Jesul¨ªn de Ubrique afirma que su gran obsesi¨®n es ser el n¨²mero uno

Jesul¨ªn de Ubrique vuelve esta tarde a la Real Maestranza tras su sonado triunfo del jueves de la pasada semana ante un toro de Diego Garrido, al que cort¨® una oreja. Y vuelve con un objetivo claro: "Mi obsesi¨®n", afirma, "es ser el n¨²mero uno, y hoy necesito corroborar en la Maestranza de Sevilla que estoy en el camino adecuado para conseguirlo; una vez m¨¢s, pondr¨¦ todo de mi parte, y s¨®lo pido un poco de suerte con los toros".

El torero gaditano se siente, adem¨¢s, "obligado a redondear lo del otro d¨ªa, con la idea fija de abrir la Puerta del Pr¨ªncipe, que es un trago m¨¢s gordo de lo que parece. Un par de veces la he visto muy cerca, pero a veces tengo la sensaci¨®n de querer y no poder".

Jesul¨ªn recuerda hasta en sus ¨²ltimos detalles la faena del triunfo: "Nunca me hab¨ªa sentido tan relajado", asegura, "pero tampoco hab¨ªa pasado un miedo tan horrible; ha sido una de las orejas m¨¢s sudadas de mi vida".

El diestro resta importancia al hecho de que no sonara la m¨²sica. "Creo que se le da un valor desmedido, cuando los verdaderos y ¨²nicos protagonistas son el toro y el torero", dice. Y a?ade que "la oreja la cort¨¦ en veinte segundos, justo cuando me coloqu¨¦ metido entre los pitones y el p¨²blico reaccion¨®. La verdad es que, en un momento, llegu¨¦ a pensar que no ser¨ªa capaz de triunfar, y que el toro se ir¨ªa con las orejas al desolladero".

Cerca de la cornada

Jesul¨ªn de Ubrique asegura que, en varios momentos de la faena, estuvo muy cerca de la cornada, aunque es consciente de que ese tipo de toreo es el que le exige el p¨²blico: " Es muy duro", afirma, "pero cerca de los pitones me siento a gusto, emociono y, adem¨¢s, me es rentable; pero me obliga, por el contrario, a montarme todos los d¨ªas encima de los toros".Por su parte, Delmiro Salazar, presidente del festejo del pasado mi¨¦rcoles, en el que se le dio la vuelta al ruedo al sexto de la tarde, ha declarado que no lleg¨® a sacar el pa?uelo azul para conceder el citado galard¨®n. El presidente a?ade que el alguacilillo no entendi¨® un gesto suyo a fin de que templara el pago de las mulillas para esperar la decisi¨®n del p¨²blico.

"Posteriormente", termina, "no imped¨ª la vuelta al ruedo para evitar una confusi¨®n a¨²n mayor y un posible esc¨¢ndalo". Todo ha quedado, finalmente, al parecer, en una amonestaci¨®n al alguacilillo.