Basuras
Por su basura la conocer¨¦is. Madrid conserva una centenaria fama de basurero abierto. Reconocimiento mantenido, acrecentado y mejorado a lo largo de los siglos. Y desde aquellos cronistas de una ciudad de aires puros y calles impuras, donde lo que se "cagaba en invierno se beb¨ªa en verano", a las ilustradas basuras de nuestros d¨ªas, Madrid habr¨¢ cambiado su cuerpo, pero no su alma. Se sigue encontrando en sus basuras.Penetrar la ciudad es conocer sus basuras. Somos lo que expulsamos, lo que arrojamos. Somos ese furtivo que, con nocturnidad, hurga entre la basura para encontrar la verdadera cara de la ciudad, su culo.
Ya nada es lo que era. Ni el Ayuntamiento, ni los basureros, ni el alcalde. No quieren dejarnos en libertad con nuestras basuras. No les importa que nuestro retrato m¨¢s realista, nuestro Antonio L¨®pez m¨¢s verdadero, est¨¢ en el vertedero de Valdeming¨®mez.
De poco sirven las 38.750 papeleras instaladas en la ciudad, ni ese servicio encargado de los residuos s¨®lidos urbanos, ni siquiera su pomposo Centro de Recogida y Reciclaje. Nada de eso parece sacarnos, descre¨ªdos madrile?os, de nuestro obcecado orgullo en seguir instalados en una de las m¨¢s destacadas dirty city de Occidente. Ya se sabe que no basta con estar sucios, adem¨¢s hay que parecerlo. Y, seg¨²n Servimedia, vamos por mal camino. En una as¨¦ptica informaci¨®n se nos cuenta que en los siete primeros meses se han recogido unos 90.000 kilos de papel y cart¨®n para su reciclaje. Eso no ser¨ªa preocupante, podr¨ªa ser hasta loable. ?Pero para qu¨¦ tanto reciclaje, si cientos de libros cada noche, seg¨²n la noticia de agencia, terminan en el cubo de la basura?
Existe una lista de los libros basura m¨¢s destacados de las ¨²ltimas semanas, y encontramos en sus primeras posiciones El conde de Lucanor, del infante Juan Manuel; Cambio de bandera, de F¨¦lix de Az¨²a; El Aleph, de Borges; La hojarasca, de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, o La m¨¢quina de follar, de Bukowski. ?Qui¨¦n se puede fiar de nuestra basura con una lista como ¨¦sta? ?Quienes son nuestros selectos cr¨ªticos del basural madrile?o?
No es por desconfiar de los funcionarios adscritos a la Concejal¨ªa de Limpiezas, pero, se?or Manzano, seamos limpios. Que sobre nuestras excrecencias no quepa la sombra de ninguna duda. ?Por favor!, que no marginen nuestra literatura popular. Tambi¨¦n tienen derecho a no pudrirse en Valdeming¨®mez nuestros m¨¢s destacados autores de la literatura basura. Contraste, su ilustr¨ªsima, esa lista con los gustos de sus concejales m¨¢s allegados. Sospecho que alguien est¨¢ ensuciando sus basuras.
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