El abad en el paraiso
En la huerta del monasterio, sentado entre sol y sombra en un banco obsequio de la Caja de Ahorros Cat¨®lica, el abad Clemente reflexiona sobre la situaci¨®n de Espa?a. El abad tiene 46 a?os de los que lleva cinco siendo responsable de esta comunidad de 38 monjes benedictinos, en su mayor¨ªa m¨¢s j¨®venes que ¨¦l. El abad sugiere que nuestro pa¨ªs, lanzado al despilfarro, se gobierne con la austeridad y el rigor de un sistema monacal. "El h¨¢bito nos dura 20 a?os. Alargamos la vida de los zapatos siete a?os. Aqu¨ª no se desperdicia comida. Tenemos una sopa que tiene mucho ¨¦xito llamada de volquete, hecha con las sobras de las comidas anteriores. Los monjes no pasan hambre, pero ignoran los caprichos y el lujo. Mantenemos el peso. No sufrimos estr¨¦s. No existe corrupci¨®n ni paro".El abad Clemente hace una pausa. Curiosamente juguetea con la cremallera de un peque?o monedero de bolsillo. Dice: "los pol¨ªticos s¨®lo son gestores. El pueblo debe exigir que las cuentas cuadren. En el monasterio nos escandaliza el ritmo de vida de los espa?oles, por encima de sus posibilidades. ?Por qu¨¦ ya no es rentable sembrar los campos? ?Por qu¨¦ se cierran tantas f¨¢bricas?".
Los 38 monjes, cuya edad media no sobrepasa los 42 a?os, saldr¨¢n a votar el d¨ªa 6 como un solo hombre aunque "cada cual en libertad y con arreglo a su conciencia". Vieron 20 minutos de cada debate televisivo (en v¨ªdeo), ya que el tiempo m¨¢ximo autorizado en el monasterio al pasatiempo de la pantalla es ese. "Pero leemos distintos peri¨®dicos, todos ellos de provincias, y estamos bien informados", puntualiza el abad, quien a?ade que siguen cantando gregoriano ocho veces al d¨ªa, aunque utilicen ordenadores en algunas celdas y contestador autom¨¢tico en la porter¨ªa.
Frente al monasterio, una mujer de mediana edad vende miel a precio de coste. No sabe a qui¨¦n votar¨¢. "Pero quien nos reine que lo haga bien", dice, "porque los que aqu¨ª mandan son esos", a?ade se?alando a los monjes. Juan S¨¢ez, de 38 a?os, cr¨ªa cerdos. Est¨¢ casado y tiene un hijo. "Que un rico sea de izquierdas lo admito, pero que un pobre sea de derechas no lo entiendo", dice entre gru?idos del porcino. "Afortunadamente yo vivo de los cerdos, y no de los pol¨ªticos, pero me cago en diez, votar¨¦ al PSOE porque creo que Felipe es honrado, aunque algunas cosas se le han ido de la mano".
El panadero del pueblo, Ricardo Alonso, de 42 a?os, casado y con tres hijos, es teniente de alcalde y del PP. Se levanta a las cuatro de la madrugada para hacer el pan. Desea que gane Aznar. "Aznar arreglar¨¢ las carreteras que est¨¢n muy mal. Arreglar¨¢ la plaza que necesita losas de granito y la red de agua que es p¨¦sima. Necesitamos un pol¨ªgono ganadero donde tener los cerdos fuera del pueblo. El es de Castilla, y aunque haya dicho que piensa cortar el gasto p¨²blico en medio bill¨®n, estoy seguro de que lo har¨¢ en otras regiones".
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