Respuesta necesaria
AVIONES DE la OTAN atacaron ayer, por segundo d¨ªa consecutivo, posiciones de las fuerzas serbias en tomo a la ciudad de Gorazde, en Bosnia oriental. Las dos acciones se realizaron a solicitud de las Fuerzas de Protecci¨®n de la ONU (Unprofor) en la regi¨®n. El domingo alcanzaron un centro de mando, seg¨²n informaciones de la OTAN, y ayer a un carro de combate. Los ataques de la Alianza han sido muy aislados -tres o cuatro bombas en cada ocasi¨®n- y en ning¨²n momento intentaron hacer todo el da?o que podr¨ªan haber infligido a las fuerzas atacantes. El objetivo no era cambiar la correlaci¨®n de fuerzas en tomo a esta ciudad, sino lanzar a las autoridades serbias en Belgrado y Pale el mensaje de que su impunidad toca a su fin y no pueden seguir ignorando los acuerdos de Naciones Unidas.Despu¨¦s del ultim¨¢tum para la retirada de las piezas de artiller¨ªa en torno a Sarajevo y el derribo de los cuatro aviones cazas serbios sobre Bosnia, Karadzic y su jefe militar, el general MIadic, hab¨ªan limitado sus operaciones a un m¨ªnimo necesario: el acoso a Maglaj para ensanchar el territorio bajo su control en el norte de Bosnia. Respecto a las ¨²ltimas operaciones de limpieza ¨¦tnica en la regi¨®n de Banja Luka, es probable que en este caso no mienta Karadzic cuando dice que fueron espont¨¢neas. Las bandas bajo sus ¨®rdenes han. tenido durante dos a?os carta de libertad para estas operaciones y no ven ning¨²n motivo para. dejar de acosar y asesinar a civiles croatas o musulmanes mientras los haya a¨²n en la zona.
Pero pasados los d¨ªas, la presi¨®n existente sobre el terreno por parte de los jefes militares serbios, convencidos de que hay que solucionar r¨¢pidamente las cuestiones territoriales pendientes, puso de nuevo en marcha la conquista territorial. Y entre las cuestiones pendientes, Gorazde y los otros enclaves musulmanes que a¨²n resisten en Bosnia oriental son, si no los m¨¢s acuciantes, s¨ª los m¨¢s indefensos y f¨¢ciles de conquistar. La profunda convicci¨®n de los generales serbios -compartida parcialmente en Occidente- de que las operaciones de la OTAN s¨®lo intentan salvar la cara de la organizaci¨®n ante las opiniones p¨²blicas de los pa¨ªses miembros y no ponen en peligro la victoria serbia ha jugado tambi¨¦n un papel significativo. Al igual que las declaraciones del jefe del Pent¨¢gono, Perry, y del comandante en jefe norteamericano, Shalikasvili, asegurando que dejar¨ªan caer Gorazde en manos serbias.
Ahora la situaci¨®n ha cambiado radicalmente. Washington est¨¢ ya convencido de que estos ataques de la OTAN no ser¨¢n los ¨²ltimos y de que el desaf¨ªo de las fuerzas serbias continuar¨¢. La OTAN tiene la fuerza necesaria para obligar a los serbios a cumplir la condici¨®n impuesta por Clinton en la madrugada del lunes. Deben dejar de bombardear la ciudad y retirarse en torno a Gorazde hasta las posiciones que maten¨ªan antes de la ¨²ltima ofensiva.
Que Rusia se sienta ofendida por no ser consultada es m¨¢s culpa propia que ajena. Pod¨ªa haber intentado utilizar su influencia para evitar la ofensiva serbia contra Gorazde y las atrocidades contra la poblaci¨®n de que va acompa?ada. Pero ni Yeltsin ni Churkin han hecho nada en las ¨²ltimas semanas por frenar la matanza en Gorazde y ahora se muestran molestos porque la OTAN quiera pararla con los m¨¦todos a su disposici¨®n. Y que Belgrado lamente v¨ªctimas civiles en estas acciones puntuales de la OTAN cuando en pasados d¨ªas sus medios hablaban triunfalmente de la inminente ca¨ªda del enclave musulm¨¢n en manos serbias es un ejercicio m¨¢s de cinismo que s¨®lo merece desprecio.
La operaci¨®n contra los agresores de Gorazde era inaplazable y necesaria. Lamentablemente no se ha producido antes. Si Occidente hubiera encontrado antes la energ¨ªa y decisi¨®n de parar los pies a quienes no entienden m¨¢s que la raz¨®n de la fuerza es muy posible que se hubieran podido evitar decenas de miles de muertes. Y la experiencia demuestra que quienes son tan brutales enemigos con los d¨¦biles suelen recuperar cierta cordura cuando se enfrentan a una fuerza superior.
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