El actor Robert de Niro entra con buen pie en el camino de la direcci¨®n
ENVIADO ESPECIALSin dejar la pantalla, Robert de Niro se pasa a la direcci¨®n en una jugada de expert¨ªsirno conocedor de su medio. El t¨ªtulo de la pel¨ªcula, Un cuento del Bronx, proviene de una bonita obra teatral de un tal Chazz Palmintieri, que adem¨¢s es autor del gui¨®n e int¨¦rprete del principal personaje. La solidez de su trabajo literario es grande, y en ella se cobija De Niro, viejo zorro de su profesi¨®n, para dar sin riesgo de batacazo su primer paso como director.
De Niro cuenta telegr¨¢ficamente su pel¨ªcula: "Cuando vi por primera vez el mon¨®logo teatral de Chazz Palmintieri me entusiasm¨®. Me pareci¨® una historia fant¨¢stica, porque yo no conoc¨ªa bien los ambientes ver¨ªdicos donde transcurre. Cre¨ª ver en la escena una peque?a aldea medieval dentro de la esquina de un barrio italiano de Nueva York: un mundo cerrado en el que nadie forastero puede entrar. El personaje Sonny, jefe mafioso del barrio, y Lorenzo, el conductor de autob¨²s que interpreto yo, son los dos modelos que forman la personalidad del ni?o, hijo de este ¨²ltimo. Es el tri¨¢ngulo que llena el n¨²cleo de la pel¨ªcula". Exacto.La historia es lineal, pero tiene dolor, violencia y una ternura de fondo que convierte a su car¨¢cter evocador en una curiosa y agridulce eleg¨ªa, remotamente emparentada con las corrientes m¨¢s nobles del teatro neoyorkino de mediados de siglo; el que forjaron los hombres, ya convertidos en historia y leyenda, del Group Theatre, primer gran nido del realismo suburbano que dio lugar a Clifford Odets y Arthur Miller, por citar s¨®lo dos fuentes de una de las m¨¢s ricas aportaciones de la escuela teatral y cinematogr¨¢fica neoyorquina a la radiograf¨ªa ¨ªntima de una esquina sombr¨ªa de nuestro pasado inmediato.
Primorosa indagaci¨®n
El rastro que dej¨® en la memoria aquel Panorama desde el puente milleriano, hoy difuminado por tres d¨¦cadas interiormente devastadoras, resucita en los destellos tiernos de la mirada de pedernal del mafioso Sonny que cre¨® y ahora interpreta este singular Palmentieri, que dar¨¢ que hablar. Al final de la pel¨ªcula, como le ocurre al muchacho protagonista, morimos un poco con la muerte de este delicado dibujo de un hombre violento humanizado por la amistad de un ni?o. Una sencilla y primorosa indagaci¨®n en la b¨²squeda -com¨²n a todo muchacho marcado por dentro por la imagen de un padre luminoso- del otro lado de la paternidad, el lado oscuro, sombr¨ªo, el que orienta a los chiquillos de ciudad en los vericuetos de las aceras del infierno urbano contempor¨¢neo.Por otra parte, la Uni¨®n Mundial de Autores de Cine dio a conocer ayer a su Secretariado Internacional, que est¨¢ compuesto ni m¨¢s ni menos que por el propio Altman, Gillo Pontecorvo, Bertrand Tavernier, Costa Gavras, Ermanno Olmi, Ken Loach, Jonathan Demme, Martin Scorsese, Wim Wenders (que se apunta a todo), Ettore Scola (que tambi¨¦n), Francesco Maselli, Derek Malcolm y Wolf Donners. Un equipo de lujo, que ha elevado a la direcci¨®n de la Bienal de Venecia la propuesta de elaborar, en colaboraci¨®n con la FERA (Federaci¨®n Europea de Directores de Audiovisual), antes del pr¨®ximo 31 de diciembre, un borrador de estatutos que vertebre esta Uni¨®n.
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