?Un campe¨®n en venta?
L. G. La derrota en Atenas no abre ning¨²n debate sobre el futuro de la secci¨®n de baloncesto del Real Madrid. El debate se abri¨® hace no mucho tiempo cuando el club encarg¨® un estudio sobre su transformaci¨®n en sociedad an¨®nima. Porque es precisamente el baloncesto el que plantea la principal dificultad. En caso de conversi¨®n, la ley obliga a separar una secci¨®n de otra, a crear dos sociedades con sus propios accionistas. Y es ah¨ª donde surge el problema: ?Qui¨¦n terminar¨¢ siendo el propietario del Real Madrid Baloncesto S.A.? La respuesta ha originado divisi¨®n de opiniones en la junta directiva, entre quienes opinan que ha llegado el momento de romper todo v¨ªnculo y los que optan porque se mantenga el nexo de uni¨®n.
Pero la teor¨ªa sobre la separaci¨®n de ambas secciones se complica debido a la existencia del contrato que el club firm¨® en su d¨ªa con la empresa Dorna. Ese acuerdo contiene obligaciones que afectan tanto al f¨²tbol como al baloncesto, obligaciones que son muy dif¨ªciles de disociar en varios cap¨ªtulos. Por ejemplo, ?qui¨¦n deber¨ªa ser el futuro propietario del pabell¨®n que se construir¨¢ en la Ciudad Deportiva?; ?ser¨¢ edificado sobre unos terrenos que se supone pasar¨ªan a ser propiedad del f¨²tbol o de una fundaci¨®n creada al efecto?; ?tendr¨ªa qu¨¦ alquil¨¢rselo el f¨²tbol al baloncesto? Y, respecto a los derechos de comercializaci¨®n de las camisetas, ?c¨®mo se repartir¨ªan entre el f¨²tbol y el baloncesto? La ¨²nica forma de separarlos sin incumplir con Dorna es tan sencilla como radical: vender la secci¨®n a Dorna. Esta posibilidad cuenta con varios adeptos en la junta directiva.
Acuerdo con Dorna
Los defensores de la no separaci¨®n plantean otra soluci¨®n: que el Real Madrid de f¨²tbol sea el accionista mayoritario del Real Madrid de baloncesto, dado que no es posible una separaci¨®n pura y dura. Ello permitir¨ªa mantener el v¨ªnculo, respetar el acuerdo con Dorna, contabilidades separadas, y poder dise?ar un plan de viabilidad para el baloncesto. Los defensores de esta propuesta estaban convencidos de que la conquista de la Liga Europea les situar¨ªa en una posici¨®n de fuerza. Ahora, no est¨¢n seguros.
El Madrid de Sabonis, en definitiva, no ha conseguido alejar los negros nubarrones que, desde hace algunos a?os, planean sobre su futuro. Ahora dispone de un equipo s¨®lido y de una cantera m¨¢s que interesante. Deportivamente, el futuro le sonr¨ªe. Formalmente, su continuidad est¨¢ en entredicho. El tiempo de debate no parece largo si Ram¨®n Mendoza inicia el camino de la conversi¨®n a un a?o vista. Para entonces el baloncesto puede haber recuperado su etiqueta de campe¨®n. Pero la etiqueta tendr¨¢ precio.
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