Serenidad desde el extranjero
Nombres hist¨®ricos, ausencia de galer¨ªas de Francia y Jap¨®n y un exceso de T¨¤pies
Las 57 galer¨ªas extranjeras que este a?o se presentan en Arco 94 son apreciablemente menos que las 146 que acudieron a la convocatoria del a?o 1990, cuando las vacas gordas hac¨ªan pensar en un crecimiento constante del mercado del arte en Espa?a; incluso son s¨®lo la mitad de las que vinieron hace dos a?os. Sin embargo, esta ca¨ªda num¨¦rica en la oferta, no supone una merma apreciable en cuanto a la calidad de la feria. Las orejas de la crisis provocan que lo ofertado haya sido elegido con cuidado y hayan desaparecido, en un proceso de selecci¨®n natural, aquellas galer¨ªas con menos posibilidades de sobrevivir.Sorprende, sin embargo, la total ausencia de los galeristas franceses, por dos razones:- la proximidad geogr¨¢fica, que les ofrece mayores facilidades, y por la importancia que ciertas galer¨ªas y artistas franceses han tenido en anteriores ediciones, y muy particularmente, por el peso espec¨ªfico del arte franc¨¦s, no del todo eclipsado por la tiran¨ªa hegem¨®nica de Alemania y Estados Unidos. Tambi¨¦n se echa de menos la presencia de alguna galer¨ªa japonesa, pa¨ªs en el que parece que existe un s¨²bito inter¨¦s por el arte actual y de los austriacos, que no han contado este a?o con subvenci¨®n oficial.
La mayor¨ªa de las galer¨ªas extranjeras presentan conjuntos heterog¨¦neos de obras pertenecientes a sus fondos, de autores muy diferentes y desiguales con los que han configurado exposiciones sin mayor coherencia que la surgida de la estrategia de ventas. Pero en otros casos se detecta una voluntad de ejercer de embajadores en Madrid de las particularidades del arte de su pa¨ªs. As¨ª, las galer¨ªas portuguesas parecen ofrecer en conjunto una imagen del estado de la creaci¨®n de sus artistas. La participaci¨®n suramericana es realmente escasa. Dos galer¨ªas colombianas y dos mexicanas, una de Argentina, una de Costa Rica y otra de Uruguay forman la magra representaci¨®n desdiciendo as¨ª de nuestra capacidad de ser puerta de Am¨¦rica en la Uni¨®n Europea.
Como en cualquier otra feria, en Arco 94 se puede encontrar de todo. Entre los miles de matices del gusto personal de cada galerista y las estrategias comerciales se abre un extenso abanico de posibilidades que pretenden satisfacer todos los caprichos de los compradores. Pero hay que estar atento porque es muy f¨¢cil emborracharse con miles de im¨¢genes que aparecen entre laberintos de pasillos, por esto, vamos a intentar indicar lo que, a nuestro juicio, debe contemplarse con un poco de atenci¨®n. Destacan algunas peque?as obras de arte hist¨®rico: comenzando por cinco deliciosos collages de Schwitters (Marlborough); obras de Rodchelko, Malevich, Naum Gabo (Annely Juda); Henry Moore (Gimpel Fils, Levi, New Art Centre); Torres-Garc¨ªa (Levi, Sur); Chagall (Fors Blom); Matisse (Waddington), y un aut¨¦ntico empacho de T¨¤pies (en nueve galer¨ªas), Mir¨® y Chillida que junto a Picasso se encuentran estrat¨¦gicamente repartidos por toda la feria.
Interesan particularmente los conjuntos de obras actuales mostrados por las grandes galer¨ªas: Pace, Wildenstin (Serra, Schnabel), Waddington (Flanagan, junto con un Sean Scully grande, y un peque?o Appel y Dubuffet), Leo Castelli (dos dibujos de Olderiburg). Y obras actuales aisladas como la de Lucebert (Nouvelles Images); Polke (Feuerle), James Turrell y Gilberto Zorio (Christian Stein) y la dedicaci¨®n monogr¨¢fica de Fischer a la obra del espa?ol Juan Mu?oz. Entre tanto cl¨¢sico actual llama la atenci¨®n, por lo inesperado, una vajilla de porcelana pintada de la finlandesa Henrietta Lehtonen en Grafiart.
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