"Finalizan siete a?os de vacas flacas"
Ser¨¢ en las reuniones de Madrid en las que los pa¨ªses miembros del Fondo Monetario Internacional deber¨¢n dar el s¨ª o el no a una de las propuestas que con m¨¢s empe?o defiende el director-gerente del organismo: una nueva emisi¨®n de derechos especiales de giro sobre la que no hay, ni mucho menos, unanimidad. Sin embargo, Michel Camdessus cree que es un magn¨ªfico momento para que el FMI vuelva a emitir su moneda, y ayude as¨ª a los pa¨ªses que tienen problemas de reservas de divisas.Pregunta. Usted llega a Madrid con la bandera de una nueva emisi¨®n de derechos especiales de giro. ?Por qu¨¦ lo considera tan importante en este momento?
Respuesta. Es que realmente me parece que las circunstancias hoy d¨ªa son particularmente favorables para que utilicemos este instrumento. Nunca en los ¨²ltimos 30 a?os la necesidad de un apoyo fuerte de la comunidad internacional a pa¨ªses con inmensos desaf¨ªos, como los pa¨ªses del Este, los pa¨ªses en desarrollo, ha sido tan patente. Nunca el riesgo inflacionario ha sido tan limitado en la historia de los derechos especiales de giro. Y nunca la necesidad de mantener este instrumento, o de desarrollar su uso para atenerse al compromiso que hemos tomado de hacer de ¨¦ste progresivamente el activo mundial de reserva m¨¢s importante, ha sido tan obvio. O sea, que me parece que, aunque haya dificultades, aunque les cueste a algunos abandonar posiciones dogm¨¢ticas sobre este asunto, me parece que en Madrid podemos tener una decisi¨®n favorable.
P. ?No teme que esto tenga consecuencias inflacionarias?
R. De ninguna, manera. Nuestra propuesta de 36.000 millones de derechos especiales de giro (50.000 millones de d¨®lares) puede ser, incluso, demasiado moderada. Mi propuesta cubre menos del 10% del crecimiento previsto de la demanda de reservas mundiales en los pr¨®ximos cinco a?os.
P. ?Piensa usted realmente que hay falta de liquidez internacional?
R. Pienso que hace falta impulsar y sostener la recuperaci¨®n econ¨®mica. A fines de 1993, uno de cada tres pa¨ªses en desarrollo y uno de cada dos pa¨ªses en transici¨®n manten¨ªan reservas equivalentes a menos de ocho semanas de importaci¨®n. Las ¨²nicas dos opciones que les quedan para mantener niveles adecuados de reservas son tomar pr¨¦stamos caros en el mercado -en los pocos casos en que el mercado acepta concederlos- o comprimir la demanda interna y las importaciones, es decir, m¨¢s miseria y estancamiento.
P. ?Cree que ¨¦ste va a ser el tema clave de la reuni¨®n de Madrid?
R. Uno de los temas. El otro tema al cual le doy yo much¨ªsima importancia es el de c¨®mo no repetir los errores de los ¨²ltimos 10 a?os en un momento en que la econom¨ªa mundial repunta y estamos empezando una nueva fase de expansi¨®n. Le doy aqu¨ª una informaci¨®n que a¨²n no se ha publicado. Ver¨¢ usted que nuestra previsi¨®n para el a?o 1995 del crecimiento general de la econom¨ªa mundial es la m¨¢s alta desde hace siete a?os. O sea que parece que finalizan siete a?os de vacas flacas, como en el sue?o de Jos¨¦. El problema es que si queremos ir a siete a?os de vacas gordas es indispensable que utilicemos bien esta recuperaci¨®n y que evitemos continuar con los disparates de los a?os de la ¨²ltima recuperaci¨®n, donde nos olvidamos, por ejemplo, de corregir los d¨¦ficit p¨²blicos que nos dejaron, en el momento m¨¢s importante de la crisis, sin capacidad de maniobra. Hay que reconstituir los m¨¢rgenes de maniobra. Hay que aprovechar lafase de recuperaci¨®n para reducir las rigideces estructura les. Hay que evitar que la parte del paro que tenemos ahora que es debida a la recesi¨®n no se transforme durante los a?os que viene en paro estructural, de tal forma que cuando empiece la nueva fase negativa tengamos una parte del paro estructural aun m¨¢s importante que al principio de la ¨²ltima. Esto es un problema important¨ªsimo, y es por eso que en Madrid vamos a pedirles a los ministros concentrarse real mente en esto. ?Cual puede ser la utilizaci¨®n m¨¢s sabia, m¨¢s prudente de estos a?os favorables que tenemos delante de noso tros?. ?ste es uno de los dos temas que m¨¢s nos preocupa.
P. ?Cree usted que algunos de los problemas que amenazan la recuperaci¨®n se pueden reducir si Estados Unidos consigue ver daderamente asumir su papel de locomotora de la econom¨ªa mundial?
R. Yo no comparo ya la econom¨ªa mundial a un tren con una s¨®la locomotora. Es una econom¨ªa globalizada que no puede funcionar bien si no tiene varias locomotoras en varias partes del conjunto, propiamente coordinadas gracias al dinamismo y a la manera en que estos pa¨ªses han aplicado en sus pol¨ªticas las buenas orientaciones del FMI. Hemos descubierto en 1993, un a?o de recesi¨®n mundial, que hab¨ªamos creado locomotoras, que son los 40 pa¨ªses en desarrollo que crecen entre un 6% y un 8% al a?o, y que han permitido en 1993 que haya crecimiento del comercio internacional y crecimiento de la econom¨ªa mundial cuando las econom¨ªas industriales estaban en recesi¨®n. O sea que tenemos que mantener en buena condici¨®n esa otra locomotora. ?Claro que necesitamos el motor de la econom¨ªa norteamericana! Pero tambi¨¦n necesitamos que las econom¨ªas europeas redescubran m¨¢s fuentes aut¨®nomas de dinamismo. Para eso tienen que atacar estos problemas que acabo de mencionar en lo que se refiere a las cuentas p¨²blicas y tambi¨¦n en el ¨¢mbito estructural.
P. ?Teme usted que la subida de los tipos de inter¨¦s a largo plazo amenaza la recuperaci¨®n?
R. No, pero es una llamada de atenci¨®n. Es muy importante que las acciones en pol¨ªtica monetaria ocurran antes de que las presiones inflacionarias empiecen a crecer.
P. ?Cree que los pa¨ªses desarrollados tienen que replantearse m¨¢s profundamente el estado de bienestar?
R. El bienestar no es un concepto absoluto, es un concepto relativo. Pienso que hay que luchar permanentemente por mejores condiciones de vida -salud, educaci¨®n, seguridad social- sin perder de vista la viabilidad del sistema econ¨®mico en que nos toca vivir. Esto no es compatible con elementos de rigidez absoluta o inmovilismo en cualquier terreno de la vida econ¨®mica o social.
P. ?No considera usted que el FMI deb¨ªa buscar la colaboraci¨®n con movimientos ecologistas, organizaciones no gubernamentales y grupos similares, en lugar del enfrentamiento de los ¨²ltimos a?os?
R. ?Pero qui¨¦n le dijo a usted que mantenemos un enfrentamiento con esas organizaciones? Al contrario, estamos abiertos al di¨¢logo y a la cooperaci¨®n, y actuamos permanentemente en ese sentido.
P. ?No cree que la costumbre de que el G-7 (los siete pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo) se re¨²na siempre en v¨ªsperas de la asamblea del Fondo Monetario condiciona los acuerdos de este organismo?
R. Eso es una simple conveniencia de lugar y momento. La Junta de Gobernadores re¨²ne a los representantes de 179 pa¨ªses, y los siete solos no tienen votos suficientes para decidir por los dem¨¢s.
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