La Administraci¨®n de EE UU teme que la subida de tipos frene la expansi¨®n

La econom¨ªa nortamericana ha mostrado en el comienzo de este a?o tal vitalidad que empieza a hablarse del peligro de recalentamiento, y la Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos) ha advertido ya de la necesidad de tomar medidas para evitar que resurjan presiones sobre la inflaci¨®n. Primer paso: Una subida de los tipos de inter¨¦s a corto plazo. La Administraci¨®n del presidente Clinton no ve, sin embargo, ninguna amenaza inflacionista en el horizonte y quiere sostener el buen pulso del crecimiento con bajos intereses.
"Si observamos el panorama actual, vemos un crecimiento que es compatible con la contenci¨®n de la inflaci¨®n. No hay ning¨²n signo que sugiera que las presiones inflacionarias vayan a reaparecer en un futuro cercano", asegura la presidenta del Consejo de Asesores Econ¨®micos de la Casa Blanca, Laura Tyson.El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, no lo entiende de la misma forma: "La historia sugiere que la inflaci¨®n tiende a aparecer al final de los ciclos de crecimiento... El reto de una buena pol¨ªtica monetaria es detectar esas inestabilidades a tiempo de contenerlas. Los tipos de inter¨¦s a corto plazo son anormalmente bajos en la actualidad. Necesitaremos moverlos hacia un punto m¨¢s neutral, pero no con el prop¨®sito de cortar o limitar la expansi¨®n econ¨®mica sino de sostenerla y confirmarla".
Alan Greenspan tiene sin duda en la memoria el hecho de que las recuperaciones econ¨®micas de los a?os sesenta y setenta se hicieron al precio de un considerable aumento de la inflaci¨®n, y la de los ochenta a costa de un incremento del d¨¦ficit p¨²blico.
La pol¨¦mica en relaci¨®n con los tipos de inter¨¦s refleja, en realidad, las dudas existentes sobre la actual situaci¨®n econ¨®mica. ?Es posible mantener un crecimiento al ritmo del 5,9% que se registr¨® en el ¨²ltimos trimestre del a?o pasado? ?Es ese un crecimiento sano y consolidado?
Consolidado, desde luego, s¨ª parece. Ocho de los once apartados que forman el importante ¨ªndice de indicadores medios ofrecieron signos positivos en los ¨²ltimos tres meses de 1993. Se incrementaron el consumo, la producci¨®n, los pedidos a las empresas y, de forma espectacular (casi un 10%) las ventas de nuevas viviendas. Descendi¨® la solicitud de subsidios de desempleo.
A lo largo de 1993 la econom¨ªa norteamericana cre¨® dos millones de puestos de trabajo, que era la cifra prometida por el Gobierno de Bill Clinton. Tyson conf¨ªa en que ese ritmo se mantenga hasta llegar a 1998 con una tasa de desempleo del 5,4%, un punto menos que en la actualidad.
Para cumplir esa meta, el Gobierno considera que no hay que echar todav¨ªa agua al fuego del crecimiento. El aumento del Producto Interior Bruto (PIB) del ¨²ltimos trimestre, aunque es excelente, no es todav¨ªa un r¨¦cord (en el mismo periodo de 1983 se creci¨® un 11,3%). De hecho, para el primer trimestre de este a?o se espera que el crecimiento baje de nuevo y que el a?o 1994 se cierre con un crecimiento del poco m¨¢s del 3%.
Inflaci¨®n bajo control
La excelente cifra de inflaci¨®n (un 2,7% en el a?o pasado), la mejor desde principio de los a?os setenta, es otra de las razones que el Gobierno utiliza para intentar retrasar una subida de tipos que puede frenar el pulso econ¨®mico. Adem¨¢s, 1994 es un a?o electoral y, por tanto, el Gobierno est¨¢ especialmente interesado en mantener la sensaci¨®n de que los negocios vuelven a tener pedidos, los parados a encontrar trabajo y todos a gastar como en los buenos tiempos.Muchos analistas consideran que mantener este ritmo puede ser peligroso. Con el crecimiento actual, opinan los economistas, se puede agotar la capacidad industrial y el mercado laboral, y, como consecuencia, pueden aumentar los precios y los salarios de una forma que provoque inflaci¨®n.
Aunque Alan Greenspan no cree que esas amenazas sean inmediatas, s¨ª considera que el aumento de los tipos de inter¨¦s de los cr¨¦ditos a corto plazo, aquellos que est¨¢n directamente destinados al consumo, despejar¨ªa incertidumbre sobre amenazas inflacionarias.
"La mejor contribuci¨®n que la pol¨ªtica monetaria puede hacer a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos es la de sentar bases estables para el crecimiento", dijo esta semana el presidente de la Reserva Federal ante el Congreso.
Una de esas bases de estabilidad parece garantizada por la pol¨ªtica del Gobierno de reducci¨®n del gasto p¨²blico. En eso coincide tambi¨¦n Greenspan, y ha sido uno de los grandes incentivos, no s¨®lo para la actividad de las empresas, sino para la recuperaci¨®n de la confianza de los consumidores.
Reducci¨®n del d¨¦ficit
Esta es la primera vez en 30 a?os que se consiguen aumentos significativos del producto interior bruto (PIB) al mismo tiempo que se aplican medidas de reducci¨®n del d¨¦ficit fiscal.El otro foco de incertidumbre que ven los m¨¢s prudentes es el de la crisis en los pa¨ªses a cuyos mercados tiene acceso Estados Unidos. "Los signos de mejor¨ªa a corto plazo en Jap¨®n y Europa son escasos", asegura el presidente de la Reserva Federal. Aunque las expectativas en el resto de Asia y Am¨¦rica Latina siguen siendo positivos, Greenspan considera que es necesario una pol¨ªtica de crecimiento que atienda a una todav¨ªa baja demanda exterior.
Todas estas preocupaciones e incertidumbres no dejan de ser en Estados Unidos en este momento los problemas que presenta la abundancia. De lo que se trata ya no es de apostar desesperadamente por el crecimiento, como se ha hecho desde 1989, sino administrar adecuadamente la bonanza presente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.