Hait¨ª, bajo la ley del terror

Viene de la primera p¨¢ginaMiles de residentes de Puerto Pr¨ªncipe, capital de Hait¨ª, abandonaron ayer la ciudad presa del p¨¢nico ante el bloqueo naval del pa¨ªs decretado por la ONU, que entr¨® en vigor esta madrugada. Autobuses repletos de gente enfilaban rumbo a las provincias del interior en busca de provisiones, que en la capital promet¨ªan agotarse en cuesti¨®n de horas. Las calles de Puerto Pr¨ªncipe est¨¢n bajo control de matones neoduvalieristas vinculados a la polic¨ªa.

Nueve buques de EE UU y Canad¨¢ navegan a lo largo de las costas haitianas para vigilar el embargo destinado a obligar a los militares al cumplimiento del acuerdo de julio pasado sobre el regreso al pa¨ªs, el 30 de octubre, del presidente derrocado Jean Bertrand Aristide. Argentina, con una corbeta lanzamisiles, y Francia, con una fragata, participar¨¢n tambi¨¦n en el bloqueo naval.

Seis semanas se calcula en Puerto Pr¨ªncipe que podr¨¢n soportar los ciudadanos de Hait¨ª el bloqueo naval, por lo que ayer fue un d¨ªa de aprovisionamiento e incluso acaparamiento general para una poblaci¨®n que vive presa del p¨¢nico y temerosa de que, tarde o temprano, esta crisis provoque un desembarco armado en la isla. Durante la noche continuaron los disparos esp¨®radicos de armas ligeras.

Acopio de provisiones

Muy inconsciente ten¨ªa que ser la persona que se lanzara ayer a las calles de Puerto Pr¨ªncipe para hacer una vida normal de trabajo. Tal vez alg¨²n despistado o alg¨²n hambriento- que necesitaba llevarse un trozo de pan a la boca.

La gente aprovech¨® las primeras horas de la ma?ana para acudir a los supermercados y las tiendas para hacerse con provisiones. Generalmente eran personas pudientes, en su mayor¨ªa habitantes de la zona rica de P¨¦tionville, porque las clases populares de este pa¨ªs, el m¨¢s pobre del hemisferio occidental, no pod¨ªan permitirse este lujo.

Las tiendas y comercios s¨®lo abrieron hasta mediod¨ªa. Fueron unas horas donde m¨¢s o menos la vida del pa¨ªs parec¨ªa organizada, pero pronto lleg¨® el desorden y el caos. Hait¨ª, un pa¨ªs con un profundo desequilibrio social, est¨¢ irreconciliablemente enfrentado entre una poblaci¨®n mayoritariamente pobre y seguidora del presidente Aristide y un sector pudiente y minoritario del pa¨ªs, alineado por sus intereses estrat¨¦gicos con el Ej¨¦rcito y la polic¨ªa. Esta minor¨ªa, de gente de piel clara y blancos de origen ¨¢rabe, ha sido la que ha impuesto este r¨¦gimen de terror para que el pa¨ªs no se le escape de las manos.

El d¨ªa amaneci¨® confuso. Aristide hab¨ªa convocado desde Washington el primero de tres. d¨ªas de luto por el asesinato del ministro de Justicia, Guy Malary, perpetrado el jueves pasado. Aristide, cuya hipot¨¦tica vuelta prevista para el 30 de octubre pr¨®ximo aprueba el 90% de la poblaci¨®n, tiene poder de convocatoria, pero carece de cuadros que agiten directamente a sus seguidores, ya que su otrora importante organizaci¨®n Lavalas (Avalancha) ha sido pr¨¢cticamente desmantelada en todo el pa¨ªs. Sin embargo, su llamada llena las iglesias y centros evang¨¦licos y tambi¨¦n re¨²ne en tomo a un transistor a la gente humilde de las chabolas.

Nadie puede precisar en n¨²mero qui¨¦nes secundaron esta llamada al luto nacional. Pero lo que se sabe es que, a su manera, la mayor¨ªa de los haltianos tuvieron ayer un recuerdo hacia el mi nistro asesinado, un hombre pr¨®ximo a Aristide. Lo que sin embargo fracas¨® fue la convocatoria de huelga general hecha tambi¨¦n para ayer por el Frente para el Avance y el Progreso de Hait¨ª (FRAPH), una organizaci¨®n de reciente constituci¨®n que aglutina a todo el neoduvalierismo pistolero que se ha ido larvando en el pa¨ªs durante los dos a?os de r¨¦gimen golpista.

El neoduvalierismo, que ha llenado de matones armados las calles de Puerto Pr¨ªncipe y las comunidades rurales del pa¨ªs, s¨®lo necesitaba ayer de n¨²meros para justificar hacia el exterior que la pol¨ªtica de terror que se ejerce ¨²ltimamente desde la c¨²pula policial del pa¨ªs tenga cierto respaldo popular. Es cierto que el neoduvalierismo en Hait¨ª tiene seguidores, pero forman parte de ese 10% de una poblaci¨®n de siete millones de habitantes que odia y rechaza al antiguo salesiano Aristide.

Constituyen un sector del pa¨ªs generalmente con recursos propios y con armas escondidas en sus domicilios, pero que ayer no tuvo que forzar el cierre de comercios ni la paralizaci¨®n de la peque?a actividad industrial del pa¨ªs porque ¨¦sta ya de por s¨ª es inexistente.

Terror policial

Estos dos a?os de golpe le han devuelto a Hait¨ª su vieja estructura de terror policial, responsable desde oto?o de 1991 de los 3.000 asesinatos perpetrados en el pa¨ªs contra seguidores de Aristide y tambi¨¦n de las muertes a pleno sol el mes pasado del empresario Antoine Izmery y el jueves ¨²ltimo del ministro Malary.

Reorganizar este terror ha sido un trabajo meticuloso y bien organizado por un poder policial que sabe tejer perfectamente sus redes porque jam¨¢s, pese al tiempo en que gobern¨® Aristide, desapareci¨® como estructura f¨¢ctica del pa¨ªs.

Mientras un sector influyente del Parlamento y la burgues¨ªa corrupta de Hait¨ª enredaban en estos dos ¨²ltimos a?os a la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) con maniobras dilatorias acerca de si era oportuno o no el regreso de Aristide, sus c¨®mplices del Ej¨¦rcito y la polic¨ªa, que en este pa¨ªs caribe?o funcionan como una misma unidad operativa, se encargaron de recuperar las viejas estructuras de la dictadura duvalierista.

Fue muy f¨¢cil: s¨®lo hab¨ªa que llamar a los viejos tonton macoutes, creados por el dictador Fran?ois Duvalier, Pap¨¢ Doc, que a¨²n quedaban esparcidos por el pa¨ªs, armarlos y ponerlos a funcionar sin mediar paga alguna.