Clinton busca recuperar un a?o de 'ausencia' en Europa
En ocho d¨ªas de intensa actividad, durante los que se entrevistar¨¢ al menos pon 23 jefes de Estado y de Gobierno europeos, el presidente norteamericano, Bill Clinton, intentar¨¢ recuperar en este continente, hasta ahora esencial para los intereses de Estados Unidos, todo el terreno perdido en un a?o completo de gesti¨®n dominada por los problemas internos y por el repliegue norteamericano en los principales conflictos internacionales del momento actual.
Clinton llega a Europa con los ¨²nicos elementos a favor de la expectaci¨®n que su propia figura despierta y, sin duda, la influencia que su pa¨ªs sigue ejerciendo en todos los ¨®rdenes. Todo lo dem¨¢s est¨¢ en contra. Europa se encuentra en un delicado momento de transici¨®n para adaptarse a las necesidades de la postguerra fr¨ªa. Rotas las fronteras tradicionales, toca ahora decidir d¨®nde se establece la nueva frontera entre el Este y el Oeste, y en qu¨¦ condiciones. La guerra en la. antigua Yugoslavia ha demostrado la fragilidad de las estructuras defensivas europeas para afrontar las crisis internas de los pa¨ªses del ¨¢rea. La fulgurante aparici¨®n del ultranacionalista VIad¨ªmir Zhirinovski simboliza toda la incertidumbre ligada al proceso de reformas en Rusia, y un conjunto de reivindicaciones nacionalistas, a veces con orientaci¨®n extremista, amenazan la estabilidad del final del siglo.Es, en resumen, una Europa que reclama m¨¢s que nunca de un firme liderazgo estadounidense , con capacidad d¨¦ unificar y de ofrecer soluciones. Lejos de encontrar eso, lo que los pa¨ªses europeos han visto en el primer a?o de presidencia de Clinton es una Administraci¨®n volcada en aplicar su consigna de "Estados Unidos, primero",y que ha dirigido sus primeros esfuerzos de pol¨ªtica exterior hacia Asia y su vecino M¨¦xico.
Bill Clinton, cuya ¨²nico antecedente pol¨ªtico relevante es el de Gobernador de Arkansas, carece hasta ahora de la visi¨®n universal que caracteriz¨® a anteriores presidentes norteamericanos, y ni siquiera posee esa inclinaci¨®n personal hacia las relaciones internacionales que demostr¨® su antecesor, George Bush.
Las condiciones en las que Clinton lleg¨® a la Casa Blanca tampoco favorecen la extensi¨®n internacional de su trabajo. Sumido en una considerable crisis econ¨®mica y en la reorganizaci¨®n de sus recursos particulares acorde a los nuevos tiempos, Estados Unidos reconoce hoy f¨¢cilmente su incapacidad para ser el polic¨ªa del mundo. En Europa, dentro de dos a?os s¨®lo quedar¨¢n 100.000 soldados norteamericanos, una tercera parte de los que hab¨ªa hasta 1988.El hecho de que Clinton haya tardado un a?o entero en organizar un primer viaje a Europa demuestra la mayor pasividad con la que Washington afronta ahora los problemas del Viejo Continente. M¨¢s contundente a¨²n es el hecho de que, por primera vez en las ¨²ltimas d¨¦cadas, Estados Unidos ha renunciado a involucrarse en una seria amenaza para la seguridad europea, como es el conflicto en los Balcanes.
Clinton viene a Europa a desmentir todo lo anterior y a reafirmar su compromiso en la seguridad del continente. Su ¨¦xito depender¨¢ de que logre o no convencer de ello a los dirigentes europeos.
Las escalas de la gira est¨¢n bien elegidas para subrayar los aspectos de mayor inter¨¦s norteamericano en la regi¨®n: Bruselas (reuni¨®n con los socios. de la OTAN, los viejos y m¨¢s fieles aliados de la Europa Occidental), Praga (una distinci¨®n para la brillante transici¨®n a la democracia de la Rep¨²blica Checa y de sus vecinos Eslovaquia, Polonia y Hungr¨ªa, y al mismo tiempo un intento de calmar los miedos que despiertan en esos pa¨ªses los acontecimientos en Rusia), Mosc¨² (elemento clave de la pol¨ªtica de seguridad en Europa) y Minsk (una oportunidad de abrazar en Bielorrusia al ¨²nico Gobierno de la antigua URSS que ha renunciado ya a las armas nucleares). La gira se extender¨¢ con una escala en Ginebra, donde Clinton sostendr¨¢ una entrevista con el presidente de Siria, Hafez el Asad.
La mayor novedad que el discurso norteamericano pretende aportar a Europa en esta gira es la de la integraci¨®n europea, incluyendo en el concepto a los pa¨ªses, del Este y tambi¨¦n a Rusia. Washington considera que no es conveniente condenar a Rusia a ser el enemigo permanente de Europa, y por eso se niega a ampliar la OTAN de una forma que Mosc¨² pudiera. entender como amenazante. Para Estados Unidos la mejor f¨®rmula de seguridad de Europa no es el crecimiento de la OTAN sino el fortalecimiento de las estructuras democr¨¢ticas en Rusia, entendiendo eso tambi¨¦n como un est¨ªmulo para una mayor ayuda econ¨®mica a ese pa¨ªs.
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