La fundaci¨®n
Leo en EL PA?S del mi¨¦rcoles d¨ªa 31 de agosto una noticia sobre la Fundaci¨®n Virgen de los Dolores de El Escorial. Yo tambi¨¦n he estado alg¨²n tiempo perpleja por tal evento. Tengo razones personales para que no me sea indiferente. Mi "deformaci¨®n profesional" (soy catedr¨¢tica de Filosofia) me obstaculiza para aceptar determinados hechos que no admiten l¨®gica. Quiero decir que de visiones o apariciones de quien sea no voy a hablar porque en ello ni entro ni salgo. Me bastan de momento las verdades del Credo, y no siempre. Mi condici¨®n de cristiana vieja, y sobre todo mi esp¨ªritu cartesiano (para mi desgracia), me impide tolerar sin irritaci¨®n las informaciones poco rigurosas, y m¨¢s en un peri¨®dico que compro, leo y admiro desde su fundaci¨®n. Por ejemplo, los "bienes terrenales" que seg¨²n el diario poseen los virginianos (?complejo de pel¨ªculas del Oeste?) superan en mucho los 500 millones se?alados. Eso se ve enseguida, y me consta que uno solo de los componentes de la comunidad entreg¨® todo su patrimonio, que val¨ªa casi esa cantidad.Personalmente he comprobado que en las tres fincas que yo he visto hay gente trabajando en faenas de toda ¨ªndole, solteros, casados, con o sin hijos, j¨®venes reparadoras, y hay, por supuesto, ancianos enfermos de todo mal y pobres de solemnidad. Nadie cobra y soy testigo de que se reciben regalos y donaciones frecuentes.
Amparo Cuevas, a quien no me ha interesado ver, vive en su casa, no en La Magdalena, y me dicen que no tiene, como los dem¨¢s, patrimonio personal, ni capital privado.
Con todo mi respeto personal al corresponsal, y mi afecto al diario, debo decir que el reportaje es period¨ªsticamente inaceptable y hasta podr¨ªa resultar contraproducente. Si la fundaci¨®n es algo nocivo o sospechoso, no es precisamente por los datos que expresa. Ser¨ªa justo cuando menos que el peri¨®dico se enterara mejor, rectificara esos datos y visitara a los responsables de la comunidad, y comprobara in situ como yo hice. Y si la gente quiere ver apariciones o resplandores, o lo que sea, y con ello se consuela de las angustias de este cochino mundo, que sea para bien y con su pan se lo coman-
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