Hermosos y vencidos
Las gracias unen mucho. No hay nada que nos conmueva m¨¢s que una derrota. El enemigo se nos hace humano, demasiado humano, cuando le vemos morder el polvo, comer la hierba. Eso es mucho m¨¢s bonito -?d¨®nde va a parar!- que soportar durante d¨¦cadas y d¨¦cadas su esplendor en la hierba. Ahora, gracias al Tenerife, la secta de los perdedores podemos permitirnos fraternales sentimientos, palmaditas en la espalda, comprensi¨®n, amor a nuestros semejantes y todos esos sentimientos tan correctos, tan limpios, tan deportivos. En estos d¨ªas, lo atl¨¦ticamente correcto es sentirse un poco m¨¢s madridista que ayer, pero menos que ma?ana.Hace ya unos cuantos a?os, un falso malo, atl¨¦tico hasta las cachas y excelente editor, Chus Visor -apoyado por sus hermanos Esteban y Manolo-, en un po¨¦tico gesto de rabia incontenida y de desprecio bien dirigido, cre¨® un club. Uno de esos clubes restringidos, privados, de muy dificil acceso y de socios hermanados por un enemigo com¨²n: el Real Madrid.
Yo tengo el honor de ser uno de los elegidos. Con orgullo he llevado en mi cartera mi carn¨¦ de socio, el 63, del muy prestigioso Club Antimadridista. Los miembros tenemos el deber de despreciar, denigrar y hablar mal en toda ocasi¨®n, y en cualquier circunstancia, del Real Madrid.
Eso era antes. S¨ª, Chus Visor, espero . que lo entiendas, que no me expulses del club, que seas magn¨¢nimo como lo era nuestro querido Juan Garc¨ªa Hortelano, tan atl¨¦tico, tan antimadridista ¨¦l, pero tan dispuesto a entender la ¨¦tica y la est¨¦tica de la derrota.
Ahora -ent¨¦rate, Chus- madridistas y atl¨¦ticos somos uno, peque?o y esclavo. Atrapados por nuestros himnos que chirr¨ªan como el peor bakalao. Con unos presidentes m¨¢s fuera de juego que Mario Conde, con unos jugadores m¨¢s acabados que la quinta de El Buitre. Y con un futuro m¨¢s incierto que el congreso del PSOE. Seamos humildes, fraternalmente, sumemos los restos de. nuestros naufragios a un verdadero equipo de f¨²tbol, a un club con futuro: el Legan¨¦s.
En la cantera del Legan¨¦s est¨¢ nuestro sitio, entre ellos est¨¢ nuestro porvenir. Con sueldos cortos y moral larga. Ciertamente nos perderemos el placer de odiamos, la satisfacci¨®n por ver morder el polvo al rival o la sutil inteligencia de, los ultras de mentes rapadas. Felices y en Legan¨¦s, sin giles, sin floros, sin mendozas, sin quintas, sin frentes y sin chenchos. Adem¨¢s, enseguida nos podremos inventar un club al que despreciar, un rival de nuestra altura. Por ejemplo: el Ciempozuelos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.