El amo de la rumbita catalana
Cuando la rumba caribe?a fue objeto de atenci¨®n de los flamencos, ese ritmo sufri¨® una especie de desdoblamiento. All¨ª sigui¨® siguiendo lo que era, aqu¨ª vino a convertirse en un nuevo g¨¦nero flamenco que alcanz¨® extraordinaria popularidad de manera fulgurante. Esto fue obra de los gitanos catalanes, cuya actuaci¨®n fue tan determinante que por estos pagos la rumba se naturaliz¨® con el nombre de rumba catalana. Pero el ritmo es el mismo, pues la rumba no se caracteriza precisamente por una gran versatilidad de formas, y Peret, en el escenario, m¨¢s bien pareceun showman de orquesta latinoamericana que un flamenco genuino.Peret fue quien mayor popularidad dio al g¨¦nero y quien mayor popularidad gan¨® con ¨¦l. Pero antes estuvo Antonio Gonz¨¢lez, El Pescaffia, con algunas creaciones hist¨®ricas. Sin embargo, fue Peret quien con la rumba catalana form¨® una especie de t¨¢ndem indisoluble que en la d¨¦cada de los setenta goz¨® de una fama sin precedentes.
Peret en concierto
Peret (voz, guitarra), Ton? y Huesos (palmas), Mami, Rosa Pubill y Nuri Cos (coros), Peret Reyes y Peret Pubill Jr. (guitarra), Petitet y Paco Pubill (percusiones), Tr¨ªo Rockapitos (metales), Yumitos (piano), Carlos Mu?oz (teclados), Jer¨®nimo Mart¨ªnez (bater¨ªa), y Jainie Rivero (bajo). Teatro Alcal¨¢ Palace. Madrid, 25 de noviembre.
12 a?os de ausencia
Discos, pel¨ªculas y actuaciones personales en todo el mundo contribuyeron a hacer de ¨¦l un aut¨¦ntico ¨ªdolo, y de la rumba, un ritmo de moda. En 1974, Peret se hallaba en la cumbre, y se jug¨® su carta en Eurovisi¨®n a ver si sonaba la flauta; que no son¨®, sin que ello se tradujera en descr¨¦dito para este gitano nacido en Matar¨® en 1935.Pedro Pubill Calaf, Peret, ha vuelto a Madrid despu¨¦s de 12 a?os de ausencia. Son casi los mismos que dur¨® su retirada del mundo del espect¨¢culo, movido por inquietudes religiosas que le llevaron a entregarse por completo a la pr¨¢ctica de un determinado culto. El a?o 1992 fue el de su regreso con el ¨¦xito clamoroso de Barcelona para los Juegos Ol¨ªmpicos. Barcelona puso fin a este concierto de su reaparici¨®n en Madrid, con parte del p¨²blico bailando en el patio de butacas del teatro. Esto es siempre bonito, pues significa que el artista ha conectado con la audiencia.
Hubo, efectivamente, mucha comunicaci¨®n, familiaridad incluso, de Peret con el p¨²blico. De la m¨²sica que hizo cabe decir lo que es obvio: que en la rumba catalana sigue siendo el amo, secundado de maravilla por una amplia banda de gitanos (muchos de su propia familia) que cantan con ¨¦l, bailan con ¨¦l y hacen de sus cuerpos puro ritmo. Los adictos a la rumba de Peret lo pasan en grande. Los no adictos, cuando llevan o¨ªdas seis u ocho, no pueden evitar sentirse saturallos.
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