Termina la huelga del metal en la ex RDA, salvo en el acero de Berl¨ªn
La vuelta al trabajo de los metal¨²rgicos de Sajonia marc¨® ayer el pr¨¢ctico final del conflicto que ha enfrentado, en la antigua Alemania comunista, al sindicato IG Metall y a la patronal que pretend¨ªa rechazar un convenio firmado con anterioridad. S¨®lo los 20.000 trabajadores del acero de Berl¨ªn-Brandeburgo segu¨ªan neg¨¢ndose a aceptar el acuerdo conseguido en Dresde el pasado viernes y manten¨ªan vivo el ¨²ltimo rescoldo de la primera huelga en esta parte de Alemania desde hace m¨¢s de 60 a?os.
En Mecklemburgo-Antepomerania la votaci¨®n sobre el citado acuerdo fue tambi¨¦n positiva, mientras que en Turingia y Sajonia Anhalt los resultados de la misma, que s¨®lo debe ofrecer un 25% de los votos positivos para convalidar el convenio, se conocer¨¢n hoy. En Berl¨ªn Brandeburgo, al margen de la rama del acero, los representantes del resto de la metalurgia llegaron tambi¨¦n a un acuerdo.La victoria relativa obtenida por los trabajadores del metal de la ex RDA, que han conseguido que se mantenga el proceso de equiparaci¨®n de sus salarios con los de occidente aunque admitiendo aplazamiento de dos a?os -hasta 1996- con respecto al convenio firmando en 1991 y que la patronal cancel¨® unilateralmente, ha tenido, en el aspecto psicol¨®gico, un impacto extraordinariamente positivo para estos alemanes que, desde la unificaci¨®n, no han podido evitar sumirse en un enorme complejo de inferioridad con respecto a sus hermanos occidentales.
El acuerdo final incluye una subida salarial de un 26% a partir del pr¨®ximo mes de diciembre, tambi¨¦n retrasada con respecto a la prevista en abril.
Por otra parte, el l¨ªder de la IG Metall, Franz Steink¨¹hler, manten¨ªa ayer un absoluto silencio sobre las acusaciones de haber utilizado informaci¨®n privilegiada, gracias a su pertenencia al Consejo de Administraci¨®n de Daimler Benz, para obtener unos beneficios de 100.000 marcos (8 millones de pesetas) en una operaci¨®n burs¨¢til. Los llamamientos desde todo el espectro pol¨ªtico que piden su dimisi¨®n auguran que el silencio del l¨ªder sindical no puede sino preceder a su renuncia al cargo.
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