hasta le¨ªmos unas declaraciones de Leguina en las que expresaba su respeto intelectual y su afecto por Oriol.
No sabemos qui¨¦n ganar¨¢ esa batalla, si Izquierda Unida o el PP. En cualquier caso, es muy posible que esta discusi¨®n de fin de siglo pase a la historia para ilustrar el desfallecimiento de las ideolog¨ªas, sustituidas de inmediato por el miedo. El miedo a esa reforma era el engrudo que un¨ªa voluntades en apariencia tan lejanas. Lo m¨¢s inquietante es que ese extra?o acuerdo se produc¨ªa en torno a un s¨ªmbolo como la plaza de Oriente.
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