Los letrados de Interior y del municipio se enzarzan para no pagar por Alcal¨¢ 20

VIENE DE LA P?GINA 1La sentencia ser¨¢ dada a conocer a finales de abril.

La fiscal, Josefa Checa, ha optado al final del juicio por elevar las indemnizaciones (de 1.300 a 1.900 millones) y reducir sustancialmente su petici¨®n de penas (inicialmente reclamaba para los procesados un total de 13 a?os; ahora, algo m¨¢s de tres). Ello se ha debido a que, en su opini¨®n, muchas de las manifiestas deficiencias del local eran situaciones de hecho consentidas y autorizadas antes de entrar en vigor el Reglamento de Espect¨¢culos de 1982. Y, por tanto, s¨®lo parcialmente atribuibles a los due?os.

Nunca se debi¨® permitir, por ejemplo, la creaci¨®n de una discoteca en un s¨®tano-horno seis metros por debajo del asfalto. Pero lo cierto es que ¨¦se era su enclave y que, adem¨¢s, contaba con la oportuna licencia. Lo mismo ocurr¨ªa con las v¨ªas de evacuaci¨®n.

No obstante, confluyeron otros factores que los due?os de la discoteca s¨ª pudieron haber evitado, seg¨²n ponen de relieve varios abogados de las v¨ªctimas. El exceso de aforo es un n¨ªtido ejemplo. No ha quedado muy claro en el juicio cu¨¢ntos clientes entraron aquella noche en Alcal¨¢ 20, si bien los datos iniciales de la fiscal indicaban que se vendieron 1.600 entradas, el triple del aforo m¨¢ximo permitido. Otro hecho evitable fue, tambi¨¦n, la inoperancia de la manguera antiincendios, atribuida por las defensas al Canal de Isabel II.

Si la manguera hubiese funcionado (cuando echaron mano de ella no ten¨ªa presi¨®n; s¨®lo sali¨® "un hilito de agua", seg¨²n el fiscal), hoy no estar¨ªan bajo tierra esas 81 personas: lo que comenz¨® siendo una peque?a lumbre f¨¢cilmente extinguible se agigant¨® sin hallar obst¨¢culo alguno. Los extintores tambi¨¦n fallaron. Tampoco est¨¢ claro qu¨¦ origin¨® el fuego. Los peritos han descartado que fuese un cortocircuito, lo que abona la tesis de intencionalidad esgrimida por los due?os.

Humo t¨®xico

Sobre las causas inmediatas de las muertes no hay ninguna duda. Fueron varias: el humo t¨®xico que desprend¨ªan los m¨¢s de 1.000 kilos de materiales sin ignifugar que adornaban la discoteca, las llamas y los aplastamientos: muchos clientes murieron pisoteados por otros cuando trataban de alcanzar el aire limpio de la calle, apelotonados en enrevesadas escaleras atestadas de humo t¨®xico.

Durante el juicio, la t¨¦cnica exculpatoria de los socios de la discoteca ha sido clara: el responsable de todo -el que seg¨²n ellos estaba siempre encima del local- era Juan Antonio Iglesias, director de Alcal¨¢ 20. Para ¨¦l ped¨ªa el fiscal la mayor pena de c¨¢rcel: cuatro a?os. Pero Iglesias, v¨ªctima de una enfermedad progresiva e irreversible, fue apartado del juicio el primer d¨ªa.

Los due?os del local tambi¨¦n coincidieron en descargar las culpas en los autores de los informes seg¨²n los cuales todo estaba en regla. Algunos de estos informes fueron elaborados por los procesados Guillermo Herranz, ex vocal de la extinta Junta de Espect¨¢culos del Ministerio del Interior, y Miguel Gabald¨®n, electricista de la discoteca, para quien el fiscal pide un a?o de c¨¢rcel, la m¨¢xima pena solicitada. Pero tiene 75 a?os, lo que virtualmente le libra de ir a la c¨¢rcel.

El abogado defensor de Herranz, Joaqu¨ªn Ruiz Gim¨¦nez, sostiene que la seguridad del local era competencia municipal, y que su cliente no false¨® nada ni consinti¨® irregularidad alguna y cumpli¨® estrictamente el cometido que, respecto a Alcal¨¢ 20, le hab¨ªa encomendado la Junta de Espect¨¢culos. Uno de los peritos que han testificado en el juicio ironiz¨® con que "s¨®lo un ciego" no habr¨ªa podido observar las numerosas deficiencias que ten¨ªa Alcal¨¢ 20.

Los abogados de las v¨ªctimas, en contra del dictamen del fiscal, sostienen que todos los procesados son culpables, directa o indirectamente, de la tragedia, y piden para ellos penas de prisi¨®n menor (de seis meses y un d¨ªa a seis a?os).

El abogado de 57 de las v¨ªctimas, Antonio Garc¨ªa-Pablos, tambi¨¦n reclama penas de prisi¨®n menor. En un informe que ocupa 70 folios, Garc¨ªa-Pablos expone con detalle las numerosas irregularidades que ten¨ªa el local y la dimensi¨®n social de la tragedia. Y llega a sugerir incluso el castigo del "infierno" para los procesados.