El primer pleito

El escultor vasco Eduardo Chillida asisti¨® a los actos de Zaragoza profundamente indignado por la actitud del Ayuntamiento de Vitoria hacia su obra en la plaza de los Fueros de la capital alavesa. Tras la denuncia p¨²blica, Chillida puso en manos de VEGAP la defensa de sus intereses ante a la "tropel¨ªa" del consistorio.Sin ninguna consulta al escultor, ni siquiera al arquitecto Luis Pe?a Ganchegui, encargado de la reforma de la plaza de los Fueros, los responsables municipales han colocado una valla que altera radicalmente el sentido de la obra de Chillida en su entorno. El artista vasco afirm¨® dolido: "Es la ¨²nica obra, en toda mi vida, de la que me arrepiento

Eduardo Chillida denunci¨® que, con anterioridad al cubrimiento con tablones de la plaza, ya se hab¨ªa dejado oculta la escultura que ¨¦l hab¨ªa donado a la ciudad, sin que en ning¨²n momento fuera consultado sobre la forma de resolver lo que parec¨ªa un peligro, al encontrarse la plaza dividida en varios niveles de altura.

Ahora, tras haber suprimido el problema, en una obra dirigida por Pe?a Ganchegui que el escultor califica de "muy buen trabajo", el Ayuntamiento ha vuelto a decidir unilateralmente la colocaci¨®n de una verja de protecci¨®n que seg¨²n el escultor resulta adem¨¢s de innecesaria, rid¨ªcula.

Eduardo Chillida plante¨® en los mismos pasillos del paraninfo de la universidad zaragozana a los directivos de la VEGAP la necesidad de intervenir colectivamente ante el atropello. Javier Guti¨¦rrez, vicegerente de la asociaci¨®n, asumi¨® en una aplicaci¨®n inmediata del manifiesto, hecho p¨²blico apenas unos minutos antes, la defensa de los intereses del artista e indic¨® que iniciar¨¢n inmediatamente las actuaciones, primero por la v¨ªa del di¨¢logo y si no hay resultado, por la jur¨ªdica, para que la voluntad del autor se respete.

El vicepresidente de VEGAP indic¨® que ¨¦ste ser¨¢ el primer conflicto en el que se act¨²e tras el manifiesto, pero en realidad har¨¢ la actuaci¨®n n¨²mero tres de similares caracter¨ªsticas.

Las dos anteriores han tenido lugar con respecto a esculturas maltratadas, una en la plaza de Azca de Madrid y otra en una localidad andaluza, en las que la asociaci¨®n ha tenido que intervenir "frente a la desidia de las autoridades hacia obras pl¨¢sticas en lugares p¨²blicos".

El escultor donostiarra Eduardo Chillida calific¨® de preocupante el trato que sufren determinadas obras de arte instaladas en lugares p¨²blicos por parte de las instituciones y luego sometidas a designios arbitrarios o falta de cuidado y mantenimiento. "Reivindicar en com¨²n nuestros derechos es ya un paso importante", se consolaba Chillida.