La Vuelta de las dudas
Seis llegadas en alto maquillan un recorrido con mucha contrarreloj a la espera de Indur¨¢in
, La ¨²ltima Vuelta primaveral es, el d¨ªa de su presentaci¨®n -ayer, en Valladolid- la ronda de las dudas. Tendr¨¢ seis llegadas en alto -m¨¢s que el Tour y el Giro-, lo que no esconde que los kil¨®metros que verdaderamente, y sobre el papel, marcar¨¢n las diferencias, ser¨¢n los m¨¢s de 100 de lucha contrarreloj. Los aproximadamente 3.500 kil¨®metros de recorrido total, divididos en 21 etapas -desde Valladolid hasta Madrid, del 25 de abril al 15 de mayo de 1994-, son, sin embargo, lo suficientemente abiertos como para evitar que se impongan a los corredores: su lectura diferir¨¢ seg¨²n los participantes. Ninguno de los dos mejores corredores del mundo -Miguel Indur¨¢in y Tony Rominger- han confirmado su participaci¨®n. El ¨²ltimo d¨ªa de la Vuelta coincide con la ¨²ltima jornada de la Liga de f¨²tbol."Me gusta", dice del recorrido Javier M¨ªnguez, un director con corredores pero a¨²n sin patrocinador. "Est¨¢ todo muy bien repartido: todas las semanas tendremos un poco. En la primera, Sierra Nevada y el pr¨®logo; en la segunda, la contrarreloj de Benidorm y, enseguida, la monta?a de Andorra y Cerler; y, en la tercera, primero Asturias y luego ?vila y Segovia. El aliciente durar¨¢ los 21 d¨ªas. No se puede tener a la gente 10 d¨ªas toc¨¢ndose las narices, como en el Tour, preocupados s¨®lo por el viento, las ca¨ªdas y los pinchazos".
M¨ªnguez reconoce que en Espa?a no hay m¨¢s cera que la que arde en materia de monta?a, pero considera que las contrarrelojes marcar¨¢n la diferencia y que ¨¦l habr¨ªa colocado una cronoescalada, como han hecho para el pr¨®ximo a?o Giro y Tour. Los puertos dif¨ªciles se pueden contar con los dedos de una mano, es cierto. Pero los organizadores tienen diferentes opciones para endurecer el recorrido. Una es convertir la etapas que terminen en alto en verdaderas maratones de puertos. Otra es reducir el impacto de las contrarrelojes, bien acortando su longitud, o bien transformando una de ellas en cronoescalada. Ninguna de las dos posibilidades se ha escondoLas dos contrarrelojes largas -la tercera es el pr¨®logo urbano, de nueve kil¨®metros- ser¨¢n por territorio llano o ligeramente quebrado, y de una longitud similar y respetable: unos 50 kil¨®metros- Una tendr¨¢ por escenario Benidorm -el circuito en que se disput¨® el Mundial de 1992, ganado por Gianni Bugno- y la otra, Segovia, la v¨ªspera de la llegada al paseo de la Castellana en Madrid. Su colocaci¨®n es, adem¨¢s, estrat¨¦gica: dos d¨ªas despu¨¦s de Benidorm se emprender¨¢n dos jornadas de monta?a, con lo que las diferencias alcanzadas en la cronometrada marcar¨¢n el desarrollo en los puertos. La de Segovia, por su parte, decidir¨¢ inapelablemente el ganador final en caso de cierta igualdad.
Las etapas monta?osas no son especialmente complicadas. Son m¨¢s bien como banderillas para el toro. La primera, en la sexta jornada, con final en Sierra Nevada, ser¨¢ una etapa corta con una dificultad al final. Se prev¨¦ que ah¨ª, aunque m¨ªnimamente, se produzca una primera criba. Despu¨¦s de una neutralizaci¨®n entre Valencia e Igualada, el 4 de mayo, en la loa etapa comenzar¨¢ el meollo monta?oso: en ocho jornadas los corredores afrontar¨¢n cinco etapas con final en alto, aunque s¨®lo una -Lagos de Covadonga- cause temor.
Las otras, comenzando cronol¨®gicamente por Ordino, en Andorra, no son cuestas temibles. M¨¢s duro que el de Ordino, en el mismo Andorra est¨¢ la subida de Pal, donde termin¨® una etapa del Tour 93. Puede endurecer ligeramente la carrera el hecho de que al d¨ªa siguiente, el 5 de mayo, se empalme con otro final en alto, el habitual en la Vuelta de Cerler. Luego, dos d¨ªas de transici¨®n y nuevo bloque monta?oso, primero en La Rioja, con la subida al Alto de la Demanda y, despu¨¦s de parar en Santander, la etapa reina, con final en los lagos de Covadonga, para, 24 horas despu¨¦s, enfrentarse al final en el Naranco, en Oviedo, etapa que en la pasada edici¨®n result¨® decisiva a causa de la lluvia -ca¨ªda de Z¨¹lle-. Este segundo bloque monta?oso tendr¨¢ una continuidad, si no geogr¨¢fica, al menos temporal.
En ?vila la organizaci¨®n ha montado sus postres escarpados: primero con un recorrido por los puertos abulenses, con especial dedicaci¨®n a Serranillos, y luego con el paseo tur¨ªstico por la sierra madrile?a. Estas jornadas pueden ser las de la modorra si todo sale atado del Cant¨¢brico, y la guindilla para el guiso si varios ciclistas andan igualados en cabeza.
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