El Gobierno aborda los escenarios hasta 1997 y fija el d¨¦ficit p¨²blico sobre el 4%

Solbes quiere romper la inercia en el gasto p¨²blico. No hay dinero para alegr¨ªas y cada peseta que se emplea debe revisarse. As¨ª de grave fue el ministro de Econom¨ªa al presentar en el anterior Consejo de Ministros el escenario presu puestario hasta 1997. En esa fecha, el d¨¦ficit de las Administraciones P¨²blicas, debe situarse en tomo al 4% del PIB, frente al 7,2% del pasado a?o. Pensiones e infraestructuras son las ¨²nicas partidas que se salvan de las restricciones en el gasto.

Durante los dos ¨²ltimos Consejos de Ministros, el Gobierno ha debatido un documento presentado por el titular de Econom¨ªa con los escenarios presupuestarios hasta 1997. Las conclusiones deber¨¢n enviarse a Bruselas a principios del verano, junto con un balance de la ejecuci¨®n del Plan de Convergencia (1992-1996).Seg¨²n diversas fuentes, el documento incluye una previsi¨®n de d¨¦ficit para el conjunto de las Administraciones P¨²blicas -Estado, Seguridad Social, comunidades aut¨®nomas y ayuntamientos- de en tomo al 4% del PIB en 1997. Se abandona as¨ª el objetivo del 3% fijado en los acuerdos de Maastricht.

La raz¨®n es que casi nung¨²n pa¨ªs de la Uni¨®n Europea se encuentra en condiciones de cumplir. ese criterio de convergencia que permitir¨ªa abordar la tercera fase de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria en 1997; es decir, la adopci¨®n de una moneda ¨²nica. Espa?a se encuentra entre los pa¨ªses que m¨¢s lejos est¨¢n de ese objetivo.

Solbes reparti¨® a sus colegas del Gobierno un documento con las previsiones presupuestarias de su departamento. Una vez finalizado el primer debate, que dur¨® unas dos horas, recogi¨® los papeles distribuidos "para evitar filtraciones", seg¨²n se?alan personas de su entorno.

Seg¨²n fuentes de otros ministerios, la actitud de los ministros fue de resignaci¨®n ante la delicada situaci¨®n que plante¨® el titular de Econom¨ªa. Vino a decir que no hay dinero para alegr¨ªas en el gasto y que cada una de las partidas ha de revisarse a fondo para intentar ahorrar lo m¨¢s posible. Su tono fue, seg¨²n las mismas fuentes, de un realismo, tan grave como aplastante.

La propuesta del ministro es que s¨®lo las pensiones y las infraestructuras pueden permitirse un crecimiento parejo al que registre la econom¨ªa. Se mantendr¨ªa, si el Gobierno no decide finalmente otra cosa, la actualizaci¨®n de las pensiones en base a la inflaci¨®n prevista y el compromiso de invertir el 5% del PIB en infraestructuras.

Sueldos de funcionarios

Los sueldos de los funcionarios se actualizar¨¢n, aunque sin recobrar todo el terreno perdido tras dos a?os de pr¨¢ctica congelaci¨®n. En cuanto a los intereses de la deuda, se conf¨ªa a que prosiga la reducci¨®n del precio del dinero lo que permitir¨ªa abaratar el coste de la financiaci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico.El margen que queda para reducir el gasto se limita a, por ejemplo, restringir al m¨¢ximo partidas como el tel¨¦fono, las publicaciones, la luz, las fotocopias o los coches oficiales. Adem¨¢s del gasto corriente, se quieren congelar las transferencias a las empresas p¨²blicas a los niveles alcanzados el pasado a?o.

Las transferencias a las comunidades aut¨®nomas est¨¢n tambi¨¦n en el punto de mira de la contenci¨®n del gasto. Seg¨²n el criterio de Econom¨ªa, las autonom¨ªas han incrementado su d¨¦ficit m¨¢s de lo previsto en julio del pasado a?o (desde el 1% del PIB al 1,2%, unos 100.000 millones de pesetas). Esta desviaci¨®n no se justificar¨ªa por el efecto de la crisis como s¨ª ha ocurrido, en buena parte, en la Administraci¨®n Central, porque las comunidades aut¨®nomas apenas tienen gastos sociales.

Los planes de Econom¨ªa son que, una vez aprobados por el Gobierno los escenarios, negociar con las autonom¨ªas un compromiso de reducci¨®n del gasto parejo al que se propone para el Estado. Econom¨ªa utilizar¨¢ a fondo en este sentido la capacidad de presi¨®n que le otorga su potestad de autorizar las operaciones de endudamiento de las comunidades aut¨®nomas.