Olaz¨¢bal teme un inicio bajo la tormenta
Cuando llegan a Escocia, a todos los golfistas les gustar¨ªa ser meteor¨®logos. El martes cay¨® sobre la costa de Turnberry el gran chaparr¨®n, sin apenas viento; ayer, de forma t¨ªpicamente escocesa, luci¨® un sol espl¨¦ndido, con una ligera brisa, y para hoy, m¨¢s tradici¨®n en las tierras de Stevenson y Burns, se espera un poco de todo. A los que les toque madrugar para comenzar el 123? Open Brit¨¢nico, el torneo m¨¢s antiguo e importante, casi con la luz del alba, se encontrar¨¢n previsiblemente con una tormenta.
As¨ª le tocar¨¢ a Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal, que dar¨¢ su primer golpe a las 8.20 horas. Severiano Ballesteros puede que lo tenga mejor: empezar¨¢ a jugar a las 14.35, cuando se cree que de nuevo lucir¨¢ el sol. Y tanta charla sobre el tiempo no es un t¨®pico: se juega en un campo costero, de dunas, sin m¨¢s obst¨¢culos que los que puedan suponer el viento y el agua. "Si esto sigue como hoy", dec¨ªa ayer Ballesteros , ser¨¢ muy f¨¢cil bajar el par". El campo de Turnberry, ayer un escenario light y agradable se convertir¨¢, sin embargo, en un infierno si a la naturaleza le apetece tomar cartas en el asunto. As¨ª s¨®lo los mejores podr¨ªan so?ar con derrotar al campo.Olaz¨¢bal y Ballesteros est¨¢n en ese derecho. Su pasado les permite instalarse con holgura en la n¨®mina de favoritos para cualquier grande. En las apuestas de este Open, uno de los mejores medios para saber c¨®mo andan las cosas, el golfista vasco est¨¢ situado en cuarta posici¨®n, con una cotizaci¨®n de 14 a 1; el c¨¢ntabro anda 33 a 1, lo que no es muy exagerado: se prev¨¦ tanta igualdad que el mejor colocado, el australiano Greg Norman, ¨²ltimo ganador del torneo m¨¢s antiguo, se cotiza a un elevado 9 a 1; Langer y Faldo, 12 a 1. Ellos son la crema de los 156 participantes que se repartir¨¢n el mill¨®n cien mil libras (unos 220 millones de pesetas) que el Royal & Ancient repartir¨¢ en premios.
Entre los 156 golfistas de todo el mundo que vivir¨¢n la gloria de disputar un Open hay cinco espa?oles m¨¢s. Tres, clasificados de oficio: Jos¨¦ Rivero, Miguel ?ngel Mart¨ªn y Miguel ?ngel Jim¨¦nez; y otros dos que se ganaron el derecho tras salir a flote en las dur¨ªsimas competiciones previas disputadas el pasado fin de semana: Jos¨¦ Mar¨ªa Ca?izares y Txomin Hospital, el debutante.
Hospital, un barcelon¨¦s de 36 a?os, s¨®lo un a?o menos que Ballesteros sac¨® la tarjeta del circuito europeo -una especie de carnet de conducir para poder disputar los torneos- a los 34 a?os. Y aqu¨ª, en la costa escocesa se siente como un ni?o con zapatos nuevos. "Bueno", aclara, "zapatos s¨ª que estreno, pero ya me gustar¨ªa ser un ni?o". Un ni?o que antes de ganarse la vida golpeando a la bola con un palo ha tenido tiempo de licenciarse en econ¨®micas, de ser piloto de una avioneta que paseaba pancartas publicitarias por las playas, de estar tres a?os postrado por una enfermedad del tiroides, de irse a vivir a Davos, el balneario suizo, de Thomas Mann y de los millonarios del mundo unidos, para dar clases de golf, y de poder jugar un Open.
"Primero quer¨ªa demostrarme a m¨ª mismo que ten¨ªa nivel para poder jugar en el Tour", cuenta este rubio de segundo apellido Haffner y con doble nacionalidad suizo espa?ola. El jugador catal¨¢n ha pasado esa barrera y ahora ve delante un mundo que en realidad es una escalera y que le pide que siga ascendiendo. Hospital parece t¨ªmido. Y m¨¢s cuando, como ayer, Ballesteros y Olaz¨¢bal -"dos piezas de museo"- le dijeron que se entrenara con ellos. "Fue como un premio que me dieron, pero m¨¢s supongo que por respeto a mis canas que otra cosa".
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