No es Visa Oro lo que reluce
Lo ¨²nico en lo que coinciden todos los que conocieron a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en su paso por Vallladolid es en se?alar su cuidado exquisito por la imagen. No s¨®lo por la suya propia -retoc¨® su peinado, estudiaba pormenorizadamente cada aparici¨®n p¨²blica-, sino por el tratamiento que daba a todas y cada una de sus decisiones de Gobierno.Tal vez los hitos m¨¢s espectaculares de esta pr¨¢ctica fueron la eliminaci¨®n de las Visa Oro para los consejeros de la Junta o la congelaci¨®n de los sueldos de los altos cargos, decisiones que adopt¨® nada m¨¢s acceder a la presidencia. Dos ejemplos de su aireada cultura de la austeridad. Sin embargo, hasta dos miembros del equipo de Aznar por aquel entonces no se recatan en confesar que "aquello no supon¨ªa, ni mucho menos, un mayor control. Es m¨¢s, puede que, seg¨²n los casos, las Visas Oro puedan ser un mecanismo mucho m¨¢s eficaz". La congelaci¨®n de los sueldos de los altos cargos fue efectiva a lo largo de la presidencia de Aznar, pero provoc¨® que sus sucesores tuvieran que afrontar incrementos por encima de lo esperado para recuperar nivel salarial.
Otra de las circunstancias que chocan con la cultura de la austeridad de Aznar es que acudiese a las sesiones del Parlamento regional, en el castillo de Fuensalda?a, a siete kil¨®metros de Valladolid, en su coche oficial y cobrase por desplazamiento. Tampoco contempl¨® ning¨²n tipo de incompatibilidad y percibi¨® m¨¢s de 850.000 pesetas por su condici¨®n de procurador regional, en concepto de dietas.
El comportamiento de su vicepresidente y sucesor, Jes¨²s Posada, fue m¨¢s llamativo. Cobr¨® casi mill¨®n y medio de pesetas en cuatro a?os por dietas, y medio mill¨®n mas por desplazamientos, al mantener su domicilio particular en Madrid, aunque, obviamente, resid¨ªa en Valladolid.
"El cerebro de todo el montaje de imagen no era Aznar, sino Miguel ?ngel Rodr¨ªguez", insisten los que conocen el entorno. Rodr¨ªguez -29 a?os, actual jefe de prensa de Aznar y su hombre de absoluta confianza- aclara: "Es absurdo decir esto, la ¨²nica pretensi¨®n de los que difunden esa idea es la de hacer da?o a Aznar a trav¨¦s de mi labor. Lo ¨²nico que hice fue rentabilizar y profesionalizar la informaci¨®n que emanaba de la Junta".
Pacto con liebre
No obstante, en la relaci¨®n Aznar-Rodr¨ªguez hay algo m¨¢s. Rodr¨ªguez trabajaba como jefe de secci¨®n en El Norte de Castilla cuando trab¨® contacto con Aznar, entonces todav¨ªa candidato a la presidencia de Castilla y Le¨®n. En las elecciones auton¨®micas de 1987, Rodr¨ªguez ten¨ªa encomendado seguir al candidato socialista, el p residente del Senado, Juan Jos¨¦ Laborda. En el ¨²ltimo instante, Rodr¨ªguez pide cambiar de cometido. Alega que una derrota de Aznar supondr¨ªa su hecatombe y la de una Alianza Popular en plena crisis.
La campa?a les une y, una vez finalizada y conocido el triunfo de Aznar, ¨¦ste le ofrece el puesto de portavoz de la Junta. Rodr¨ªguez, que hab¨ªa estado a punto de presentarse como candidato independiente en las listas de UGT en las elecciones sindicales de El Norte de Castilla, accede finalmente tras saborear un arroz con liebre en el restaurante Cervantes de Valladolid.
Desde entonces, a mediados de 1987, hasta hoy, Rodr¨ªguez ha sido la sombra de Aznar con una ¨²nica excepci¨®n. Unas explosivas declaraciones del entonces portavoz contra un procurador regional que iba a pasar del grupo mixto al CDS, Rafael de las Heras, provocaron su salida.
No obstante, cuando Aznar abandona Valladolid se lleva entre su equipaje las habilidades de Rodr¨ªguez, que, junt¨® a las de Pedro Arriola, se han convertido en uno de los activos b¨¢sicos del candidato del PP.
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