El d¨ªa en que lleg¨® J. P. Morgan
El banco de negocios sembr¨® el optimismo en Banesto en la reuni¨®n en que ces¨® el consejero Juan Belloso
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Roberto Mendoza, vicepresidente del banco de negocios estadounidense J. P. Morgan, habr¨¢ recordado estos d¨ªas aquella ma?ana oto?al de 1992 cuando sembr¨® de alabanzas la gesti¨®n de Banesto y proclam¨® su "plena convicci¨®n" de que el banco iba a convertirse en l¨ªder de la banca en Espa?a. La Morgan quiere olvidar aquel d¨ªa, que, a la larga, supuso su desembarco en la entidad espa?ola. Por las bravas, rompi¨® con Mario Conde el mismo d¨ªa en que ¨¦ste p¨²blicamente se apoy¨® en sus informes para defender su gesti¨®n al frente de Banesto. La intervenci¨®n de la entidad por el Banco de Espa?a quebr¨® el sonado flechazo entre Conde y Mendoza.Era la ma?ana del 27 de noviembre de 1992. Mario Conde hab¨ªa llegado a su despacho en la sede de Banesto, en la madrile?a calle de Alcal¨¢ 14, a primera hora. Estaba algo intranquilo, aparentemente porque pocas horas m¨¢s tarde ten¨ªa que proceder a la sustituci¨®n de Juan Belloso como consejero-delegado en un consejo de administraci¨®n de car¨¢cter extraordinario. Oje¨® las principales noticias del d¨ªa en el resumen de prensa e, inmediatamente, se volc¨®, sin quitarse la chaqueta, en un amplio informe que le esperaba sobre la mesa.
A las nueve en punto, su secretaria le anunci¨® la llegada de una visita. Salt¨® del asiento y ¨¦l mismo fue a la sala de espera al encuentro. All¨ª, de pie, estaban Roberto Mendoza, Violy de Harper, Rafael Gil Alberdi y Javier Macaya, los hombres de J. P. Morgan que hab¨ªan elaborado el informe que tanto interesaba a Conde.
Conde se encerr¨® en el despacho con los visitantes. Rebasadas las 11, les dej¨® solos y pas¨® a la sala del consejo de administraci¨®n, donde ya le esperaban los consejeros de la entidad, con la excepci¨®n del mexicano Mois¨¦s Cos¨ªo y del portugu¨¦s Jos¨¦ Roquette, que hab¨ªan excusado su ausencia. Se hizo el silencio tras un lac¨®nico "buenos d¨ªas" y Conde empez¨® a hablar sin sentarse.
"El consejo de hoy tiene una gran importancia en la vida de nuestra entidad. El hecho de habernos visto obligados, como consecuencia de filtraciones en prensa, a celebrar una reuni¨®n informal y urgente, no debe, en absoluto, minimizar la importancia y solemnidad del acto de hoy, en el que abrimos, si as¨ª lo estima el consejo, una nueva etapa en la vida de nuestro banco desde que el 16 de diciembre de 1987 asumiera la presidencia del banco", recoge el acta de aquella sesi¨®n. Despu¨¦s, sentado en el centro de la inmensa mesa ovalada de consejo, sigui¨® hablando con la solemnidad a la que hac¨ªa referencia.
Y por ah¨ª prosigui¨® Conde: "El tema que nos ocupa es la necesidad de nombrar un nuevo consejero-delegado...". Belloso hab¨ªa intentando dimitir, seg¨²n desvela Conde, en 1991. Conde aprovech¨® para ensalzar tanto a Belloso como a Paulina Beato y Antonio Torrero, los tres consejeros cercanos al PSOE que in corpor¨® Conde al consejo tras su desembarco.
Adscripci¨®n pol¨ªtica
Una adscripci¨®n, la pol¨ªtica, que cre¨® "el falso clich¨¦ de que los tres eran el resultado de una especie de pacto con el Gobierno para conseguir estabilidad en Banesto", dijo Conde a sus consejeros. "Falso y, adem¨¢s, injusto". Hecha la aclaraci¨®n, Conde nombr¨® los nuevos cargos: Enrique Lasarte, "al que conozco hace 27 a?os", es el nuevo consejero-delegado, y Arturo Roman¨ª, con una cantidad de a?os de amistad parecida, vicepresidente segundo con funciones ejecutivas. Tambi¨¦n nombra a Ricardo G¨®mez-Acebo vicepresidente primero y a Juan Jos¨¦ Abaitua, miembro de la comisi¨®n ejecutiva. Los miembros de las tradicionales familias de Banesto que le ayudaron en su asalto a la presidencia del banco estaban, salvo Jos¨¦ Luis Oriol, en la ejecutiva.
Pero la solemnidad super¨® esos extremos. Dentro de los Asuntos del ¨¢rea financiero-bancaria y acuerdos que pudieran derivarse de ella del punto segundo del orden del d¨ªa, esperaba la bomba. Juan Belloso hace su pen¨²ltima exposici¨®n -la ¨²ltima ser¨ªa en diciembre- sobre las cuentas del banco y da la palabra a Conde, quien anuncia la presencia de los representantes de J. P. Morgan. "Les he pedido que vengan para informar de los resultados de su an¨¢lisis sobre la estrategia del banco en los ¨²ltimos cinco a?os [1988-1992]".
Conde regresa a su despacho y vuelve a la sala con sus cuatro visitantes. Mendoza y De Harper se encargan de resumir su intenso informe, que est¨¢ lleno de elogios y buenaventuras: "Banesto ha invertido en tecnolog¨ªa y est¨¢ varios a?os por delante de su competencia", "tiene una estrategia de gesti¨®n s¨®lida que debe permitir que sea un banco competitivo", "no tiene problemas de reorganizaci¨®n por fusiones", "cuenta con una gran red de sucursales sin la cual es m¨¢s caro y dif¨ªcil captar dep¨®sitos y vender cr¨¦ditos a consumidores", "invirti¨® y moderniz¨® en a?os de crecimiento econ¨®mico, mientras otros bancos deber¨¢n encontrar financiaci¨®n en a?os recesivos". La conclusi¨®n deja perplejos, por lo incre¨ªble, a los presentes: "Banesto est¨¢ posicionado para convertirse en l¨ªder de la banca en Espa?a". Conde dif¨ªcilmente podr¨ªa haberse echado tantos piropos a s¨ª mismo.
Arrastrando su acento cubano, el vicepresidente de J. P. Morgan insiste en "su plena convicci¨®n de que Banesto tiene un buen futuro" y que "los beneficios para los accionistas en el futuro van a ser muy fuertes".
P¨ªldoras para el recuerdo
A preguntas del consejero Rafael P¨¦rez Escolar, deja otra p¨ªldora para el recuerdo: "El banco tiene masa cr¨ªtica suficiente para marchar en solitario, lo que no implica que no pueda adquirir otro banco".
El agudo P¨¦rez Escolar no ceja: "?Cu¨¢les son las razones por las que, con la realidad que se desprende del informe de J. P. Morgan, se haya producido la rebaja del rating [calificaci¨®n de solvencia] por parte de Moody's?". Mendoza se?ala la particular posici¨®n de que parten en sus an¨¢lisis las agencias de rating. Seg¨²n ¨¦l, "se trata de llevar al convencimiento" de la agencia "cu¨¢l es la verdadera realidad de Banesto".
Conde toma la palabra y eleva todav¨ªa m¨¢s el optimismo: "Por mi expresa petici¨®n, el contenido final del informe es todav¨ªa m¨¢s conservador que los an¨¢lisis previos, que eran todav¨ªa m¨¢s optimistas". "Resulta agradable comprobar", no puede evitar decir Conde, "que lo actuado en los ¨²ltimos cinco a?os merezca un juicio tan favorable de un tercero independiente y altamente cualificado como J. P.Morgan". La realidad, cruda, lleg¨® m¨¢s tarde.
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