Musulmanes contra musulmanes en Bihac
Los 300.000 habitantes del enclave bosnio est¨¢n cansados de tanta guerra
![Ram¨®n Lobo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F12940c80-6f03-48a7-bb70-f642eaefea15.png?auth=5044ccb4584723a2e07d68faf216fe275ff200fb9ea8f4bc60b49349b3964acf&width=100&height=100&smart=true)
ENVIADO ESPECIALEl enclave de Bihac parece una miniatura. Entre Velika Kladusa, en el norte, plaza fuerte del rebelde Fikret Abdic, y la ciudad de Bihac, en el sur, donde manda el general Drekovic, fiel al presidente Alia Izetbegovic, no hay m¨¢s de 60 kil¨®metros de curvas en una empinada y peligrosa carretera. Dentro viven m¨¢s de 300.000 personas. A diferencia de otros frentes, donde combaten croatas y serbios, en el enclave la lucha es musulm¨¢n contra musulm¨¢n. Tras los ¨²ltimos choques a primeros de octubre, donde hubo un muerto seg¨²n los observadores militares de la ONU y cuatro seg¨²n la Armija, reina una calma de fusiles cargados.
El pueblo parece apoyar a Abdic, del que vive, pues su empresa, Agrokomerc, es el ¨²nico motor de la econom¨ªa de la zona.Fadil Dedic, de 34 a?os, due?o de cuatro tiendas de alimentaci¨®n con los estantes vac¨ªos en Bihac, a¨²n recuerda el gran recibimiento que le dispensaron a Fikret Abdic en 1990, a su regreso de las c¨¢rceles yugoslavas. "Toda la carretera", dice se?alando con el ¨ªndice, "desde aqu¨ª hasta Velika Kladusa estaba repleta de gente que gritaba babo (padre) y arrojaba flores a su paso". Tres a?os despu¨¦s, la situaci¨®n ha carribiado. Para los militares leales al presidente bosnio, que controlan dos tercios del enclave, Abdic es un traidor, y para la gente, un asunto tab¨².
Dusko Vukovic, de 23 a?os, habitante de la ciudad de Bihac, lo confiesa sin rodeos: "Mucha gente est¨¢ a favor de Abdic, pero no lo expresa por miedo". En Velika Kladusa o Cazin, Abdic es un dios al que se venera con devoci¨®n. Almir, que holgazanea delante de un bar que no vende nada, exclama con mirada extraviada puesta en el cielo: "??l cuida de nosotros!", como si ello le excusara de levantarse tan siquiera.
Los m¨¢s afortunados del enclave poseen bicicleta o viajan en una carreta tirada por un par de bueyes, siempre abarrotada de autoestopistas. Jovencitas como Mirela, Enisa y Behiha, de 16 a?os, caminan una hora cada d¨ªa para acudir al colegio. All¨ª, en los libros, aprenden todo lo que les niega cicateramente la vida. En el enclave no hay calefacci¨®n ni electricidad. Los enchufes est¨¢n mohosos de tanto esperar. Cuando cada tarde se apaga el sol se encienden las velas. S¨®lo un par de hoteles de tres al cuarto, los cuarteles del batall¨®n franc¨¦s al norte y sur de la llamada l¨ªnea de confrontaci¨®n, la Armija y la sede de Agrokomerc tienen generador.
Apenas circulan dos docenas de autom¨®viles y un par de autobuses destartalados. Las carreteras est¨¢n inundadas de obst¨¢culos: perros que ladran a las ruedas o viandantes que pululan en zigzag con el dedo pulgar levantado. No hay gasolina, aunque es posible hallar vendedores furtivos que la ofrecen a precio de oro. El mercado negro es una segunda econom¨ªa de Bihac, como en Sarajevo.
La ciudad de Bihac, marcada por impactos de granada y de bala con la firma de los serbios de Bosnia, que est¨¢n a tiro de piedra al otro lado de la monta?a, parece vivir peor que Velika Kladusa, en cuya calle principal se hacinan los vendedores de cartones de tabaco. Las casas han sido milagrosamente respetadaspor la artiller¨ªa de los otros serbios, los de Krajina, con los que se dice que Abdic hace pactos diab¨®licos. Igual que con el batall¨®n franc¨¦s, a los que la Armija acusa de favorecer la secesi¨®n."Est¨¢n muy implicados en el conflicto", conceden diplom¨¢ticamente fuentes del cuartel general de las Fuerzas de Protecci¨®n de la ONU (Unprofor) en Zagreb. Otros con menos recato hablan de casos de corrupci¨®n, pero no ofrecen nombres ni hechos. En el terreno, el comandante Emodine, jefe de la base log¨ªstica de Velika Kladusa, no hace declaraciones.
El responsable del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en la regi¨®n de Bihac, el franc¨¦s Jacques Franquin, es contundente: "Esas acusaciones son parte de la guerra de propaganda". Pero algo m¨¢s debe de haber cuando el propio general Jean Cot, comandante en jefe de Unprofor en Croacia, Macedonia y Bosnia-Herzegovina, acudi¨® hace una semana a resolver el asunto. Tras dialogar con Fikret Abdic y con el jefe del Ej¨¦rcito bosnio en el enclave de Bihac, el general Ramis Drekovic, Cot garantiz¨® que no habr¨ªa nuevas irregularidades y que la actuaci¨®n de los cascos azules franceses ser¨ªa de estricta neutralidad.
Controles militares
Aunque la Armija controla dos tercios del enclave, los pasos de monta?a de Skokovi y Johovilla est¨¢n en manos rebeldes. Las carreteras est¨¢n regadas de controles militares construidos sobre derribos: ¨¢rboles ca¨ªdos, piedras o coches quemados y en los que es imposible distinguir la filiaci¨®n de sus hombres. Todos usan la bandera bosnia y un Kal¨¢shnikov como argumento. Aunque ¨¦stos son estrictos, a Alia, un soldado de la Armija, no le cuesta pasar por ellos subido en un coche particular. Nadie le hace preguntas. "Acudo a ver a mi madre en Velika Kladusa", asegura a modo de explicaci¨®n. Alia no teme que le consideren un esp¨ªa y le detengan. "Si tengo que morir, morir¨¦", afirma.
Los expertos admiten la existencia de un factor econ¨®mico en la revuelta de Abdic, cuya empresa, Agrokomerc, omnipresente en el norte del enclave, ofrece empleo directo a 13.000 personas e indirecto a muchas m¨¢s. El marco alem¨¢n es la moneda corriente de cambio. Incluso abunda la calderilla, como si un cajero de un gran banco alem¨¢n estuviera agazapado a la vuelta de la esquina. Nadie se explica la existencia de tanto marco. En el sur, los hombres fieles a Sarajevo vuelven a se?alar al batall¨®n franc¨¦s. "Son el correo de Abdic", se?alan sin dudar.
"Abdic ha ido demasiado lejos", reconoce un observador militar de la ONU. Ejup Topic, presidente del Parlamento local, cree que el problema es m¨¢s profundo: "A¨²n no hemos entendido en qu¨¦ consiste la democracia. Aqu¨ª, si ocho votan a favor y dos en contra, esos dos inician inmediatamente una guerra".
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