Otra vez
Ya est¨¢n aqu¨ª otra vez: los antiabortistas. Emergen de la noche de los tiempos como muertos vivientes, envueltos en sus sotanas y sus prejuicios, y te obligan a participar en una batalla que t¨² cre¨ªas resuelta hace ya mucho. Y no es que el tema del aborto est¨¦ agotado, o que no se pueda, e incluso se deba, seguir reflexionando sobre este asunto tan grave y doloroso: sobre c¨®mo ayudar a las mujeres que est¨¢n en tal trance; o c¨®mo conseguir que la sociedad se responsabilice de las embarazadas, de manera que ninguna se vea obligada a abortar s¨®lo por razones econ¨®micas. O sobre el papel del hombre en estos casos: hay varones que, directa o indirectamente, fuerzan a sus compa?eras a abortar, y otros que consideran que sus derechos y sus ensue?os de paternidad han sido b¨¢rbaramente pisoteados. Hay que analizar los m¨¦todos abortivos, estudiar bien las consecuencias; y hay que intentar evitar por todos los medios que las mujeres tengan que llegar a una soluci¨®n tan dram¨¢tica, a esa herida interior que siempre deja huellas.De modo que hay mucho que decir sobre el aborto, pero por desgracia no es posible dec¨ªrselo a los antiabortistas radicales, a la jerarqu¨ªa de la Iglesia dura. Con ellos no hay manera de comunicarse,' porque plantean la batalla desde un sitio imposible y desde luego impensable, desde la irracionalidad, la arbitrariedad y el fanatismo. Unos se?ores que, en un mundo tr¨¢gicamente superpoblado y asolado por el sida como el nuestro, predican que el uso del cond¨®n es pecado mortal, carecen de credibilidad intelectual e incluso se dir¨ªa que moral (por la irresponsabilidad, y por el da?o que producen) para intentar. imponer sus ideas sobre el aborto. ?Pero en qu¨¦ mundo viven? Son residuos de otras eras, trilobites c¨¢mbricos. Salen de la noche y murmuran dogmas que me dejan helada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.