Cubino gana la etapa m¨¢s loca
La carrera no se concede tregua la v¨ªspera de la contrarreloj
"Estamos locos", dec¨ªa Marco Giovannetti. "Mira d¨®nde est¨¢ el avituallamiento", dec¨ªa Jes¨²s Montoya se?al¨¢ndose el bolsillo de la espalda lleno. "No he tenido ni tiempo de comer Argentin prepara alguna", predec¨ªa por la ma?ana Ech¨¢varri. Y del marem¨¢gnum, de las luchas t¨¢cticas, de la locura de una carrera sin control, del intento de fatiga que no respeta ni la cita sagrada de la contrarreloj del d¨ªa siguiente, de una etapa cuyos dos tercios eran subida y que se corri¨® a una media superior a los 40 por hora, de todo este estilo ajeno, de este festival italiano que dej¨® a 80 corredores a m¨¢s de 9.31 minutos en s¨®lo 119 kil¨®metros, sali¨® ha cia la gloria, en forma de sprint, un escalador de clase: Laudelino Cubino.Salt¨® el bejarano de 31 a?os en la tercera subida a la Sella y comenz¨® a derrochar clase y fuerza. Alcanz¨® a Rodr¨ªguez y Brochard, estuvo un rato con ellos, luego los dej¨®; coron¨® con 25 segundos y se aprest¨® a lo m¨¢s dif¨ªcil: aguantar ocho kil¨®metros. La tarea parec¨ªa imposible porque Bugno se dej¨® ver y aceler¨® al pelot¨®n. "Agradezco a Indur¨¢in que frenara el grupo cuando iba delante", declar¨® luego Cubino. A¨²n as¨ª, otros cinco desenfrenados le cazaron a un kil¨®metro. Y rodeado de cinco lo bos sac¨® su inteligencia. "Hab¨ªa reservado unas cuantas fuerzas para el final, que me gustaba porque era en ligera cuesta", dijo. Cazado, no de dej¨® llevar: tom¨® la iniciativa en el momento justo. Salt¨® a falta de 350 metros y dej¨® a los compa?eros mir¨¢n dose unos a otros para ver qui¨¦n le segu¨ªa: suficiente para ganar una etapa en su primer Giro, lo grando completar el c¨ªrculo de victorias en las tres grandes Vueltas. Cuando parec¨ªa que s¨®lo Indur¨¢in podr¨ªa dar triunfos espa?oles este Giro, surgi¨® el hombre que tuvo que abandonar en la Vuelta con la rodilla izquierda dolorida.
Berzin, la sombra
Por primera vez en sus Giros, un hombre que puede ganar puede hacer sombra a Miguel Indur¨¢in en una contrarreloj, la de hoy. Eugeni Berzin, un lobo hambriento, se llama la novedad "Estar¨¦ en los tiempos de Indu r¨¢in", asegura, seguro, el joven ruso en rosa. La tarea del nava rro ser¨¢ doble: alimentar la obsesi¨®n rosa del l¨ªder y, seg¨²n es tradici¨®n, distanciar al m¨¢ximo a sus enemigos de toda la vida."Me lusiona la maglia rosa", dice el tranquilo Indur¨¢in, "pero si no la logro en Follonica, no pasa nada. Har¨¦ en la monta?a como siempre: defenderme".
La alimentaci¨®n de Berzin es el arma de doble filo: lograr que se cebe en los 44 kil¨®metros llanos de Grosseto a Follonica puede dar el resultado apetecido. "Aunque conserve la maglia rosa, Berzin puede empezar a perder el Giro en Follonica", cuenta Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, director del Banesto. "Est¨¢ corriendo como si fuera una carrera de una semana y puede que eche el resto, que alcance la cumbre de su forma en la crono y que despu¨¦s empiece a ir cuesta abajo". Esta tesis la comparte Indur¨¢in -"los enormes desarrollos que usa Berzin pueden irle bien para las cl¨¢sicas o carreras de cinco d¨ªas, pero en tres semanas, se resentir¨¢n sus piernas"- y hasta en su propio equipo. "Todo ciclista tiene sus l¨ªmites. Y hasta Berzin dar¨¢ con su techo", dice su director, Emanuele Bombini. Para que lo alcance antes, Y no siga sorprendiendo, ser¨¢ importante la tarea de otro ambicioso que busca encontrarse como l¨ªder: Armand de las Cuevas. Berzin saldr¨¢ el ¨²ltimo, seis minutos despu¨¦s del iluminado franc¨¦s. De las Cuevas no parece poder escapar a su destino: antes serv¨ªa de referencia a Indur¨¢in en las contrarreloj y hoy parece condenado a alimentar a Berzin. Pero puede derrotarle, como hizo en el pr¨®logo de Bolonia, aunque ni ¨¦l quiera predecirlo: "De ma?ana no hablo", dec¨ªa ayer por la ma?ana. "Pues habla de hoy", se le urg¨ªa. "De hoy ha blar¨¦ esta noche", contestaba. "Ninguno de los dos doblar¨¢ la rodilla", prev¨¦ Ech¨¢varri.
El otro filo: que el ruso, en vez de saciar su obsesi¨®n, alimente su ambici¨®n y con un Indur¨¢in derrotado en su terreno siga para arriba. Pero esa inc¨®gnita no se deshar¨¢ hasta la monta?a el pr¨®ximo fin de semana.
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