Ausencias y presencias

El nuevo Gobierno formado por Felipe Gonz¨¢lez para afrontar la inquietante legislatura abierta con las elecciones del 64 podr¨ªa ser analizado desde la perspectiva de las omisiones perceptibles en el interlineado de su texto. El blanco m¨¢s evidente es, por supuesto, la ausencia de los nacionalistas catalanes y vascos, que rechazaron la oferta socialista de incorporarles a lo que hubiese podido ser el primer Gobierno de coalici¨®n desde la restauraci¨®n democr¨¢tica de 1977. Si bien la participaci¨®n de CiU en el Ejecutivo hab¨ªa sido descartada desde hace varias semanas, el PNV devolvi¨® a Felipe Gonz¨¢lez la invitaci¨®n s¨®lo en el ¨²ltimo momento: la posibilidad de que los nacionalistas vascos y catalanes reconsideren esa negativa despu¨¦s de la votaci¨®n de los pr¨®ximos presupuestos o antes de que la legislatura cruce el ecuador parece m¨¢s bien d¨¦bil.Una segunda ausencia significativa en el nuevo Consejo de Ministros es la desaparici¨®n de representantes de la fracci¨®n guerrista, previamente derrotada por la elecci¨®n de Solchaga en votaci¨®n secreta como presidente del grupo parlamentario. El dise?o del Gobierno, que combina cautelosamente una mayor¨ªa de viejas caras y una minor¨ªa de nombres nuevos, tal vez haya decepcionado a quienes esperaban de su nacimiento maravillas inauditas y grandes portentos. Pero la actual prioridad de Felipe Gonz¨¢lez no parece ser tanto la formaci¨®n del Ejecutivo como la composici¨®n de la ejecutiva; esto es, el desenlace del 33? Congreso del PSOE y de la batalla dada por el aparato para seguir controlando la organizaci¨®n. Quedan, finalmente, las ausencias creadas por los ocho ministros que dejaron de serlo: algunos de los desaparecidos -como Carlos Solchaga, Claudio Aranzadi y Tom¨¢s de la Quadra- aprovecharon sus mandatos para tomar decisiones de inter¨¦s general asumiendo riesgos pol¨ªticos; otros, en cambio, utilizaron sobre todo el poder vicario recibido del presidente del Gobierno para el progreso de sus carreras personales.

La inesperada colocaci¨®n como n¨²mero dos en las listas electorales por Madrid de un independiente tan pol¨¦mico como Garz¨®n hizo creer a muchos que Felipe Gonz¨¢lez aplicar¨ªa a la formaci¨®n del Ejecutivo la promesa evang¨¦lica seg¨²n la cual los ¨²ltimos ser¨¢n los primeros. Sin embargo, los galones de veteran¨ªa, los grados de antig¨¹edad y los m¨¦ritos de guerra pol¨ªtico-administrativos han dado un claro predominio a los mimbres de la continuidad sobre los complementos de la renovaci¨®n. Del anterior Gabinete quedan nueve ministros, cinco repitiendo cartera (Serra, Corcuera, Borrell, Solana y Garc¨ªa Vargas) y cuatro permut¨¢ndola (Solbes, P¨¦rez Rubalcaba, Eguiagaray y Gri?¨¢n); un ex presidente auton¨®mico (Jer¨®nimo Saavedra) pasa a la Administraci¨®n central, y suben el empinado escal¨®n ministerial cuatro altos cargos (G¨®mez-Navarro, Su¨¢rez Pertierra, Albero y Amador), que hab¨ªan hecho satisfactoriamente sus pruebas bajo anteriores Gobiernos. De esta forma, s¨®lo Juan Alberto Belloch, Carmen Alborch y Cristina Alberdi podr¨¢n sentir aut¨¦ntica extra?eza callejera al sentarse hoy en el banco azul por vez primera.