Un aparcamiento con comisiones muy rentables
Los analistas financieros conocen muy bien el m¨¦todo del parking o aparcamiento, un sistema ideado para ocultar ante las autoridades burs¨¢tiles y los accionistas qui¨¦n es el verdadero propietario de una participaci¨®n accionarial. Javier de la Rosa ha acumulado una dilatada experiencia en el uso de este sistema, que a¨²n practica con fruici¨®n en la actualidad, y con el que su sociedad Quail ha obtenido suculentos ingresos en forma de comisiones.
El parking sirve para no reconocer que la autocartera es muy elevada y tambi¨¦n para sustituir a los inversores que no compran acciones de la sociedad en Bolsa. Sin embargo, en el caso de Torras, tambi¨¦n pudo ser ¨²til para que. el accionista, f¨ªsicamente alejado del lugar de los hechos, no conociera los riesgos verdaderos en que hab¨ªa incurrido con sus participaciones en algunas filiales.
En esencia, el mecanismo es simple. Se crea una empresa, aparentemente independiente. de la sociedad vendedora, que ser¨¢ la encargada de comprar las acciones sobrantes. El dinero para hacerlo procede de cr¨¦ditos concedidos por la propia sociedad vendedora. Aunque existen variantes m¨¢s o menos sofisticadas, se trata siempre de una simulaci¨®n de propiedad.
En noviembre de 1990, Ercros, ahora en suspensi¨®n de pagos, ya atravesaba graves dificultades financieras. A pesar de ello, los ejecutivos del grupo pusieron en marcha una ampliaci¨®n de capital de 16.000 millones de pesetas. Ante las malas perspectivas de la compa?¨ªa, los inversores decidieron no comprar. Torras compr¨® nuevas acciones en proporci¨®n a su participaci¨®n reconocida en aquellos momentos en Ercros, el 39%.
Javier de la Rosa, que se presentaba entonces como socio de los kuwait¨ªes, anunci¨® que una sociedad de su propiedad, Mesa Redonda, hab¨ªa adquirido el 17% del capital.
El ¨²nico activo de Mesa Redonda eran las acciones de Ercros, que hab¨ªa adquirido con un pr¨¦stamo de 4.500 millones procedente de Torras, garantizado precisamente con el 17% reci¨¦n adquirido.
En el caso de Prima Inmobiliaria, el procedimiento fue similar, aunque en este caso se utiliz¨® una mir¨ªada de sociedades como Plioenix, C¨ªrculo Fiduci, Father and Son, Crisgamo y Hammarston. La sanci¨®n impuesta ahora se refiere s¨®lo a Inversiones Gran V¨ªa, propietaria del 5% de Prima.
La actual legislaci¨®n penaliza a las sociedades y prev¨¦ sanciones menores para los administradores, que no siempre act¨²an de acuerdo con los intereses de los accionistas.
Los nuevos gestores de Torras-KIO piensan que De la Rosa pretend¨ªa en realidad ocultar a los auditores y a los propietarios de KIO la situaci¨®n de ruina de sus inversiones en Espa?a.
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