La designaci¨®n de Rouco como arzobispo de Madrid apoya la l¨ªnea conservadora de Suqu¨ªa

El embarazo ha durado 33 meses, los que ha permanecido el cardenal ?ngel Suqu¨ªa como arzobispo dimisionario de Madrid. Su hijo, episcopal y candidato natural, el arzobispo de Santiago, Antonio Mar¨ªa Rouco, de 57 a?os, fue nombrado ayer por el Papa su sucesor. El nombramiento de Rouco asegura el mantenimiento de la l¨ªnea de car¨¢cter conservador establecida por Suqu¨ªa. La di¨®cesis, seg¨²n un amplio sector del clero madrile?o, seguir¨¢ dividida entre colectivos de iglesia de izquierda y aqu¨¦llos que representan el modelo tradicional.

"Por razones humanas, yo no me marchar¨ªa de Santiago de Compostela, si de m¨ª dependiese, pero al mismo tiempo, por razones sobrenaturales y apost¨®licas ya me considero un madrile?o m¨¢s". ?stas fueron las primeras explicaciones de monse?or Rouco Varela, ayer al dar a conocer su nombramiento como arzobispo de Madrid, en Santiago de Compostela, informa Xaquin L¨®pez.El nombramiento de Rouco, adelantado por este diario el pasado 10 de julio, cierra meses de expectaci¨®n y desconcierto que han mantenido descolocados tanto a obispos como a cl¨¦rigos y fieles. Todo el mundo pensaba que Roma aceptar¨ªa la renuncia de Suqu¨ªa despu¨¦s del viaje realizado a Espa?a por Juan Pablo II en junio de 1993, cuando consagr¨® la nueva catedral madrile?a de la Almudena, ni?a de los ojos del cardenal durante el ¨²ltimo tramo de su pontificado. Pero no fue as¨ª. Seg¨²n diversas fuentes, Rouco, que ese mismo a?o celebraba el Jacobeo, no estaba por la labor de aterrizar en Madrid. Pero al final acept¨® el compromiso. Dijo s¨ª ante los cont¨ªnuos requerimientos del cardenal, que es miembro de la congregaci¨®n pontificia para los obispos.

Rouco que probablemente acceder¨¢ al colegio cardenalicio, es un hijo episcopal de Suqu¨ªa. Accedi¨® al episcopado en 1976 como obispo auxiliar del entonces arzobispo de Santiago, ?ngel Suqu¨ªa, cargo que este ¨²ltimo desempe?¨® hasta 1983, cuando inicio su pontificado en Madrid. Rouco, un jurista con una s¨®lida formaci¨®n intelectual, era nombrado en 1984 arzobispo de Santiago. As¨ª, no es nada extra?o, que siga ahora los pasos de su mentor,

El nuevo arzobispo de Madrid, que presumiblemente har¨¢ su entrada en la di¨®cesis al inicio del pr¨®ximo curso, est¨¢ considerado como uno de los obispos m¨¢s conservadores del episcopado espa?ol. De esta forma, no ha tenido reparo en utilizar el p¨²lpito para pronunciar discursos de marcado contenido pol¨ªtico. Rouco, que a?os anteriores se hab¨ªa limitado a dar orientaciones de estricto alcance religioso, carg¨® ese a?o contra la despenalizaci¨®n del aborto, reivindic¨® el respeto al ejercicio de la libertad religiosa y alert¨® sobre la posible desintegraci¨®n de Espa?a. Un discurso similar al que utiliz¨® el pasado lunes en su ¨²ltima ofrenda al Ap¨®stol, cuando deslegitim¨® la capacidad del Estado para despenalizar el aborto y juzg¨®, que la aceptaci¨®n social de la interrupci¨®n voluntaria del embarazo es "sin excepci¨®n, lo m¨¢s grave que ha acontecido este siglo".

Rouco, insisti¨® ayer en que va a continuar en la l¨ªnea de criticar al poder pol¨ªtico, cuando adopte medidas que atenten contra los principios de la iglesia espa?ola. "No creo que haya sido especialmente insistente en tocar temas conflictivos", asegur¨®. "He actuado con libertad seg¨²n lo que cre¨ªa en conciencia que deb¨ªa decir y cu¨¢ndo lo deb¨ªa decir. Ahora naturalmente hay temas que se consideran crecientemente por parte de sectores sociales, pol¨ªticos y culturales como exclusivos del estado de la sociedad civil y no lo son; afectan gravemente a la conciencia humana, moral, cristiana y de la iglesia." "Es normal", sigui¨® afirmando el nuevo arzobispo de Madrid, "en un tipo de sociedad como la nuestra, donde hay tantas corrientes doctrinales e ideol¨®gicas, que lo que uno obligatoriamente tiene que decir, por exigencias de su conciencia y ministerio pastoral, no guste y se critique, pero qu¨¦ le vamos a hacer. Eso no puede ser ning¨²n obst¨¢culo para que uno siga manteniendo la l¨ªnea de la libertad apost¨®lica a la hora de predicar el evangelio".

Cambio de formas

El nombramiento de Rouco es considerado por miembros del colectivo de los 300 curas de Madrid, c¨®mo un paso que impedir¨¢ la reconciliaci¨®n de una iglesia dividida entre los grupos considerados de izquierda y aquellos otros que siguen el modelo tradicional, como los nuevos movimientos de car¨¢cter conservador: Opus Dei, Comuni¨®n y Liberaci¨®n, los movimientos neocatecumenales y, los carism¨¢ticos. La divisi¨®n denunciada por este colectivo que agrupa a sacerdotes de talante abierto, comenz¨® durante la etapa de Suqu¨ªa. La l¨ªnea pastoral establecida por el cardenal se mantendr¨¢ "pero igual cambian los modos", a juicio de un cualificado analista.El Vaticano aprovech¨® la jornada para anunciar la creaci¨®n de la nueva provincia eclesi¨¢stica en M¨¦rida y Badajoz, que agrupa a las di¨®cesis de Coria-C¨¢ceres, Plasencia y Badajoz. Esta nueva ordenaci¨®n, que responde a una vieja aspiraci¨®n, ha permitido ascender un grado en el escalaf¨®n a Antonio Montero, que pasa a ser ahora arzobispo. Montero preside la comisi¨®n de medios de comunicaci¨®n social de la Conferencia Episcopal espa?ola.