La crisis llena Edimburgo de comedias de evasi¨®n
571 compa?¨ªas baten el r¨¦cord de asistencia a la secci¨®n paralela del festival
"La gente quiere entretenimiento ligero", dice la administradora del Fringe (la secci¨®n paralela del festival de Edimburgo), Mhairi Mckenzie-Robertson, quien atri buye a los tiempos de crisis el predominio de las comedias de evasi¨®n este a?o. El Fringe (margen), nacido fuera de los l¨ªmites del festival y convertido en su verdadero epicentro, re¨²ne a 571 compa?¨ªas con 1.235 espect¨¢culos, un r¨¦cord de participaci¨®n en sus 47 a?os de historia. Un visitante tardar¨ªa dos a?os en asistir a todos los montajes, en 165 espacios esc¨¦nicos, incluida una logia mas¨®nica.
"El Fringe es ahora m¨¢s conservador que hace 15 a?os, reflejo tambi¨¦n de lo que est¨¢ pasando en el Reino Unido", a?ade Mckenzie-Robertson, responsable de la sociedad que informa y ayuda a cualquier compa?¨ªa del mundo que quiera presentarse en Edimburgo, por su cuenta y riesgo, entre el 14 de agosto y el 4 de septiembre. Pero por encima de tendencias coyunturales m¨¢s o menos apreciables, el Fringe sigue siendo todav¨ªa un encuentro de pura libertad teatral.Kevin L. Burrows, por ejemplo, monta a algunos espectadores de su show en una especie de carricoche tirado por una bicicleta y los lleva a casa despu¨¦s de la funci¨®n (el espect¨¢culo narra sus intentos de ganar un salario transportando con su veh¨ªculo a los turistas por Chicago). Hay t¨ªtulos de Shakespeare por docenas
abundan las comedias gay (Hermanos camioneros es la de mayor ¨¦xito), y en el terreno de los revivals, tres montajes recuerdan a Karen Carpenter, la musa del d¨²o Carpenters, fallecida hace 10 a?os.
La vitalidad del Fringe provoca situaciones muy comentadas. Una veintena de activistas con meg¨¢fonos interrumpieron la actuaci¨®n de la comedianta Jenny Eclair felicit¨¢ndola por haberse declarado p¨²blicamente lesbiana. Eclair tuvo que explicarles que ni se hab¨ªa declarado ni lo era, los activistas pidieron en voz alta disculpas por haberse equivocado de show y abandonaron el local.
Cualquiera puede encontrar su espect¨¢culo en el Fringe. O perd¨¦rselo. Mckenzie-Robertson trataba de resolver estos d¨ªas el problema de una compa?¨ªa que no hab¨ªa colocado ni una sola entrada.
Financiaci¨®n mixta
El presupuesto del Fringe es de unos 106 millones de pesetas (frente a los alrededor de 800 de la secci¨®n oficial, reservada a los grandes nombres y mucho menos viva). El 3 1 % del dinero del Fringe procede de las tarifas que paga cada grupo, unas 42.000 pesetas, para mantener la oficina de venta de entradas, garantizarse la confecci¨®n de un programa y recibir asesoramiento sobre locales, alojamiento o contratos. El resto de la financiaci¨®n procede de distintas instituciones p¨²blicas y de patrocinios privados.De las ocho compa?¨ªas que en 1947 decidieron viajar a Edimburgo y buscarse la vida pese a no haber sido contratadas en el festival oficial, se ha llegado a los 571 grupos de 1993, procedentes de 30 pa¨ªses (aunque brit¨¢nicos casi en un 90%), 365 de ellos profesionales y 83 formados por estudiantes, lo que da una idea de la enorme vitalidad del teatro en el Reino Unido.
La ¨²nica compa?¨ªa espa?ola que participa, la madrile?a Illana, presenta con ¨¦xito en uno de los bares-teatro m¨¢s conocidos de Edimburgo, el Traverse, el espect¨¢culo m¨ªmico ?Mu¨²! "Nos re¨ªmos de todo, y sobre todo del estereotipo del torero valiente y patriota", dice David Ottone, director del grupo.
En las calles de la ciudad, los j¨®venes reparten hojas de publicidad, un grupo vestido de romanos anuncia su montaje o siete colegialas disfrazadas cantan para llamar la atenci¨®n sobre el musical Siete novias para siete hermanos. Bulgakov, Truman Capote o Thomas Mann comparten cartel, sus vidas o sus obras con t¨ªtulos como Yo rob¨¦ la tarta de cumplea?os de Freddie Mercury; El pic-nic en Etiop¨ªa de Judy Pascoe; Las obras completas de William Shakespeare resumidas, o El ¨®rgano maravilloso del rat¨®n mec¨¢nico.,
Teatros, iglesias, carpas, clubes nocturnos, almacenes abandonados... los espacios del Fringe aparecen en puntos inesperados de Edimburgo. Es un festival tan vivo que tambi¨¦n se producen intentos de escisi¨®n: de las compa?¨ªas de comedia o de los grupos musicales. Pero Mckenzie-Robertson no cree que a corto plazo vayan a salirle fringes al Fringe. "Si alguien se independizara, nosotros seguir¨ªamos", dice. "Y creo que por ahora el Fringe tiene la suficiente flexibilidad como para que todos se pongan a cubierto en el mismo gran paraguas".
Circo sadomasoquista
El espectador es recibido en la carpa del circo del americano Jim Rose con una m¨²sica cuya percusi¨®n son ecalofriantes eructos. Pero eso es s¨®lo el principio. Minutos despu¨¦s, uno de los actores se mete un cond¨®n por la nariz y lo saca por la boca, y viceversa. El circo, uno de los es pect¨¢ct:dos de la secci¨®n paralela del festival de Edimburgo que mayor n¨²mero de asistentes recibe, se basa en el castigo de la carne. Y el mortificante repertorio de los cinco miembros de la compa?¨ªa acaba aburriendo de puro obvio.Uno de ellos saca la lengua, clava en ella una percha, se quita la cazadora de cuero y la cuelga de la percha. Luego ata a los aros de sus pezones unas cadenas de las que cuelga medio bloque de los de la construcci¨®n, y por ¨²ltimo balancea dos planchas de metal atadas al pene ante los alaridos aprobatorios del sector m¨¢s heavy del p¨²blico (est¨¢ permitida la cerveza y la platea se va caldeando a medida que los vasos se vac¨ªan). En la segunda parte, la compa?¨ªa est¨¢ a¨²n m¨¢s desinhibida, y una espectadora es invitada a dar de comer al actor llamado Enigma una mezcla de lombrices vivas y grillos. El Enigma, que lleva todo el cuerpo tatuado, mastica con entusiasmo y abre la boca para que el p¨²blico vea que la comilona es real. Otro punto alto del espect¨¢culo viene con el Rey de la Tortura, que se introduce por la nariz un metro de tubo de pl¨¢stico, a trav¨¦s del cual se bebe medio litro de cerveza mezclada con ketchup y mostaza. Luego regurgita ¨ªntegramente el l¨ªquido, que ha cambiado de color. En medio, experimentos sobre la resistencia de la piel a agujas, cristales, fuego y metales afilados. Ellos dicen que el cuerpo se acostumbra.
Babelia
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