La voluntad vale millones
El dinero que circula como propinas a camareros, taxistas y acomodadores
?Cu¨¢nto dinero se mueve a diario desde el bolsillo del cliente al del peluquero, acomodador, taxista o gasolinero? El sobresueldo opaco para Hacienda constituye, te¨®ricamente, muchos millones de pesetas, efectuando un c¨¢lculo muy simple.
Por ejemplo, si hay 15.500 taxis en Madrid y la media de propina diaria es de 500 pesetas por conductor, en un solo d¨ªa habr¨ªan cambiado de due?o 7.750.000 pesetas. Y eso teniendo en cuenta que la operaci¨®n se hace tomando un conductor por cada veh¨ªculo. Si se a?ade otro conductor m¨¢s, la cantidad se dobla. La operaci¨®n se podr¨ªa repetir con las peluquer¨ªas de Madrid, los camareros de los 4.731 restaurantes o los empleados de las 149 gasolineras de la capital. El resultado -siempre te¨®rico y sin valor- llegar¨ªa a cientos de millones que en un solo d¨ªa cambian de due?o. Y a espaldas del fisco, salvo en el caso de los croupiers de los casinos.
Se relatan aqu¨ª algunos datos al respecto, aunque la impresi¨®n general de quienes reciben la propina es que este emolumento es una costumbre en desuso, afectada por la crisis y poco ejercitada por los m¨¢s j¨®venes.
Empleados de gasolinera. El joven se baj¨® del descapotable con el tup¨¦ perfectamente atusado. Llen¨® el dep¨®sito de gasolina. Despu¨¦s de gastarse 4.757 pesetas, no dej¨® un solo duro de propina. Instantes antes, una mujer gruesa hab¨ªa entregado un billete verde con 10 duros de m¨¢s. "As¨ª son las cosas", se encoge de hombros ?ngel, un hombre afable, de 47 a?os; "unos vienen con el vespino y te dejan tres o cinco duros; otro llena el dep¨®sito y no te dan ni un duro, por muy trajeado que vaya". ?ngel, el empleado del suministrador de gasolina s¨²per de la plaza de Isabel II, dice que la propina unas mil pesetas diarias, alrededor de 22.000 pesetas al mes- le da para el tabaco, el desayuno y una ca?a. Este emolumento se suma a las 97.000 pesetas de su sueldo.
Teor¨ªa de las mujeres
-Manolo, de 32 a?os, es amable como pocos, le den o no propina los clientes de la gasolinera del paseo del Prado. En un ratito, s¨®lo dos mujeres soltaron la mosca: una taxista le dej¨® 15 pesetas, y una joven rubia, 25. Manolo tiene sus teor¨ªas sobre las mujeres y las propinas: "Ellas son m¨¢s se?oritas, te alargan las llaves por la ventanilla, pero luego se suelen portar". Manolo, que se va a casar en agosto, redondea el sueldo con las 1.200 pesetas diarias (26.000 al mes) de propina.En Ciudad Lineal, la clientela no se estira tanto. De 600 a 800 pesetas diarias recibe Francisco, un hombre que lleva 30 a?os en la gasolinera. "Hace a?os a lo mejor sacabas 200 y te arreglaba m¨¢s". El compa?ero que trabaja en la gasolinera de Alcal¨¢ rebaja: "Unas 800 a 900 al d¨ªa", contesta Luis, un hombre de rostro curtido, con 56 a?os, que s¨®lo mantiene a la familia a costa de pluriemplearse. Sonr¨ªe al contar el caso de su propina m¨¢s sabrosa:
-Ocurri¨® hace 15 o 16 a?os. Lleg¨® un hombre una noche, deb¨ªa de ser un diplom¨¢tico, con el coche fall¨¢ndole mucho. Yo se lo arregl¨¦. Me dio 18.000 pesetas. Contento ¨¦l y contento yo.
Acomodadores.
"?Los de los tendidos 9 y 10? Doblan el sueldo con las propinas", dicen varios acomodadores cara al sol poniente en Las Ventas. Son los que est¨¢n en las puertas, rasgando los billetes. A ellos no les dan propina y por eso les pagan un poco m¨¢s que a los cuatro que hay en cada uno de los tendidos, y que ganan 3.375 por corrida. Los acomodadores de esos tendidos prefieren no hablar.
"Mil pesetas a la semana cada uno es lo que sacamos dice Santiago, el jefe de los 12 acomodadores del teatro Mar¨ªa Guerrero, "para el tabaco de toda la semana ya no llega". "La juventud no da nada, y durante la semana tenemos muchos colegios y a lo mejor un profesor te alarga 200 pesetas de propina despu¨¦s de acomodar al colegio entero".
Las cosas no van mejor en los cada vez m¨¢s escasos cines que tienen sesi¨®n numerada. Uno de los cinco acomodadores del inmenso cine Coliseum de la Gran V¨ªa (1.533 butacas) saca de 2.000 a 3.000 pesetas por semana a base de juntar el par de duros que suelen dar los que dan propina. "Aunque depende mucho de la pel¨ªcula; si es para j¨®venes no se saca nada". La proporci¨®n de espectadores que dan propina es de uno entre 10.
Camareros. El amable ma?tre del restaurante Lhardy (cinco te nedores, m¨¢s de 6.000 pesetas por persona) se niega a revelar la cantidad que se reparte entre los siete camareros del restaurante m¨¢s antiguo de Madrid en su categor¨ªa. "La propina ha bajado en una cantidad abismal. Los mejores a?os fueron los setenta, y los m¨¢s generosos, los que entregan una propina superior al 10% de la cuenta, son las personas que han viajado".
No se estiran mucho los clientes de La Ancha (Pr¨ªncipe de Vergara, de 3.000 a 4.500 pesetas por persona). Una pareja suele dejar una propina de 200 pesetas.
Los camareros se pueden llevar hasta 10.000 pesetas semana les procedentes del bote. Que es menos sabroso a medida que baja el coste de la comida. ?scar, el propietario de Artemisa, un restaurante vegetariano (1.500 a 3.000 pesetas), da la misma cifra (200 pesetas por pareja) como propina media. Cada camarero puede sacar 5.000 pesetas a la semana. En los dos restaurantes dicen que los grupos son los quedejan menos dinero en proporci¨®n.
Taxistas. Los taxistas preguntados dicen que el cliente deja alg¨²n durillo suelto (hasta cinco duros) y que m¨¢s de 500 pesetas diarias no se saca un taxista que confiesa que cada d¨ªa recauda entre 13.000 y 19.000 pesetas. "El p¨²blico de noche suele ser m¨¢s generoso", dice ?ngel, otro taxista que formula toda una teor¨ªa: "De d¨ªa est¨¢n m¨¢s estresados, dejan dinero si el taxi corre a cuenta de su empresa. Los fines de semana, la gente joven, los bollicaos, no dejan nada. Cada uno paga lo suyo".
La se?ora del lavabo y la del guardarropas. En el lavabo de se?oras del teatro Mar¨ªa Guerrero hay un peque?o cenicero con cinco duros. Hoy, ma?ana y pasado. Siempre. Y eso es porque Mar¨ªa, la se?ora de los lavabos, sorprendi¨® un d¨ªa a una-mujer .llev¨¢ndose la moneda que ella hab¨ªa puesto como se?uelo. Si otra ladrona lo intentase, se llevar¨ªa una tremenda sorpresa. Los cinco duros est¨¢n pegados al cenicero. "Lo normal es que dejen cinco duros, o un duro". La funci¨®n de hoy te dej¨® 265 pesetas, ni siquiera lo que le cuesta ir a Pinto, que -es donde vive. La ¨²ltima semana sac¨® 1.500 pesetas.Su amiga Nita, la mujer del guardarropa, recuerda aquella Nochebuena en la que una se?ora de post¨ªn le contaba a otra que se hab¨ªa gastado 50.000 pesetas en la cena. "Al recoger el abrigo me dio una peseta y me dijo: 'Tome, hija, para ayudarle en la cena".
Peluquer¨ªas. Al final de la jor nada, al joven peluquero de Ri zos -una cadena de peluque r¨ªas- le pueden quedar 500 pe setas o 2.000. Si son 2.000, pro bablemente ser¨¢ un viernes. Los -clientes. dej,~q el dinero de 20 ~en 20 duros y la propina redon -dea el sueldo, que es de unas 60.000 pesetas. F¨¦lix, que trabaja en uno de los salones de otra cade-~ na, Spejos, se lleva 10.000 pese tas a la semana (que la saya es de seis d¨ªas). ?l se considera afortu nado por llevar ocho a?os en un sal¨®n del barrio de Salamanca, porque tiene clientes fijos y su sueldo se corresponde con la cantidad de trabajo que haga. En una peluquer¨ªa del coraz¨®n de Madrid, los pensionistas y., los trabajadores no se estiran -"a lo mejor sacamos 50 duros para tres al d¨ªa"-, pero Julio, el peluquero que lleva 37 a?os en la calle de Esparteros, - cuenta una an¨¦cdota conmovedora:' "Un se?or alem¨¢n que ven¨ªa de a?o en a?o se dej¨® unas gafas de oro olvidadas. Al a?o siguiente le dije al entrar por la puerta: 'Aqu¨ª tiene usted sus gafas". El otro se qued¨® helado, pero invit¨® a Julio y su familia a una mariscada.
Los profesionales no admiten monedas
-S¨ª, lo que le digo, y si van a llevarle la lavadora a casa, tampoco aceptar¨¢n la propina. Si se enteran aqu¨ª, le despiden.Eso lo cuenta una se?ora que merienda con dos amigas en la cafeter¨ªa de El Corte Ingl¨¦s de Preciados. Esmeralda, Juani y Mar¨ªa son compa?eras de trabajo, y trabajan para los grandes almacenes.
"La propina humilla al que la recibe", dice una de ellas. "Yo, ¨²ltimamente me hago la loca" responde otra. As¨ª que ellas est¨¢n encantadas de no tener que rascarse el bolsillo m¨¢s de lo escrito en la factura. En el imperio del bander¨ªn-verde est¨¢ prohibida la propina y ello consta en el tique que el cliente recoge al entrar en la cafeter¨ªa.
El maitre de la cafeter¨ªa es serio y cort¨¦s. Explica: Nosotros somos profesionales y se supone que damos buen servicio. Yo quiero que me paguen por los beneficios que tenga la empresa.
La norma de los grandes almacenes llega hasta dos peluquer¨ªas que hay dentro de un Hipercor y que pertenecen a una cadena de salones. En el resto de la red se permite la propina personalizada. Menos all¨ª, y eso que ganan lo mismo de sueldo. ?Qui¨¦nes escapan al dictado de dejar unas monedas en el plato? Pues el competidor m¨¢s directo de El Corte Ingl¨¦s: Galer¨ªas, en cuyos tiques tambi¨¦n se -advierte que no se recoger¨¢n propinas. Y los restaurantes de comida r¨¢pida, por ejemplo. "La propina no es una prohibici¨®n, es que no se coge comenta la joven encargada de un Burger King c¨¦ntrico; supongo que no se necesitan las propinas". En un cercano McDonald's ocurre lo mismo, y as¨ª pasa, dicen, en todos los restaurantes de Madrid.
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