Bosnia: sin m¨¢s demora
Le¨ª con emoci¨®n el admirable y escalofriante art¨ªculo de Hermann Tertsch Sobrevivir en Sarajevo (EL PA?S, 11 de abril). Coincido plenamente con ¨¦l. En la misma l¨ªnea, y pese a que ideol¨®gicamente estoy muy distante de ella, aplaudo la claridad y valent¨ªa de Margaret Thatcher al reprochar a su propio Gobierno, a la CE, a la ONU y a la humanidad entera la cobard¨ªa demostrada ante la criminal agresi¨®n serbia en Bosnia-Herzegovina. Los sicarios de Belgrado masacran hoy impunemente al pueblo bosnio con salvajismo a¨²n mayor del que hicieron v¨ªctima al croata -Sarajevo, Srebrenica y Goradze son tragedias hist¨®ricas que siguen a las que asolaron a Vukovar, Osijek y Dubrovnik-.Se dijo insensatamente que la culpa de lo que estaba sucediendo en la antigua Yugoslavia estaba "compartida", y no falt¨® quien se lamentara de la supuesta "precipitaci¨®n" (???) con la que se reconoci¨® a Eslovenia, Croacia y Bosnia-Herzegovina. ?Pues, menos mal! Sin esa "precipitaci¨®n", esos pueblos ya no existir¨ªan. Hoy mismo, la mayor¨ªa musulmana y la minor¨ªa croata de Bosnia-Herzegovina est¨¢n amenazadas por la vesania genocida de los Milosevic, Karadzic, Arkan, con la complicidad de sus protectores y simpatizantes. La crueldad de los hechos se ha encargado de identificar inequ¨ªvocamente a v¨ªctimas y verdugos.
Abochornados, ve¨ªamos cad¨¢veres, refugiados, campos de concentraci¨®n limpiezas ¨¦tnicas, mientras los lord Runciman de nuestros tiempos prodigaban apretones de manos y sonrisas a los verdugos y, en tono amenazador, exig¨ªan paciencia y resignaci¨®n a las v¨ªctimas. Lamentablemente, el comportamiento de la comunidad internacional (ONU, CE, responsables pol¨ªticos europeos, espa?oles incluidos) se ha parecido m¨¢s hasta ahora al de Chamberlain y Daladier en 1938 que a la firme reacci¨®n que adopt¨® el mundo tras la invasi¨®n de Kuwait por Sadani Husein. Las denuncias de Margaret Thatcher y Hermann Tertsch, el ejemplar comportamiento de Jos¨¦ Mar¨ªa Mendiluce, la se?ora Ogata o el general Morillon, han sido excepciones que salvan el honor de la humanidad ante tanta vacilaci¨®n, apaciguamiento y cobard¨ªa.
Tenemos una no flying zone en Bosnia de la que los serbios se r¨ªen a carcajadas; habr¨¢ que ver si la ¨²ltima resoluci¨®n del CSNU ordenando el endurecimiento de las sanciones ser¨¢ realmente puesta en pr¨¢ctica.
?Cu¨¢ndo haremos algo de una vez? Alguien preguntar¨¢: pero, ?qu¨¦ se puede hacer? Llevamos ya cerca de dos a?os derramando l¨¢grimas de cocodrilo y cruzados de brazos en vergonzosa impotencia ante la tragedia que viven los pueblos de la antigua Yugoslavia, incluido el serbio, v¨ªctima tambi¨¦n de la locura criminal de sus dirigentes. Las respuestas son sobradamente conocidas: decretar el bloqueo total de Serbia-Montenegro, y hacerlo ejecutar rigurosamente, en serio, como se hizo y se sigue haciendo con Irak; destruir no s¨®lo los aviones que entren en la no flying zone, sino las piezas de artiller¨ªa serbia que exterminan a las poblaciones civiles; en ¨²ltimo extremo, si Milosevic y Karadzic siguen burl¨¢ndose de la ¨¦tica humana, armar sin m¨¢s escr¨²pulos a los musulmanes de Bosnia para que puedan hacer frente a la agresi¨®n en m¨¢s que leg¨ªtima defensa.
?No tiene el pueblo de Bosnia Pasa a la p¨¢gina siguiente
Bosnia: sin m¨¢s demora
Viene de la p¨¢gina anterior y Herzegovina tanto derecho a la protecci¨®n internacional como Kuwait, su emir y su petr¨®leo?
Eslovenia fue capaz de derrotar por s¨ª sola a los agresores yugoslavos. Croacia contin¨²a teniendo un tercio de su territorio bajo la ocupaci¨®n ilegal de los serbios. Hoy se desangra Bosnia-Herzegovina. Si contin¨²a prevaleciendo la inacci¨®n no tardaremos en arrepentirnos. La brutal campa?a de expansi¨®n y "limpieza ¨¦tnica" orquestada desde Belgrado, una vez exterminados los musulmanes y croatas de Bosnia, centrar¨¢ sus objetivos en Macedonia, los albaneses de Kosovo, los h¨²ngaros de Voivodina... Un monstruo, fruto del siniestro maridaje entre el estalinismo y el hitlerismo, ha emergido en los Balcanes. Sus amas de cr¨ªa son los pol¨ªticos de todos los pa¨ªses y de todas las tendencias que siguen empe?ados en cerrar los ojos, en poner a las v¨ªctimas a la altura de sus verdugos y en transigir, transigir, transigir... hasta que ya no quede nada. Hasta que Milosevic, Karadzic y su corte criminal se hayan burlado sangrientamente de los ¨²ltimos residuos de dignidad que le quedan a Europa, a Occidente y a la humanidad.
?Cu¨¢ndo nos decidiremos a hacer algo? Si lo hacemos ahora, no dejar¨¢ de ser tarde para centenares de miles de v¨ªctimas, pero evitaremos que la masacre contin¨²e indefinidamente. ?Hag¨¢moslo ya!.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.