Luis P¨¦rez y el nuevo castellblanch
Pregunta: "?Qui¨¦n es la revelaci¨®n de la Vuelta?" "Zarrabeitia", responde el ingenuo. "No, eso no. Eso no es revelaci¨®n. El Castellblanch", te devuelve. "?Ah! Luis P¨¦rez", te haces el listo. "No s¨®lo Luis P¨¦rez, todo el equipo", te resuelve finalmente el sabio. El Deportpublic de Maximino P¨¦rez, bautizado Castellblanch la v¨ªspera del comienzo de la Vuelta, ha cambiado tambi¨¦n de comportamiento. "Hac¨ªa muchos a?os que no cont¨¢bamos con un hombre para colocarlo en la general", dice P¨¦rez. "Desde que ganamos con Giovannetti en 1990". No es mucho, pero ya es m¨¢s que correr con chavales que s¨®lo intentan la escapada imposible. El l¨ªder es Luis P¨¦rez, un salmantino de 27 a?os residente en Bilbao desde hace 22. "Mi aspiraci¨®n es entrar entre los 10 primeros". Cerca anda el ciclista que luce una gran venda en su rodilla derecha: marchaba 11? antes de la etapa de ayer.Luis P¨¦rez es un viejo conocido. Comenz¨® como profesional a los 19 a?os, hace ya ocho. Formaba parte de la guardia de corps de Miguel Moreno, el peculiar director del Zahor y luego del Lotus. Era del grupo de los bajitos, de las hormiguitas: Juan Tom¨¢s Mart¨ªnez, Ram¨®n Gonz¨¢lez Arrieta. Hasta el a?o pasado. Maximino quer¨ªa reformar su equipo, hacer una limpieza y fichar a corredores con ciertas posibilidades que hasta entonces no hab¨ªan tenido muchas oportunidades.
Seg¨²n su director, Luis P¨¦rez es complicado de dirigir, pero "muy elemental". "Su problema", dice Maximino, "es que le falta confianza en sus fuerzas y anda siempre poniendo disculpas de antemano. Y por eso le llamaban Pepe Trolas, por lo exagerado que es". El Castellblanch tiene una psicol¨®ga que se queda alucinada viendo los m¨¦todos directos de Maximino para tratar a su ciclista. Casi tratamiento de shock. "Este a?o", cuenta Maximino, "despu¨¦s de la Vuelta a Murcia nos concentramos para entrenarnos con fuerza. Un d¨ªa veo que Luis se sube al coche y me dice que no puede, que le duele mucho la rodilla y que ya no se entrena m¨¢s. Y yo le digo que vale, que estaba haciendo los equipos para la Semana Catalana y una ronda en Francia y que ¨¦l ir¨ªa a Francia, que si no pod¨ªa hacer un buen papel no le quer¨ªa en Catalu?a. Y ¨¦l inmediatamente se cur¨®. Quer¨ªa volver a entrenar para demostr¨¢rmelo. Igual, en la subida a Sierra Nevada, a los 30 kil¨®metros me dijo que no pod¨ªa m¨¢s, que se bajaba. Y yo le intent¨¦ convencer de que pod¨ªa ir c¨®modo en medio del pelot¨®n y esperar a que se le pasaran los dolores en la rodilla. No me quer¨ªa hacer caso y le dije que le infiltraran los m¨¦dicos. Baj¨® hasta su coche con l¨¢grimas en los ojos. Le infiltraron y mira c¨®mo est¨¢".
A pesar de todo, Luis P¨¦rez est¨¢ contento con su duro director. "No lo va a estar", dice Maximino. "En lugar de trabajar como un loco para otros le he dado la oportunidad de ir c¨®modo, sin responsabilidades".
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